Cómo repoblar las chacras: Allen se decide por la agroecología
La ciudad reacciona al creciente abandono de la producción agrícola y la pérdida de suelos fértiles. En qué consiste la dinamización agroecológica que proponen y cómo se implementa.
Hay una tendencia caótica a urbanizar el territorio en nuestra región.
Cada vez aparecen más núcleos urbanos e irrupciones inmobiliarias en medio de una matriz agrícola acarreando ineficiencias en el uso de los recursos y la pérdida irremediable de suelos fértiles.
En este contexto, ¿hay nuevos modos de repoblar las chacras y, de alguna manera, descomprimir la presión urbanística que afecta el suelo rural del Alto Valle? Al menos una respuesta a este interrogante acaban de dar en Allen.
A través de la ordenanza aprobada recientemente por unanimidad en el Concejo Deliberante, esta ciudad decidió avanzar hacia la dinamización agroecológica. La iniciativa fue el resultado de un trabajo conjunto entre organizaciones y productores locales, regionales y nacionales.
El proyecto, enviado por el Ejecutivo municipal, tiene por objetivo la dinamización del potencial agroecológico territorial, dando solución gradual a la situación de abandono progresivo de la actividad agrícola. La actual ordenanza fomenta la promoción e impulso de la agroecología, su certificación y comercialización, el acceso a la tierra de manera asociativa y la creación de comunidades agrarias regenerativas para animar el arraigo.
Se trata del segundo municipio que tracciona hacia una nueva ruralidad. A fines del 2022, el municipio de Contralmirante Cordero y Barda del Medio también generó esta apuesta de desarrollo productivo agroecológico.
Municipios agroecológicos:
Antonio Puerta, director general de Ambiente Sustentable de Allen, opina que la presentación de la ordenanza responde a dos motivos reales. Por un lado, si bien Allen mantiene la mayor cantidad de hectáreas en producción, la mitad de las hectáreas productivas se encuentra en estado de abandono, desmonte o sin actividad.
“La cifra empeora cada año, debilitando el entramado económico productivo de pequeños y medianos productores, y traduciéndose en la decadencia del sector, la cultura y la identidad valletana. Otra de las pérdidas es la falta de recambio y transferencia generacional, la falta de arraigo y de repoblamiento rural. La ausencia de producción de alimentos de cercanía es el alejamiento de la soberanía alimentaria”, reflexiona Puerta.
La intendenta de Allen, Liliana Martín, también se pronunció sobre este camino hacia una nueva ruralidad. “La iniciativa fue resultado de un trabajo conjunto entre organizaciones y productores que valoraron la nueva norma como una victoria de los pueblos que impulsan una transición hacia un modelo circular, sano, sustentable y solidario”, sostiene Martín.
El actual marco normativo se traduce en una herramienta que promueve la producción agroecológica y el abastecimiento de alimentos para la población cercana, respetando la diversidad natural productiva y cultural.
La voz de la experiencia:
Cecilia Ambort y Jorge Aragón son agrónomos y mentores de JANUS Proyecto Rural Integrador, una granja Agroecológica basada en los principios de la Agricultura Biodinámica en Contralmirante Cordero.
Cada vez se visibiliza más este modelo productivo para repoblar las chacras y, de alguna manera, descomprimir la presión urbanística que afecta el suelo rural
Jorge Aragón. JANUS Proyecto rural integrador.
Como otros productores de alimentos sanos celebran este tipo de avances que beneficia a toda la región. “La reciente aprobación de estas dos ordenanzas por parte de la municipalidad de Allen y Cordero significa un fortalecimiento de esta política agroecológica. Va a haber repercusiones en la provincia y con acompañamiento a nivel nacional desde la Dirección de Agroecología. Esa propuesta de una nueva ruralidad sigue en sintonía con el concepto de producir alimentos para las poblaciones cercanas de una manera también sostenible desde lo ambiental, lo social y económico. Es decir, cada vez se visibiliza más este modelo productivo para repoblar las chacras y, de alguna manera, descomprimir la presión urbanística que afecta el suelo rural”, comparte Jorge Aragón, quien también integra la comunidad DIGO de Diario RÍO NEGRO.
La ordenanza ayuda a que se haga visible la agroecología. Permite que se entienda que existe una forma diferente de cultivar que contempla a la sociedad, a la relación con el ser humano.
Dicen Soledad Hamdan y Gustavo Giardina, productores agroecológicos en la zona de Allen.
Soledad Hamdan y Gustavo Giardina son productores agroecológicos en la zona de Allen. Estos pioneros del siglo XXI consideran un gran acierto que desde el municipio se promuevan políticas que estimulen a rehabitar las chacras, producir alimentos sanos para las poblaciones de cercanía de una manera asociativa y que llegue directamente al consumidor.
“La ordenanza ayuda a que se haga visible la agroecología. Permite que se entienda que existe una forma diferente de cultivar que contempla a la sociedad, a la relación con el ser humano. De esta manera se valora la soberanía alimentaria y la diversidad. Es una herramienta que posibilita que nos unamos y conozcamos para potenciar recursos. Ahora empieza el trabajo verdadero que es hacerla vigente en los territorios”, comenta la familia productora que lleva adelante el Espacio Productivo y Recreativo EYWA, en Allen.
Trabajo conjunto y en redes:
Pablo Lumerman es director de la Consultora Liquen, empresa dedicada a acompañar y facilitar el desarrollo de proyectos colaborativos agroecológicos y regenerativos en la región. Desde Liquen acompañaron el proceso del municipio de Contralmirante Cordero y se involucraron con la iniciativa generada en Allen. “ Esta ordenanza nos parece algo muy promisorio porque anima a que cada vez más gobiernos locales asuman el desarrollo agroecológico como una prioridad para toda la región del Comahue”, fundamenta Lumerman.
Otra de las organizaciones que participó del proceso fue el Laboratorio de Ecología de Bordes de la Universidad de Flores. “Nos inquieta la tendencia caótica de ocupación del territorio acarreando ineficiencias en el uso de los recursos y la pérdida irremediable de suelos fértiles. Identificamos que es común que las nuevas urbanizaciones que se desarrollan en la matriz rural se den en chacras que por diferentes razones se volvieron inviables desde el punto de vista productivo”, revela Luciano Boyero, Doctor en Ciencias Agropecuarias e investigador del Laboratorio de Ecología de Bordes.
Visualizamos cómo el gobierno local le asignaba cada vez más prioridad a la temática, buscando el consenso de toda la red regional, hoy articulada en el Nodo Agroecológico del Alto Valle
Pablo Lumerman.
“La ordenanza representa una herramienta para pasar del campo de las ideas al campo de la realidad”, finalizó Luciano Boyero.
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