Bariloche: los números confirman una alarmante caída del turismo interno

En el período enero/agosto de este año los visitantes extranjeros superaron el30% del total, muy por encima del promedio de la última década. La crisis económica obligó a los argentinos a postergar los viajes.

La crisis económica que impactó de lleno en el bolsillo de los argentinos tuvo directa responsabilidad en los magros resultados de la última temporada turística en Bariloche, donde la participación relativa del turismo interno registró una caída sin antecedentes en la última década.

La estadística que elabora el municipio con datos sobre arribos, procedencia y lugar de alojamiento de los visitantes que recibe Bariloche revela que este año se derrumbó el público argentino, cuya participación en el total fue la menor de los últimos 14 años.

Del informe con cierre al 31 de agosto (que incluye la temporada alta de invierno) surge que la ciudad recibió 681.887 turistas en los primeros ocho meses del año. En 2023 se había registrado el récord desde que se iniciaron los relevamientos (2008 hasta hoy) con 749.465 visitantes. La caída interanual fue del 9,1%, cuando los vaticinios apuntaban a una debacle mayor.

Pero si el número total se mantuvo en valores aceptables, en el desglose queda demostrado que fue gracias al público extranjero. El turismo argentino había representado el 77% del total el año pasado y cayó ahora al 70,8%. Mientras que los provenientes de otros países saltaron del 23,2% al 30,1%.

El secretario de Turismo del municipio, Sergio Herrero, dijo que “el turismo interno pasa por un momento complicado. En este contexto económico, no es difícil entender por qué. No hay magia posible. La gente tiene menores ingresos y es esperable que recorte en viajes, en esparcimiento. Antes podía, ahora no”.

Explicó a modo de ejemplo que “venir desde Salta, con dos vuelos, es algo que antes muchos podían, y lo hacían. Ahora no es para cualquiera”, por eso desde la secretaría, en conjunto con las cámaras empresarias de Bariloche, realizan continuas gestiones “con las compañías aéreas y con las tarjetas de crédito, para que ofrezcan promociones. Es lo único que puede reactivar un poco en un caso así”.

Dijo que “el argentino en un momento como este mide el dinero y prioriza”, en cambio el turista extranjero no tiene las mismas restricciones y por eso creció su participación en el total, al punto de representar 3 de cada 10 arribos a Bariloche. Esa cifra destaca porque el conjunto de extranjeros (sumados los de países limítrofes y “resto del mundo”) promedió en la última década el 16.1%.

Durante el invierno fue notorio el aporte de brasileños. También el turismo chileno se recuperó este año e incluso rompió barreras históricas.

Pocos antecedentes

Para encontrar una baja tan notoria del turismo nacional hay que remontarse a 2010, cuando cayó al 66,4% de los ingresos totales. Es decir que ese año un tercio de los visitantes recibidos por Bariloche fueron extranjeros.

Para los nacionales, el costo de viajar a la cordillera también es un factor que juega en contra, y en momentos de crisis suelen permanecer las estadías más cortas y los destinos más cercanos.

Consultado sobre otras estrategias para recuperar el número de viajeros que eligen la ciudad, Herrero dijo que las tarifas de alojamiento y gastronomía juegan un rol importante. Y desmintió que Bariloche “esté caro”. Dijo que a diferencia de otros destinos la ciudad tiene más de 31.000 camas, con una variedad muy grande de categorías y precios.

“Es verdad que no cualquiera puede alojarse en un cuatro o cinco estrellas, pero la gama es enorme. Hay que buscar -argumentó-. Para tomarte un café en el centro encontrás 3 ó 4 precios distintos en una cuadra”.

Otros datos que preocupan

El número absoluto de visitantes cayó casi un 10% este año en relación al anterior, pero hay otras variables que también llaman la atención de los especialistas. Una de ellas es la estadía promedio, de la que surge la cantidad de pernoctes efectivamente vendidos.

Cuando el promedio de estadía por turista en la última década siempre estuvo por encima de los cuatro días -con un pico de 5,5 en 2018- este año entre enero y agosto ese indicador cayó a 3,7 días.

Como resultado, la cantidad de pernoctes en alojamientos habilitados en el período enero/agosto de 2024 fue de 2.704.247, con una caída interanual del 15,4%, es decir seis puntos más que la baja registrada en el número de turistas.

Este dato suele ser seguido con dedicada atención porque refleja como ningún otro el movimiento económico que genera la actividad.

La fuerte retracción del turista típico argentino, familiar y de clase media quedó en evidencia también por el tipo de alojamiento elegido. Esa franja, por lo general, consume hotelerías y hospedajes de 3 estrellas. Este año ese tipo de oferta concentró el 15,2% del público, cuando el promedio histórico para ese estrato es del 21,2% y hubo picos como el de 2017, cuando llegó a representar el 28,1% de los pernoctes totales.

En cambio la hotelería de alta gama, elegida en buena proporción por el turismo foráneo, este año absorbió el 15,5% del total de visitantes, algo más que el año pasado, cuando llegó al 15,1%, y siempre por encima de la media histórica que se ubica en el 13%.


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