Chilenos copan Bariloche para comprar mercaderías: «Acá pagamos todo la mitad»

Colas en los supermercados antes del horario de apertura, changos abarrotados de productos, gente intentando acomodar pilas de cajas y bolsas en los baúles de los autos con patentes chilenas. El proceso que comenzó meses atrás en los comercios de Bariloche se intensificó en los últimos días con los feriados de Chile y el alza constante del dólar.

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Chilenos copan Bariloche para comprar mercadería: colas de 50 personas antes de abrir en un supermercado

«El lunes cuando llegamos a trabajar, el supermercado todavía estaba cerrado y ya había una cola de 50 personas esperando. El sábado que cerrábamos a las 15, nos fuimos a las 20.30«, admitió una empleada del supermercado Puelche.

Claudia González, de Puerto Montt, cargaba cajas y más cajas en el baúl de su camioneta. Su hija estudia Medicina en La Plata y de tanto en tanto, Bariloche es el lugar de encuentro. Reconoció que es la cuarta vez en el año que visita la ciudad.

«A ella le sale más barato moverse dentro de Argentina y para nosotros nos resulta económico venir acá. Paseamos y aprovechamos para comprar porque Chile es caro. Los sueldos mínimos rondan los 500 dólares», resaltó la mujer.

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Llevaba varias botellas de detergente, jabón para lavar la ropa, comida para perros, galletitas y toda variedad de dulces. «En Chile, un kilo de porotos cuesta 2.800 pesos argentinos; acá salen 1.000. El kilo de arroz allá cuesta 1000 pesos; acá 500. Me animaría a decir que acá pagamos todo la mitad», precisó González.

«De todos modos -continuó-, da pena ver a la gente tan angustiada en el supermercado. Es una lástima ver lo que pasa en Argentina».

Al consultar a una comerciante de la calle Mitre admitió que hoy «los 1.000 chilenos se compran a 950 pesos y se venden a 1.100 aproximadamente. Un mes atrás los 1.000 chilenos se compraban a 840; mientras que se vendían a 900. Ha ido subiendo parejito con el dólar». Dijo que al comienzo de la temporada se compraba a 700 pesos.

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Viviana Rivera, de Puerto Varas, terminaba de acomodar la mercadería en unas cuantas bolsas. Visita la ciudad cada dos meses, junto a su hermana y amigas. Al igual que otros, combina paseo y descanso con compras que realiza antes de emprender el viaje de regreso. Por eso, la consigna es traer poco equipaje para tener el baúl disponible antes de volver a Chile.

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Hugo Morales, de Puerto Montt, visita Bariloche con frecuencia porque tiene familiares en la ciudad. «Aprovechamos a llevar cosas que nos conviene. Tenemos muchos gatos asi que llevamos alimento para ellos. No tanta comida, pero sí elementos para el aseo. El aceite allá cuesta 1.500 pesos y acá, 400«, resaltó.

«Llegamos a contar 14 autos chilenos por cada 2 argentinos»

Junto a su madre y su cuñada, María Paz Díaz, de Nacimiento, en la Región del Biobío, amagó a realizar las compras el último lunes, pero la cola para ingresar al supermercado era tan larga (por el feriado en Chile) que decidieron regresar este miércoles. «Llegamos a contar 14 autos chilenos por cada 2 argentinos«, advirtió sorprendida.

En un primer momento, las mujeres recorrieron San Martín de los Andes y el periplo continuó por Bariloche, el destino final. «Sabíamos que convenía comprar aquí, pero no imaginamos que tanto. Todo cuesta tres veces menos, especialmente en los elementos de aseo que son muy caros en Chile. Un shampoo que acá cuesta 1.500, en Chile sale 9.000. Es harta la diferencia», reconoció.

Señaló que también les conviene cargar nafta en Argentina. «La bencina cuesta 1.400 y acá 200», ejemplificó.

Cristina Delgado, de Puerto Montt, tampoco ocultaba su sorpresa por la diferencia de precios. Embolsaba botellas de aceite, harinas, salsas, detergente, jabón el polvo, shampoo y dentífrico.

Sostuvo que los productos en Argentina cuestan un 50% menos que en Chile; aunque el porcentaje puede llegar al 70% en productos como dentífricos o shampoo. «Por eso, no llama la atención la cantidad de compatriotas que uno encuentra en las góndolas. Ni hablar ahora con el nuevo salto del dólar», dijo la mujer.

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