Sufrimiento, épica y el sueño intacto para una Selección Argentina que emociona

El sufrido 2-1 ante Australia por los octavos de final del Mundial de Qatar 2022, entregó un nuevo estado de ánimo del equipo albiceleste en la victoria. Ahora se viene Países Bajos, el próximo viernes, por un lugar en las semis.

Le faltaba esto a la Selección: ganar con sufrimiento. Ahora sí se podrá decir que el equipo pasó por todos los estados de ánimo en este Mundial de Qatar, que en cada partido de la Albiceleste desborda de argentinidad.

Lo que no mata, fortalece, y de este padecimiento innecesario ante Australia, Argentina creará los anticuerpos necesarios que consolidarán el camino hacia su objetivo final.

Fue la primera prueba superada para el equipo de Lionel Scaloni, en esta nueva etapa de la Copa del Mundo donde el que gana regresa al hotel y el que pierde se va al aeropuerto. La victoria 2-1 sobre los australianos lo coloca entre los ocho mejores del Mundial y ahora en cuartos de final le tocará el viejo y conocido Holanda, ahora reversionado en Países Bajos, el próximo viernes a las 16:00 en el estadio Lusai.

Seguramente este escenario, donde la Argentina ya jugó dos partidos, volverá a ser copado por el hincha nacional, que será que siente tanto el fútbol, que primero debe sufrirlo para poder disfrutarlo después. Tras la adrenalina que da un final con incertidumbre, el disfrute posterior se agiganta siempre.

De todas maneras la Selección no merecía padecer un cierre tan agustiante contra un equipo como el australiano, muy disciplinado y físico, pero sin las suficientes variantes ofensivas como para preocupar a un equipo consolidado como el argentino.

Pero como esto es fútbol y también es un Mundial donde la dificultad es máxima, Australia se encontró con un gol demasiado afortunado y lo que parecía estar atado con un moño, casi se transforma en una sorpresa desagradable.

Es que el contraste entre los primeros 77 minutos, momento del descuento de Australia, y el final fue muy marcado. No porque Argentina haya sido ampliamente superior, pero sí supo cómo manejar los tiempos a partir del jugador que siempre marca el camino, el que ve luz en el medio de la oscuridad, el elegido.

Hasta los 35’ la Selección llegó a tener por momentos más del 70% de posesión, pero sin poder rematar al arco al no poder romper el duro bloque defensivo rival. Pero fue Lionel Messi, que cuando no pasaba nada, metió un zurdazo esquinado que le dio el final ideal a la mejor jugada elaborada de la primera mitad.

Apenas comenzado el ST, Scaloni sacó a Papu Gómez por Lisandro Martínez y la primera lectura hubiera sido que el DT se apresuraba a cerrar el partido. Nada más equivocado.

Lo que vino después, sería lo más destacado de Argentina en el partido y quizás los mejores 30’ de Messi en las cinco Copas del Mundo que lleva disputadas, justo en el día que cumplió 1.000 partidos como profesional.

El merecido Player of the Match, a los 35 años, tuvo apiladas individuales desde la mitad de la cancha, dignas de un Messi veinteañero, regates a pura magia en el uno contra uno y asistencias notables, un par de ellas para un bloqueado Lautaro Martínez , que había ingresado por Julián Álvarez.

Antes de dejar la cancha, el Araña volvió a justificar la confianza que depositó en él Scaloni al marcar su segundo gol en el Mundial. Julián con un desgaste enorme cuando Australia salía del fondo, se asoció con otro abanderado de la presión como Rodrigo De Paul, cuando el volante apuró la salida del arquero Mat Ryan, que se hizo un nudo para que Álvarez defina con el arco vacío.

Pero de la victoria cómoda, sólida y convincente, a la angustia innecesaria provocada por una carambola desafortunada. Craig Goodwin ensayó un remate que tenía como destino la parte alta de la tribuna, pero en su trayecto encontró la humanidad de Enzo Fernández y el balón se metió en el arco del sorprendido Dibu Martínez.

Argentina pudo llegar al tercero a través del errático Lautaro y con misil de Messi que se fue apenas afuera. Pero el sufrimiento albiceleste se hizo carne cuando Lisandro Martínez tapó a último momento el slalom con destino de gol de Aziz Behich y cuando el Dibu Martínez se quedó con la última pelota del partido al ponerle el cuerpo a una media vuelta de Garang Kuol, que estuvo a punto de darle sobrevida a Australia.


Era el final. La imagen del drama que no fue y la transformación inmediata, tras el pitazo del cierre, en la gran fiesta albiceleste. Una más para esta aventura de Qatar, a la que aún le faltan tres capítulos para que el sueño dorado se haga realidad.


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