Apuesta a una ganadería sostenible en Patagonia

Por INTA

El 10 de julio se celebra en todo el país el Día de la Ganadería, en reconocimiento a la importancia de la actividad ganadera en el marco de la economía nacional. En Patagonia, esta actividad tanto ovina como bovina tiene sus particularidades, pero con un denominador común: la búsqueda de prestigio y calidad.
Como una herramienta ordenadora y de intervención en la ganadería patagónica, el INTA lanzó el proyecto macro regional “Ganadería sostenible en zonas áridas de la Patagonia”.

“Buscar producciones más sustentables es clave pensando en los mercados externos y las exigencias de los consumidores”, explicó Andrés La Torraca –responsable del proyecto macro regional – y destacó la importancia de trabajar en esa línea con grupos de productores y otras organizaciones: “Es un paso estratégico y debemos abordarlo en articulación público-privada para instalar la propuesta de una ganadería ética y sustentable”.

El proyecto propone la consolidación de un paquete tecnológico innovador en base al Estándar Argentino de Bienestar Animal que cuente con la participación y articulación de actores de la producción (distintos estratos), industrialización y comercialización de carnes y fibras, gobiernos provinciales y otros programas.

Los especialistas coinciden en la creciente y profunda crisis que desde hace décadas atraviesa la ganadería extensiva en la zonas más áridas de la Patagonia. La misma se refleja en la caída de las existencias ovinas (54 % menos en los últimos 40 años) y caprinas, la disminución de establecimientos ganaderos en producción (subocupación, desocupación y abandono de campos), y el reemplazo por otras actividades económicas, con el consecuente despoblamiento rural.

Las fluctuaciones en los precios de la fibra y carne, la baja eficiencia del sistema productivo y la escala de producción, afectan la rentabilidad de la ganadería. A esto último se agregan la migración de la población rural y falta de mano de obra, el aumento de las pérdidas por predación, la desinversión en infraestructura predial, las dificultades en el acceso a financiamiento, la comercialización y el cambio climático.

Esta iniciativa brinda herramientas para un sector cada vez más interpelado por consumidores preocupados por la salud, el medio ambiente y pendientes de las formas de producción de alimentos y la calidad de vida que experimentan los animales.

De acuerdo con los equipos técnicos que impulsan este proyecto, “hay un cambio de paradigma que no solo es traccionado por la industria, sino por consumidores que exigen certificación de calidad a lo largo de todo el proceso de producción”.

La iniciativa apunta a mejorar aspectos productivos clave: aumentar la producción de lana, carne ovina y bovina; disminuir las pérdidas de stock por predadores y eventos climáticos, y además, considera implementar sistemas de información y alerta temprana para sequías, nevadas e incendios.

A diferencia de otros proyectos ganaderos que se impulsan desde las áreas de investigación y extensión del INTA, este proyecto surge desde el sector de producción ganadera representada en los Consejos Regionales del INTA Patagonia Norte y Patagonia Sur con el objetivo de revertir la caída del stock ganadero en toda la región, mejorar la eficiencia y el bienestar animal desde una visión integradora y sistémica de la ganadería.