Chau AFIP, hola ARCA: «Había una superestructura», dice reconocido tributarista
Entrevista con César Litvin, contador tributarista, quien también se refirió a la desinversión en tecnología en el organismo.
En diálogo con Diario RÍO NEGRO, el tributarista César Litvin analizó el reemplazo de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por la Agencia de Regulación y Control Aduanero (ARCA). Además, se refirió a la reciente supresión de la exención del IVA (Impuesto al Valor Agregado) para la venta de diarios, revistas y suscripciones digitales.
PREGUNTA: ¿Qué opinión le merece la disolución de la AFIP?
RESPUESTA: Hay que hacer historia. Hasta antes del 93 existían tres organismos. La Aduana, la DGI en los temas impositivos, y los recursos de la seguridad social en la Anses. En el año 93, la parte recaudatoria de la seguridad social se fusionó con la DGI. En el año 96, Silvani integró todo en un solo organismo denominado AFIP, que pasó a ser más un holding que abarcaba tres direcciones generales: Aduana, DGI y Seguridad Social. Esto nunca terminó de integrarse adecuadamente, había mucha burocracia y superposición de funciones. Hay cada vez más presupuesto para la parte salarial y menos para tecnología. Y a eso hay que agregar que, por cuestiones políticas, algunos funcionarios llegaban a la categoría máxima sin tener la idoneidad, las funciones pasaban a ser irrelevantes. Había una superestructura que afectaba la eficiencia.
P: ¿Y cómo se financiaba eso?
R: La AFIP se financiaba con autarquía. De la recaudación obtenida retiene el 1,9%, y dentro de ese 1,9%, hasta 0,65% es el sobresueldo, el premio, lo que se llama el fondo incentivo; estaba vinculado con la recaudación y era un suplemento del sueldo, que en algunos casos era el cuádruple del sueldo. Al estar vinculado con la recaudación, pierde el carácter que debería tener un bonus en el sector privado: bonus por eficiencia, bonus por productividad. Lo que se ha producido en el último año son algunas distorsiones dentro del mismo poder ejecutivo. O sea, las remuneraciones de los funcionarios jerárquicos de la AFIP eran notablemente superiores al del presidente de la Nación. Eso no resiste mucho análisis.
Las remuneraciones de los funcionarios jerárquicos de la AFIP eran notablemente superiores al del presidente de la Nación.
César Litvin, tributarista.
P: ¿Y qué cambia con la disolución de la AFIP?
R: Lo que hacen ahora es dejar este mismo esquema, cambian el nombre a la AFIP por ARCA, que sigue teniendo dos organismos, Aduana y DGI. La estructura en el gobierno anterior quedó muy sobredimensionada, mucha gente entraba sin tener las idoneidades correspondientes. Se debe apuntar a la idoneidad en el puesto, para lo cual hay que regresar a lo que se hacía hace algunas décadas, concursos, para que entre en juego el mérito y no la dedocracia de elegir a quién ponemos políticamente. Las funciones son complejas con lo cual hay que poner en cada puesto a los mejores.
P: El Gobierno anunció que se revisarían unos 3.000 contratos. La motosierra es peligrosa porque puede poner en la misma bolsa a gente valiosa, que la hay.
R: Claro. De esos 3.000, algunos pueden ser idóneos.
P: Que el presidente cobre 30 millones de pesos no sería un delirio hoy. Quizás el Gobierno se entrampó a sí mismo poniendo un techo muy bajo para el sueldo del presidente, porque los altos ejecutivos de la AFIP ya cobraban esto desde que inició la gestión.
R: Sí, claro. No pusieron el enfoque inmediato en esto, han puesto la mira en otros temas. El Estado se ha hecho tan grande que el Gobierno puede ser ciego, no ver cosas, pero cuando ve trata de resolverlo.
P: ¿La autarquía del organismo está en discusión?
P: No, en principio no fue dicho esto. Se apunta a reducir salarios por un lado y a reducir estructura por el otro, y los dos confluyen en un solo objetivo de reducir el gasto prestacional.
Se apunta a reducir salarios por un lado y a reducir estructura por el otro.
César Litvin, sobre el reemplazo de la AFIP por la ARCA.
P: Señaló que hay menos presupuesto para tecnología. ¿Qué implicancias tiene esto?
R: La tecnología es una herramienta esencial para cualquier administración tributaria, porque maneja una base de datos de toda la intimidad económica del contribuyente y además por la cantidad de tributos vigentes, por los intercambios de información que están vigentes y con todos los requerimientos internos que tiene el organismo. Debe tener una tecnología avanzada y de punta.
P: ¿Y para qué puede ayudar la tecnología?
R: La gestión de investigación de fraudes. Hoy con inteligencia artificial se puede hacer todo un análisis predictivo y se puede empezar a detectar mayor informalidad. Para la misma gestión, si las herramientas informáticas no son buenas, entorpecen la gestión y entorpecen al contribuyente, a través de sus interlocutores. A los contadores les pasa que se les cuelga la página con frecuencia o que los aplicativos para poder presentar declaraciones juradas llegan tarde y mal. Adam Smith, en 1700, había dicho que uno de los principios básicos de la tributación es hacer que las cosas sean fáciles para quien las paga. Y hoy en día no son fáciles.
PERFIL
César Litvin
– Socio C.E.O. de Lisicki Litvin & Asociados.
– Se graduó como Contador Público en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
– Fue presidente del Instituto Tributario de la Federación Argentina de Graduados en Ciencias Económicas (FAGCE).
– Es autor del libro “Impuesto a las Ganancias” (2011), y brinda conferencias sobre temas tributarios.
– Es profesor titular en la cátedra Teoría y Técnica Impositiva I, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
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