Dos muertos y dos autores: los crímenes en Vaca Muerta están llenos de misterio
Las autopsias arrojaron resultados inesperados. La investigación recién comienza, y hay muchas dudas sobre el movil.
El doble crimen en Añelo fue en la madrugada del 8 de marzo. Foto: Gentileza Radio Municipal Añelo
Un hombre quedó detenido hoy con prisión preventiva por seis meses, acusado de participar en un sangriento episodio ocurrido en Añelo, la capital de Vaca Muerta, el lunes a la madrugada.
Fue un ataque a balazos que perpetraron dos personas con tres armas de fuego del que fueron víctimas una mujer y sus hijos en su vivienda.
Murieron uno de los agresores y uno de los hijos de la mujer, Kevin, de 22 años.
Identidades desconocidas
La investigación apenas comienza y hay muchísimos interrogantes por despejar. Ni siquiera se sabe el nombre del agresor que murió, y hay un prófugo cuya identidad también se ignora.
Así quedó reflejado esta tarde en la audiencia de formulación de cargos.
Kevin Vázquez, el joven de 22 años, padre de una niña de corta edad, era al parecer el objetivo de la agresión.
«¿Dónde está, dónde está?», gritaba el hombre armado que entró en primer lugar a la casa, y en cuanto vio al joven empezó a dispararle.
Claudia Almuna, quien salió en defensa de sus hijos Kevin y Brian (de 20 años), resultó con golpes leves.
Claudia se trabó en lucha con el hombre que disparó contra su hijo. Tomó un martillo con el cual lo golpeó reiteradas veces y un cuchillo con el cual lo apuñaló.
Una de las puñaladas llegó hasta el corazón del hombre y le causó la muerte. Así lo reveló la autopsia conocida esta tarde.
El cómplice
En el cadáver también encontraron al menos tres balazos que se los habría disparado su cómplice, pero que estaban dirigidos a Claudia.
Este segundo hombre tenía una pistola y un revólver en cada mano. Cuando comprobó que su amigo estaba muerto recogió el arma de fuego y escapó. Su identidad se desconoce.
Brian, en tanto, también sufrió heridas leves. Una vecina lo escuchó gritar «mamá, te la re mandaste». Otra, en tanto, oyó a Claudia: «me mataron a mi bebé».
La persona a la cual le dictaron la prisión preventiva como coautor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego es un hombre que no ingresó a la vivienda: estaba afuera, en un automóvil que tampoco fue identificado, y escapó con el agresor que sobrevivió.
La fiscalía y la defensa solicitaron, y así lo indicó el juez Cristian Piana, que no se difunda su nombre ni su imagen para no entorpecer la investigación.
Acusación y defensa
La acusación está a cargo de la fiscal Sandra Ruixo. Es uno de sus últimos casos, porque ya le aceptaron la renuncia para jubilarse con fecha 1 de mayo. La acompañó, como casi siempre, la asistente letrada Lucrecia Sola.
Admitió que faltan producir muchas pruebas, pero señaló que hay elementos suficientes para sostener la acusación contra el sospechoso.
Entre otros elementos esenciales, faltan el auto y las tres armas. En la vivienda escenario del ataque quedaron, además de innumerables manchas de sangre, casquillos calibre 9 mm y 22. En una vivienda cercana encontraron una 9 mm, una 32 y un aire comprimido que no se sabe si tienen relación con la agresión.
No se informó de qué calibre fue la bala que le quitó la vida a Kevin.
Aunque no abundó en detalles sobre el móvil, la fiscal sugirió una posible conexión con un incidente ocurrido el año pasado y supuestas amenazas hacia la familia.
La prueba más fuerte contra el detenido es que la madre (con dudas) y el hijo que sobrevivió al ataque lo señalan como el conductor del automóvil.
La defensora oficial Laura Giuliani dio una versión sobre el incidente entre las dos familias. Dijo que en octubre o noviembre del 2020 los hijos de Claudia Almuna le habrían ofrecido al hijo del ahora detenido «participar de una actividad ilícita» y negó la existencia de amenazas.
Según afirmó, el imputado no tiene auto y hay un testigo que afirma que el domingo a la noche se acostó a dormir después de ver el partido de Boca. El episodio ocurrió a las 0.40 del lunes.
El imputado asistió a la audiencia. Movía la cabeza en señal de «no» cuando la fiscal Ruixo describía su presunta participación en el hecho, y asentía cuando la defensora oficial lo intentaba despegar del caso.
El juez Piana dio por aceptaba la formulación de cargos y dictó seis meses de prisión preventiva, por riesgo de fuga y peligro para las víctimas.
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