Diamondback no quiere asociarse con un grande del shale

La petrolera independiente de Estados Unidos no participó de la última ola de fusiones que hubo en los últimos meses. Prefieren no tomar decisiones “aceleradas”.

La industria petrolera norteamericana se reinventó para hacerle frente al impacto de la pandemia del coronavirus en el negocio y varios operadores y empresas de servicio grandes absorbieron otras compañías y unidades de negocio. La operadora independiente Diamondback Energy fue contra la corriente y no solo mantuvo su posición, sino que les aseguró a sus accionistas que no necesitan una fusión para sobrevivir. 

La compañía no necesita aumentar la escala para reducir costos. Preferimos no tomar decisiones apresuradas al final del ciclo”, le dijo a los accionistas y analistas, el CEO de la firma, Travis Stice, en la presentación de resultados del tercer trimestre. 

La escala y los recortes de gastos fueron dos de las claves que aplicaron las empresas del shale norteamericano para sobrevivir a la crisis. No solo se enfrentaron a un escenario de precios bajos y poca demanda, sino también, los inversores comenzaron a condicionar el flujo de dinero. 

“Promocionar números arbitrarios como el nivel de producción o la capitalización de mercado, que se considera relevante en nuestro negocio, es un tanto engañoso y egoísta. Esto proviene de las empresas que esas características, pero los números muestran otras realidades”, argumentó Stice sobre las recientes adquisiciones que hubo en ese país. 

Vale nombrar los reajustes y cambios que hubo en el norte del continente durante el 2020 para darle contexto a la frase de Stice. Hace unos meses Liberty Oil Services adquirió la unidad de fractura de Schlumberger, luego Davon Energy se fusionó con WPX Energy. Meses más tarde fue el turno de Chevron que se hizo con los activos y las deudas de Noble Energy.  

Recientemente Pioneer Natural compró a Parsley Energy y se convirtió en uno de los productores más importantes de la cuenca de Permian. El último caso fue el de ConocoPhillips que compró a Concho Resources. 

Ante este escenario movido, las acciones de la operadora con sede en Midland, Texas, perdieron valor alrededor del 69% este año en comparación con el índice energético S&P 500, que también cayó un 51% durante el mismo período. 

«La paciencia será recompensada al final del día. Hacerse más grande no siempre se traduce en mejorar«, concluyó Stice. 


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