Doña Eloina, de Huinganco: risas, tristeza, abandono
Postales de Huinganco, de la mina que hasta hace muy poco era un museo y hoy luce barrido por el tiempo, el viento, la desidia; y de una habitante que cuenta junto a su historia la de una familia, la de un lugar y la de sus habitantes.
Adentro del bosque que está contiguo al prado verde en el que está anclado, desde hace millones de cosas, aquel ranchito… Bueno, ahí, adentro de ese bosque, está la casa en la que vive Doña Eloina. Se pone feliz de vernos llegar y se ríe a carcajadas como hace tiempo no veo reír a alguien. Contagia. Y entramos a su casa como a su vida.
“Les sirvo un ref
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