Sebastián, el río y la ruta de los palistas en la Regata más larga del mundo
Vive en Viedma y desde hace tres años es el encargado de la seguridad y de balizar el río por dónde deberán pasar los competidores de la travesía. Este miércoles se corre la tercera etapa.
«Vos lo ves así, grandote, todo tatuado y te da miedo… pero es lo más bueno del mundo». La humorada de uno de sus colegas de la organización de la Regata del Río Negro, sirve de alguna manera de carta de presentación del responsable de una de la tareas vitales de la travesía: el balizado del río y la seguridad de los palistas.
Sus múltiples tatuajes y los pearcing que decoran su cuerpo, le dan cierta imagen temeraria y por aspecto ya es uno de los personajes más singulares de la prueba. Pero por responsabilidad, Sebastián Rodríguez tiene a su cargo una de las tareas más complejas afectadas a la Regata: la seguridad de los palistas y el balizado del río.
Hace tres años que cumple esta tarea dentro de la organización de la Regata y es de alguna manera el heredero del histórico Coco Coronel, el eterno balizador de la travesía, ya retirado. Aunque no del todo. «Siempre se lo consulta a Coco para este trabajo. Para esta Regata, hicimos un reconocimiento previo para la seguridad y lo subimos a la lancha para que nos indique algunas cuestiones: por dónde ir y por dónde no. ¿Si me cuenta todos sus secretos? Noo… Coco siempre se guarda algunos».
Etapa por etapa, Sebastián y su grupo recorren en lancha el tramo que deberán navegar los competidores. En él van marcando, a través de banderas, las vías y lugares de navegación que deberán tomar los palistas para evitar, principalmente, accidentes.
«Una vez que nosotros tenemos la etapa balizada, se le da el informe al jefe deportivo que es quien arma la reunión previa a la largada con todos los palistas o responsables de equipo. Allí se les explica la posición de cada bandera en el recorrido y también los sectores complicados, como pueden ser pedreros, raigones, árboles caídos y demás».
«Además cada palista al frente de la embarcación lleva pegada la información para ir teniéndolo en cuenta. Sabe la distancia que hay entre bandera y bandera y los peligros que puede haber», nos cuenta Sebastián poco antes de iniciar el balizado de la cuerta etapa que se correrá este miércoles entre Luis Beltrán y Choele Choel.
Sebastián afirma que a pesar de todas las previsiones que se toman, a veces se producen accidentes. El lunes, en el primer tramo de competencia de la tercera etapa que unió el Naútico de Roca y el Balneario de Regina, el bote travesía doble N° 58 comandado por Mauricio Larroque y José Gómez (Náutico El Timón, Luján), chocó contra un árbol en el medio del cauce del río y se quebró. Si bien Sebastián no vio el accidente, a los pocos minutos llegó hasta la embarcación para auxiliar a los palistas.
«En el informe de balizado, a la altura de la cuarta bandera, estaba el alerta sobre ese raigón o árbol semisumergido para que los palistas estén atentos. Nosotros veníamos cerca, pero no vimos el momento en que ellos chocan contra el árbol y se les quiebra el bote. Cuando llegamos, los que le dijimos es que estén tranquilos, comprobamos el estado del bote y luego los subimos a la embarcación».
Sebastián durante diez años fue guardavidas, en Viedma y en El Cóndor, y siempre estuvo conectado con el agua. Comenzó a nadar en aguas abiertas en grandes distancias y su ligazón con el agua se trasladó a esta travesía. «Para mí la Regata es algo impresionante. Es una movida muy grande, vas y venís todo el tiempo, ocupándote de las personas, de la seguridad, de que todo esté bien. Es algo que me apasiona, empecé hace tres años y ya estoy pensando en que no me quiero perder la próxima».
Este miércoles se corre la cuarta etapa
Luego de la jornada de descanso del martes, la Regata 2025 vuelve al agua con la realización de la cuarta etapa entre el Balneario de Luis Beltrán y el Balneario de Choele Choel. Serán 20 kilómetros explosivos, para el parcial más corto de esta edición. Se larga a las 14:30.
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