Día de la aviación civil: los Mieres, dos generaciones en el aire

Se recuerda el nacimiento de Aarón Martín de Anchorena, uno de los impulsores de la aeronáutica en la Argentina.

Para los Mieres, todo queda en familia. En consecuencia esas dos generaciones pueden festejar por tradición familiar, el Día de la Aviación Civil.

El motivo de la elección de este día es para recordar que el 5 de noviembre de 1877 nació Aarón Martín de Anchorena, uno de los impulsores de la aeronáutica en la Argentina. Sin embargo, los Mieres no pueden juntos, brindar su homenaje, porque la vida por los aires los llevó a radicarse en distintos lugares.

La saga de los Mieres tiene varios años desde que el sanantoniense Ricardo Mieres (P) abrazó la profesión cuando tomó el curso de piloto privado en su localidad natal, bajo la tutela inicial del maestro de la aviación regional, Mario Chironi.

En 1978, el piloto de la Gobernación y automovilista Juan Carlos Milano, promovió su pase de oficinista en Rentas de la localidad atlántica para treparse como tripulante a un Pipper Azteca PA 23 destinado a servicios oficiales y sanitarios con base en el aeropuerto Gobernador Castello de esta capital.

Mieres, más conocido como “Negrucho” fue ascendiendo por los aires sorteando los cumulonimbus (nubes de lluvia y tormentas eléctricas). Se presentó a un concurso en Aerolíneas Argentinas y consiguió desempeñarse como copiloto de un Boeing 707 que en los ’80 cubría la ruta Ezeiza, Río Gallegos y Río Grande. El comandante de la aeronave era Jorge Doyle, de familia de aeronáuticos, y quien fue su instructor en San Antonio Oeste.

“Negrucho” mantiene el humor de entonces con la remanida frase: “en mi casa, el que no corre vuela” porque si bien forjó una reconocida trayectoria volviendo a San Antonio Oeste transmitió la pasión a sus hijos.

María Laura Mieres obtuvo la licencia como pilota privada.

Primero fue María Laura, quien tomó el curso en el aeroclub de Patagones obteniendo la licencia como pilota privada y luego hizo el curso de Transporte Línea Aérea (TLA) que le permitió integrar la tripulación de la desaparecida aerolínea regional Sapse. No siguió volando, pero se mantiene dentro de la familia aeronáutica porque su esposo Miguel Romero, también vive de esa profesión como piloto en LAN.

El tercero en concordia es Ricardo Mieres (h). “Riki” pasó también por el aeroclub de Patagones, sacó el brevet, y hoy es tripulante oficial de la Dirección de Aeronáutica. Casualmente, utiliza la misma butaca que su padre en el Pipper Azteca PA 23, el avión multipropósito recuperado por la provincia el año pasado, y que está al mano del director José María Scheverin.


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