Dos testigos comprometieron a Hinricksen
Acusó de mentir a los estibadores de la aduana.
Juicio por “Manzanas Blancas”
El allense debió salir de la sala del juicio por unos minutos. Dijo que estaba “descompuesto de escuchar mentiras” de los testigos.
BUENOS AIRES (ABA).- “Estoy descompuesto de escuchar tantas mentiras”, irrumpió elevando la voz el empacador allense, Nelson Hinricksen, y obligó ayer a suspender momentáneamente el juicio oral y público por el caso “Manzanas Blancas”.
Hinricksen estaba atento a la declaración de Diego Corbalán, una de las personas que participaron de la apertura de los contenedores en los que se encontró el cargamento de cocaína (oculto en cajones de manzana) en la Terminal 4 de la aduana de Buenos Aires. Hasta que de pronto pidió a través de su letrado una interrupción alegando un malestar.
Tanto con Corbalán como con el otro estibador que participó del corte de los precintos (Sergio Mezza), el rionegrino venía de mantener sendos careos.
Hinricksen casi pegó un brinco de su silla apenas Corbalán dijo: “Sin estar nosotros (por él y Mezza) no se pueden sacar los pallets”. Es que de ese modo estaba contradiciendo la versión del allense, quien asegura que cuando llegó (al lugar del operativo) ya estaban fuera de las cajas dos pallets de manzana.
“Vos te acordás de mí. Cuando empezaste a hablar dijiste la verdad, que había dos pallets abajo; media hora más tarde llegué yo con mi abogado y un despachante, sino hubiera estado en el momento de la apertura del contenedor; después ayudé”, le disparó Hinricksen.
Pero Corbalán se mantuvo en su posición: “Al abrir el contenedor el señor (por Hinricksen) estaba presente, porque no se puede hacer sin la presencia del responsable y del despachante”, explicó mirando a los jueces. “No me acuerdo si ayudó, sí que se comportó bien con nosotros”, concluyó Corbalán.
El presidente del Tribunal en lo Penal Económico Nº 3, Luis Imas, buscó profundizar con una frase capciosa.
“Usted afirmó que había dos pallets sobre el suelo”, le dijo el juez a Corbalán, a lo que éste contestó: “No, no dije eso”.
En cuanto al operativo, Corbalán subrayó que las manzanas se volvieron a colocar en las cajas y los ladrillos de droga se llevaron a una balanza.
Antes el otro estibador, Mezza, había dicho que al abrir los precintos éstos estaban intactos y describió el aspecto de entonces de Hinricksen como “asustado”. Y ante esta afirmación, el allense reaccionó: “No podés olvidar que cuando llegué estaban los pallets en el piso, que estuvimos hasta las tres de la madrugada comiendo sandwiches, que colaboré”.
Pero Mezza también mantuvo su postura. “Esto sí, pero cuando se abrió el contenedor usted estaba presente”.
La cuestión es relevante ya que uno de los argumentos de la defensa es que la droga fue insertada antes de que el personal aduanero hiciera la apertura de las cajas de manzanas.
Si bien tanto Corbalán como Mezza declararon como testigos del operativo, cortaron los precintos al recibir una orden de la Aduana, un dato que la defensa tiene bajo la lupa, aunque los querellantes aseguran que es habitual.
Un detalle en el que coincidieron varios testimonios fue en la actitud de Hinricksen de nunca querer escapar durante el procedimiento, que duró varias horas.
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