Bono de fin de año o aumento de ‘suma fija’, la nueva grieta en el seno del gobierno
Cristina Kirchner había reclamado el viernes en su reaparición pública, un aumento por decreto para recomponer los salarios frente a la inflación. Alberto Fernández se refirió al tema en una entrevista radial el fin de semana. El mandatario se muestra dubitativo, y enfrenta además la resistencia de los sindicatos más fuertes.
El deterioro del poder adquisitivo es una de las de las consecuencias más nefastas que tiene una inflación sostenida en el tiempo, y con tendencia creciente. Es uno de los grandes dilemas con el que debe lidiar el gobierno del Frente de Todos, que a priori se supone de base popular, y que tiene la reivindicación salarial como una de sus principales banderas discursivas.
Encontrar la manera de recomponer el salario real, que desde hace cinco años pierde sistemáticamente la carrera contra los precios, se ha convertido en una nueva grieta puertas adentro del oficialismo. Las diferencias internas volvieron a aflorar el pasado fin de semana cuando Cristina Fernández de Kirchner reclamó un aumento de suma fija que ayude a recomponer el salario.
La Vice Presidenta habló por primera vez tras el atentado perpetrado en su contra a fines de septiembre, y su palabra era esperada por todo el arco político, dado el peso político que tiene su figura en el oficialismo. Sus definiciones dejaron a la vista nuevamente las tensiones internas en relación al manejo de los resortes clave de la economía.
Cristina se dedicó a resaltar con énfasis la política salarial del primer kirchnerismo y destacó los aumentos establecidos al inicio del gobierno de Néstor Kirchner. Precisamente allí radica la discusión. En el seno del kirchnerismo insisten con la necesidad de establecer por decreto una serie de aumentos de suma fija que eleven el piso salarial de los sectores de menos ingresos.
«Estamos evaluando el tema. Yo veo lo mismo que Cristina, hay que recomponer los ingresos más bajos. Las paritarias están funcionando con total libertad, lo que yo pido es que le ganen a la inflación”
El diagnóstico que manejan en el kirchnerismo, es que la rentabilidad de las empresas no ha dejado de crecer pese a la pandemia, las cuarentenas, la inflación y la guerra, y que esa mejora no se refleja en la evolución del salario. En efecto, Cristina volvió a señalar el pasado viernes que solo en dos ocasiones en la historia argentina, la participación del salario en el valor agregado superó el 50%, en el periodo 1973/74 y en el periodo 2011/2013.
En la vereda opuesta, el Presidente Alberto Fernández coincide en el diagnóstico (es necesario recomponer el salario real), pero se niega rotundamente a establecer un aumento de salarios por decreto en este contexto. El mandatario brindó una entrevista radial a Futurock el domingo, y se refirió al tema explicitamente.
«Estamos evaluando el tema. Yo veo lo mismo que Cristina, hay que recomponer los ingresos más bajos”, fue la primer respuesta del Presidente.
Acto seguido, apeló a un sencillo ejemplo para referir a las posibles distorsiones que podría generar un aumento por decreto. “El tema es ‘donde hacés el corte’, porque si el corte lo haces con alguien que gana $90.000 y das un aumento de $30.000, esa persona pasa a ganar $120.000, y entonces el que gana $100.000 te va a decir ¿y a mi?”, indicó. “No es un tema fácil de resolver en el contexto en el que vivimos» finalizó.
No obstante, el telón de fondo de la disputa tiene a la CGT como protagonista. Los «gordos» de la central obrera se oponen a los aumentos por suma fija, porque entienden que su poder de negociación frente a los empresarios quedaría diluido. Sabido es que en las negociaciones paritarias, cada vez que se acuerda un incremento, suelen incluirse cláusulas que refieren al «aporte solidario» que los afiliados realizan al gremio como parte del aumento salarial. En definitiva, un aumento de suma fija despoja a los sindicatos de una recaudación significativa.
La Vice Presidenta intentó despegarse de esa disputa. «Nadie puede creer que nosotros estemos en contra de la negociación paritaria», indicó el viernes. No caben dudas sin embargo, que la interna sindical del Frente de Todos también se juega en la medida que finalmente se tome para fortalecer el salario. Los sindicalistas sospechan que Cristina busca capitalizar políticamente la mejora salarial, y quedarse con el crédito político.
Otro tema no menor, es que un aumento de suma fija cargaría fuertemente las cuentas del sector público en todos sus niveles. A ello también refirió el Presidente. El periodista de Futurock le señaló al mandatario que al inicio de su gobierno y previo a la pandemia se estableció un aumento por decreto de $5.000. “Vuelvo a repetir que no es un tema tan simple. Por ejemplo, un número muy importante de esas personas que tienen menores ingresos, que son empleados municipales. Hay que ver si los municipios pueden hacer frente a eso. Es muy fácil plantearlo, al llevarlo a los hechos es bastante más complejo” señaló Alberto Fernández.
Todo indica que el gobierno se inclinará finalmente por un «Bono de Fin de Año» por única vez y focalizado en sectores puntuales, similar al IFE aplicado durante la pandemia.
El dato es certero. El Ministro de Economía Sergio Massa indicó la semana pasada que «de los salarios de menos de $120.000, el 60% son empleados municipales», y que establecer un aumento de suma fija, haría añicos las cuentas de gran parte de los municipios del interior.
La alternativa que manejan cerca del Presidente, y que en el equipo económico evalúan como más viable, es un «Bono de Fin de Año». Es decir una asignación similar al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) aplicado durante la pandemia, que en lugar de establecer un aumento permanente de salarios, se cobra por única vez, quizá en dos o tres veces, y enfocado en sectores y segmentos de ingresos puntuales.
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