Menos del 30% de las frutas y verduras que consumimos en la Patagonia son de producción local: ¿Cómo revertir esto?
La agroecología se afianza como modelo productivo y en la región hay chacras que se adaptaron a esta tendencia. También en casa y en nuestros espacios urbanos podemos producir nuestros alimentos.
Para realizar cambios fuertes en las matrices productivas de las regiones, es necesario ir más allá de la retórica y concretar acciones que fortalezcan nuevos modelos productivos, que privilegien el ambiente y la salud. Propuestas palpables para la agricultura urbana, la producción de alimentos sanos y la soberanía alimentaria. Hoy, nos interesa conocer sobre la agricultura biodinámica y cómo se practica en la región.
Nueva Ruralidad
La Agricultura Biodinámica, como la etimología de su nombre indica, es la “ciencia que estudia las fuerzas vitales de la vida”. Es un tipo de agricultura que basa su actividad en situar los componentes vivos de una producción en un conjunto interrelacionado que equilibra la disposición de nutrientes entre la producción agrícola y otros elementos que cohabitan en ella, como animales y otro tipo de plantas que nutren el suelo con el objetivo de devolverle a la tierra algo de lo que provee al productor.
- 400 gr
- es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud para el consumo. 200 gr de frutas y 200 gr de verduras.
No es nada nueva esta técnica. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XX, en el ciclo de conferencias impartidas por Rudolf Steiner en 1924, padre de la Agricultura Biodinámica. En esta época, ya había muchos agricultores que empezaban a ser conscientes de la pérdida de la fertilidad de la tierra y de la calidad nutritiva de los alimentos.
En ese momento comienza a surgir la Agricultura Biodinámica que considera a la tierra como un cuerpo agrícola que se debe mantener fértil utilizando medios naturales: rotaciones de cultivos, fertilizantes naturales y control de malas hierbas y enfermedades utilizando productos basados en plantas y minerales.
La idea de volver a las raíces y reimpulsar la vida agrícola familiar en la región, fueron motivos suficientes para que Jorge Aragón junto a su esposa Cecilia decidan crear hace más de 15 años “Janus – Proyecto rural integrador” en Contralmirante Cordero bajo las bases de la agroecología.
Jorge es Ingeniero agrónomo, se crió en Cipolletti. La chacra siempre ocupó un lugar en su vida. Su familia estuvo siempre vinculada a la actividad productiva tradicional y durante su ejercicio profesional se desempeñó durante más de treinta años en una reconocida empresa frutícola.
En 2009, junto a su esposa decidieron comprar una chacra en Contralmirante Cordero y darle forma a un proyecto que se basa en la producción sustentable, la agroecología y la agricultura orgánica. En el Alto Valle se concentra una población que ronda el millón de habitantes.
“Nuestra región tiene características únicas para que las comunidades vuelvan a vincularse con la tierra. Tenemos un sistema de riego excepcional que persiste hace más de cien años con tierras jóvenes y sumamente fértiles”, agrega.
Huerta en casa:
Es una tendencia que tuvo su auge en la pandemia y en algunos patios o balcones perdura hasta hoy. Jorge Aragón, en RÍO NEGRO RADIO indicó, “cultivar nuestros propios alimentos nos permite tener un control total sobre el uso de agroquímicos y otros insumos».
Aragón resalta que en la región, a pesar de las limitaciones de luz durante esta época, es posible producir verduras de hoja y otras especies de crecimiento rápido que son adecuadas para el consumo en invierno.
Hay estadísticas que revertir. Jorge menciona que menos del 30% de las verduras consumidas en la región son de producción local según datos del Mercado concentrador. “Es necesario fomentar la agricultura urbana y la producción casera para reducir la dependencia de alimentos que llegan desde otros lugares”, asegura.
La OMS recomienda un mínimo diario de 200 gramos de frutas y 200 gramos de verduras por persona. Sin embargo, las estadísticas en Argentina revelan una preocupante realidad: el 69% de la población no alcanza este criterio de consumo adecuado. Esta deficiencia en la dieta contribuye a la prevalencia de enfermedades no transmisibles, que podrían ser evitadas con una alimentación más saludable.
¿Y qué sembramos en junio?:
Acelga, apio, arvejas, brócoli, coliflor, cebolla, espinaca, lechugas (en sus distintas variedades), kale, habas, rabanito, remolacha, repollo, cebolla de verdeo, zanahoria, ajo, puerro, cilantro, trigo, perejil, nabo y mostaza.
Nueva ruralidad en DIGO:
Jorge Aragón integra la comunidad de RÍO NEGRO. Podés escuchar sus capítulos y conocer mucho más en relación a este tema. Recordá descargarte DIGO en el App Store y Play Store o ingresar a rionegro.com.ar/digo para mantenerte actualizado de todos los aportes que hace nuestra gran comunidad en Río Negro y Neuquén.
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