¿Cómo me doy cuenta si estoy frente a una estafa piramidal o esquema Ponzi?

Los afamados esquemas piramidales han evolucionado desde los años 50 desde un simple “telar de la abundancia” a una estrategia más compleja de trading.

No hace muchos meses atrás, aún circulaban por barrios de la provincia de Neuquén vecinos y vecinas que reclutaban a otros coterráneos para sumarse al famoso “traete un amigo para poner $20.000 y en menos de un mes ganás $1.600.000” bajo el esquema telar. Este es el más burdo y obvio sistema de estafa conocido.

No hace más de dos años que entre jerarcas petroleros y gerentes e ingenieros, se reclutaban en campos y pozos de Vaca Muerta a colegas para ingresar en el sistema conocido como Apuestas Deportivas. Vamos a decir en este caso que en realidad fue un poco más corta la vida de esta red que comenzó en Mendoza y contagió a nuestra zona.

Como me dijo mi amigo digital, conocido bajo el apodo de Beto Mendeleiev, cuando hablamos de algunos de los casos que operan en nuestra zona: “Lau no te gastes -me dijo- las estafas son como la Medusa, vas a denunciar a una red y le van a salir tres cabezas más. La manera de pelear con ella no es denunciando, sino educando para que otros no caigan.”

Entienda el lector entonces, que no estamos aquí hablando de personas carentes de educación general. Ni siquiera de jóvenes menores de 20 años que cuentan -en su defensa- con la impronta de la inexperiencia. Les estoy hablando de señores profesionales, matriculados en diferentes áreas de salud, universitarios o pertenecientes a poderes judiciales y administrativos quienes, tentados por la recompensa, llevaron a amigos de amigos a nutrir esas redes.

Hay redes operando en nuestra zona.

Y no estamos hablando de algo que pasó hace 15 años atrás donde internet y su información inmediata no podría alertarnos de este tipo de prácticas. Hablamos de gente que tomó créditos personales, movidos por la avaricia, para abultar más la recompensa por involucrarse e involucrar familias y amigos en este tipo de sistemas donde las bases (o el último que se suma) es el que peor la pasa.

Ante la reciente noticia de una estafa piramidal en San Pedro, se despiertan las alarmas para el público inversor. Y es el mismo caso que en Neuquén, en General Roca o en San Martín de los Andes por mencionar ciudades al azar. Hay redes operando en nuestra zona. Solo hay que prestar un poquito más de atención.

No se puede denunciar de manera pública con nombres y apellidos, con marcas y demás, hasta que no haya una denuncia judicial en curso. Y esto es lo que los deja moverse durante tanto tiempo (para quienes no han visto la serie sobre la mayor estafa argentina, que fue la ZOE Capital de Cositorto, en Netflix, recomiendo). Sin que el primer perjudicado no active la alerta en la justicia, no se puede hacer denuncia pública de esta práctica.

Además, al provenir muchas veces el dinero de una persona que lo tiene “en negro” o no registrado, es difícil para algunas personas denunciar que le están robando eso que previamente no tenían regulado.

Por todo esto también, es que el mundo digital y las criptomonedas es el espacio ideal para que se repliquen los esquemas bajo el humo del “marketing de afiliación” o “network marketing” que derivan en “cursos de trading gratuitos” para terminar en cuentas que rápidamente pueden desaparecer de la noche a la mañana.

Como estamos para sumar desde estas líneas para que el aporte sobre la educación financiera la hagamos entre todos, vamos a meternos de lleno en qué es lo que tienen que considerar quienes empiezan a invertir sus ahorros desde cero.


¿Qué son las estafas piramidales y esquemas Ponzi?


Recientemente, se dio a conocer el caso de Rainbow Exchange (RainbowEx), plataforma que daba sugerencias de “trading” en la cual se podía lograr rendimientos diarios de 2% en dólares. A priori, para aquellas personas que están comenzando en el mundo de las inversiones, 2% no resulta ser una cifra exagerada, pero usemos el poder del interés compuesto para poder entender este caso.

Considerando un 2% diario, y utilizando como criterio el interés compuesto, ya que el 2% lo generarían sobre lo ya “ganado”, estaríamos hablando de una ganancia anual (considerando 365 días) del 137.640%. No existe ninguna inversión en el mercado de capitales que haya alcanzado tal rendimiento en el trayecto de un año.

Entonces, antes que nada, hay diferencias entre un esquema Ponzi y una estafa piramidal:

  • Estafa piramidal: Se basa en una estructura jerárquica, donde los participantes existentes reclutan a nuevos miembros. Cada nivel de la pirámide obtiene ingresos de los nuevos reclutas, y el dinero fluye hacia arriba. Para que el esquema funcione, debe haber un flujo constante de nuevos miembros, porque cada persona que se une paga a los niveles superiores. Respecto a la inversión a realizar se presenta como una oportunidad de negocio o ventas multinivel, donde los participantes «compran» derechos para vender productos o servicios. Sin embargo, el verdadero objetivo es el reclutamiento, y no las ventas.
  • Esquema Ponzi: No depende explícitamente del reclutamiento. Los participantes invierten dinero creyendo que están participando en una inversión legítima, pero en realidad el estafador usa el dinero de los nuevos inversores para pagar los supuestos «rendimientos» a los inversores anteriores. Aquí, los inversores no necesariamente reclutan a otros. En este caso, la inversión se presenta como una inversión financiera legítima, prometiendo altos rendimientos en inversiones, como fondos mutuos, bonos, criptomonedas u otros vehículos financieros. Los participantes piensan que están invirtiendo en algo concreto, pero los rendimientos provienen de nuevos inversores.

¿Cómo sé si estoy ante una estafa piramidal o esquema Ponzi? 


Ya sabemos las diferencias entre ambas estafas, ahora bien, aquí van algunas cuestiones a tener en cuenta para no ser víctima de estos fraudes “financieros”.

  • Promesas de altos rendimientos con poco o ningún riesgo: Las estafas piramidales suelen ofrecer ganancias excepcionales de manera constante, mucho mayores que las inversiones tradicionales, pero sin explicar claramente los riesgos involucrados. Si te ofrecen rendimientos garantizados, especialmente si son demasiado altos, es una señal de alerta.
  • Esquema de pagos dependiente de nuevos inversores: En los esquemas Ponzi, los pagos a los inversores anteriores provienen del dinero que invierten los nuevos participantes. Si las ganancias dependen de la captación de más inversores en lugar de las inversiones reales, es un indicio fuerte de estafa.
  • Falta de transparencia sobre cómo se generan las ganancias: Si la empresa u organización no explica claramente cómo se obtienen los rendimientos o los supuestos «negocios» parecen vagos, es probable que estén ocultando un esquema fraudulento. Los operadores legítimos detallan sus estrategias de inversión, modelos de negocio y riesgos asociados.
  • Restricciones para retirar dinero: Una característica común de las estafas Ponzi es la dificultad para retirar el dinero. Puede que te ofrezcan incentivos para reinvertir tus ganancias o te pongan obstáculos cuando intentes retirar fondos, como retrasos injustificados o cargos inesperados.
  • Falta de regulación o registro: Si la empresa no está registrada en las entidades reguladoras financieras o evade preguntas sobre su legitimidad, es motivo de desconfianza. Las inversiones seguras suelen estar reguladas y supervisadas por las autoridades competentes. Para el caso de Argentina, el ente regulador del mercado de capitales, es la Comisión Nacional de Valores.

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