Día del orgullo: las políticas de Milei y su impacto en la comunidad LGBT de Argentina

La opinión de Federico Sacchi. Integrante de la comunidad DIGO.

Por Federico Sacchi* | Especial para RÍO NEGRO:

La discriminación y la violencia hacia la comunidad LGBT en Argentina son problemáticas persistentes que han adquirido una nueva dimensión con la llegada al poder de Javier Milei. Es importante examinar cómo se manifiesta esta violencia en políticas que amenazan con revertir los avances en derechos humanos logrados en las últimas décadas.



La discriminación y la violencia contra la comunidad LGBT se manifiestan en múltiples aspectos de la vida cotidiana. Desde la denegación de derechos laborales y de salud hasta la exclusión social y familiar, estos actos de odio envían un mensaje de rechazo y peligro a toda la comunidad LGBT, afectando profundamente su bienestar y seguridad.


La violencia estructural se evidencia en barreras que obstaculizan el acceso a servicios esenciales y oportunidades equitativas. La falta de marcos legales adecuados y políticas públicas inclusivas agrava esta situación. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la «violencia por prejuicio» es una forma de agresión que comunica un mensaje de terror y exclusión hacia grupos específicos. Esta violencia se fundamenta en emociones negativas arraigadas y en estereotipos deshumanizadores que perpetúan la marginación y la discriminación.

El impacto de los discursos de odio:



Los discursos de odio dirigidos contra la comunidad LGBT amplifican las violencias estructurales y sistémicas. La retórica despectiva y excluyente no solo estigmatiza, sino que también legitima actos de violencia y discriminación. Este ambiente deshumanizante es un caldo de cultivo para ataques y crímenes motivados por el odio.


Los medios de comunicación y las plataformas digitales desempeñan un papel crucial en la propagación de estos discursos. Los mensajes de odio no solo afectan a las víctimas directas, sino que también envían un mensaje a la sociedad de que la discriminación y la violencia son aceptables. Esta normalización del odio contribuye a un clima de temor y hostilidad, con consecuencias devastadoras para la salud mental y física de las personas LGBT.


La gestión de Javier Milei ha sido especialmente problemática para la comunidad LGBT en Argentina. Desde su ascenso al poder, ha criticado abiertamente el feminismo y las políticas de igualdad, calificándolas de «ideología de género». Esta postura ha creado un clima de incertidumbre y temor entre los colectivos feministas y LGBT, que ven en sus declaraciones y acciones una amenaza directa a los derechos alcanzados.

Sacchi tiene especial interés en explorar y comprender las nuevas masculinidades. Foto gentileza.


Uno de los ejemplos más alarmantes de esta regresión es el despido de 105 personas transgénero que habían sido contratadas bajo una ley de cuotas laborales. Aunque estos despidos se justificaron como parte de una estrategia para equilibrar las cuentas fiscales, los activistas sostienen que estas medidas reflejan una falta de compromiso con la inclusión y la igualdad. Para una comunidad históricamente excluida del mercado laboral y expuesta a altos niveles de violencia, cada despido representa un retroceso significativo y una reafirmación de los temores que acompañaron la llegada de Milei al poder.

La defensa de Milei de un mercado laboral basado únicamente en el mérito ignora las profundas desigualdades estructurales que afectan a la comunidad trans. Los estudios muestran que la tasa de desempleo entre las personas trans supera el 90%, una realidad que no puede abordarse sin intervenciones específicas y políticas públicas de inclusión. La ley de cuotas laborales era una medida de reparación y una respuesta a esta desigualdad crónica, y su desmantelamiento pone en riesgo los avances logrados.


Además de los despidos, la falta de políticas de apoyo y capacitación para las personas trans limita sus oportunidades de acceder a empleos dignos y estables. La discriminación laboral no solo reduce sus ingresos, sino que también afecta negativamente su salud mental y calidad de vida. La invisibilidad y la exclusión del mercado laboral obligan a muchas personas trans a recurrir a trabajos informales o a la economía sexual, donde son aún más vulnerables a la explotación y la violencia.



A pesar de los desafíos, la comunidad LGBT en Argentina ha demostrado una notable resistencia y capacidad de organización. Las marchas del Orgullo y las manifestaciones en defensa de los derechos humanos han sido plataformas cruciales para visibilizar las demandas y problemáticas que enfrenta la comunidad. Estas movilizaciones no solo celebran la diversidad, sino que también sirven como espacios de denuncia y resistencia contra las políticas regresivas.


Las organizaciones de derechos humanos y los colectivos LGBT continúan trabajando arduamente para proteger los derechos alcanzados y avanzar hacia una sociedad más inclusiva. La educación y la sensibilización son herramientas fundamentales en esta lucha, ya que permiten desafiar los prejuicios y fomentar una cultura de respeto y aceptación.


La violencia y el odio hacia la comunidad LGBT en Argentina son fenómenos arraigados en prejuicios y discriminaciones sociales. La gestión de Javier Milei, con su retórica excluyente y sus políticas regresivas, han aumentado estos problemas, poniendo en peligro los derechos y el bienestar de una de las comunidades más vulnerables del país. Es esencial reconocer y combatir estas formas de violencia y discriminación para construir una sociedad más justa e inclusiva.


El camino hacia la igualdad y la inclusión es largo y requiere un compromiso constante de toda la sociedad. Las políticas públicas deben ser diseñadas e implementadas con una perspectiva de derechos humanos, asegurando que todas las personas, independientemente de su identidad de género u orientación sexual, puedan vivir con dignidad y seguridad.

En medio de este panorama, surgen declaraciones que parecen retroceder en el tiempo, como si los dinosaurios hubieran regresado. Recientemente, el Secretario de Cultura de la Nación propuso políticas que nos transportarán a épocas menos ilustradas, donde los derechos eran escasos y las libertades, limitadas. Este retroceso plantea interrogantes sobre el rumbo de las políticas públicas en Argentina, especialmente en lo que respecta a la comunidad LGBT.

Mientras tanto, en España, Javier Milei ha lanzado comentarios que suscitan preocupación, sugiriendo un retorno a prácticas que restringen las libertades básicas. En un contexto donde el cuerpo normativo argentino ha promovido avances en derechos humanos fundamentales, como el matrimonio igualitario y el acceso al aborto legal, estas declaraciones parecen socavar los fundamentos de la igualdad y la inclusión. Es esencial mantener la vigilia y defender las conquistas alcanzadas, reconociendo que las libertades básicas son pilares indispensables para una sociedad justa y progresista.

*Mediador, facilitador de procesos colaborativos y especialista en masculinidades y cambio social de la UBA. Escuchá sus microespacios de audio en DIGO.


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