Con el dato de inflación y el cierre de alianzas como telón de fondo, se despertó el dólar Blue
El dólar blue subió $7 en pocas horas, llegando hasta los $496, y quedando al borde de su máximo histórico de $497. No hace falta inquirir demasiado para advertir los motivos.
«Prendida con alfileres». La alegoría que solían usar las abuelas para referir a la fragilidad, es la mejor figura para entender el estado en que se encuentra la economía argentina, con el dólar y la inflación. Una coyuntura donde las variables son hipersensibles a cualquier indicio, dato, noticia, declaración o rumor, que de alguna pista de cuál puede ser el rumbo inmediato.
La política es el principal catalizador de esa coyuntura, y la caja de resonancia directa de la incertidumbre, es la cotización del dólar blue. Ante la mínima probabilidad de que la tensa calma en que se encuentra el estado de las cosas se vea alterado, los argentinos corren al dólar. Y ante la escasez de divisas reinante, pequeños incrementos en la demanda logran mover el precio en el mercado marginal.
Por diversos motivos, la jornada de hoy tenía todo para convertirse en un día muy especial. Tenso, difícil, complejo, incierto. Con ese marco, el dólar blue subió $7 en pocas horas, llegando hasta los $496, y quedando al borde de su máximo histórico de $497. No hace falta inquirir demasiado para advertir los motivos.
El dato de inflación de mayo se publicará en unas pocas horas, y todos los pronósticos anticipan que el dato será de al menos el 8%. De confirmarse la proyección, significaría una leve baja respecto al récord de 8,4% que registró abril. Sin embargo aun así, implicaría un acumulado del 114% en los últimos 12 meses, y una velocidad proyectada del 140% hasta fin de año.
La fiebre por el dólar (y el rechazo de los argentinos a su propia moneda, el peso), se relaciona únicamente con las impotencias propias de la política.
A ello se suman las indefiniciones y desencuentros que arroja el conjunto de la política argentina, a escasas horas del cierre de alianzas electorales para 2023. Como pocas veces antes en la historia reciente, los espacios políticos no logran un mínimo nivel de consenso interno para estructurar una propuesta política en común, que arroje ciertas certezas al electorado. El cierre de alianzas es un crisol de desencuentros.
Las diferencias se dirimen a cielo abierto, en el escenario de los medios de comunicación, y amplificadas hasta el hartazgo en las redes sociales. Chicanas, pases de factura, mensajes sutiles, denuncias cruzadas. No ya entre opositores, sino entre aliados. Los mismos que desde mañana deberán convencer a la población de elegirlos en conjunto o en alianza como la mejor alternativa para dirigir los destinos del país, se distancian entre ellos sin tapujos.
El dólar no tiene la culpa. Ni el peso. Ni los especuladores. Ni el cepo. Ni siquiera las restricciones estructurales que hace décadas acechan la economía. La fiebre por el dólar (y el rechazo de los argentinos a su propia moneda, el peso), se relaciona únicamente con las impotencias propias de la política. Tanto para resolver civilizada e institucionalmente sus diferencias hallando consensos mínimos, como para resolver con gestión un problema como la inflación.
Con ese marco, la suba del dólar blue que se registra en la jornada de hoy, vuelve a ser sencillamente la fiebre que señala una enfermedad mucho más compleja.
Dato
- $496
- La cotización del dólar blue a horas del dato de inflación de mayo y del cierre de alianzas electorales.
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