Los clubes de fútbol en una encrucijada: ser o no ser una SAD

La decisión del Gobierno Nacional de permitir la inclusión de las Sociedades Anónimas Deportivas introdujo en las históricas asociaciones civiles sin fines de lucro, un debate y muchas dudas.

La cuenta regresiva para el ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) se afina cada vez más. La reforma impulsada a través del DNU por el presidente Javier Milei tendrá un fuerte impacto en el deporte argentino, aunque quien primero recoge el guante ante tal decisión gubernamental es el fútbol.

A diferencia de las asociaciones civiles sin fines de lucro como lo son desde siempre los clubes, las SAD buscan beneficios individuales y ganancias.
Para que una institución pueda formar parte de una asociación o confederación, debe organizarse jurídicamente como asociación civil. Es por eso que el principal cambio que dispuso el DNU está ligado con el artículo 19 bis de la Ley del Deporte, donde la nueva normativa permite que las entidades asuman la figura legal de SAD y que no sea discriminada.

Es por ello que una confederación, federación, asociación o liga no podrá impedir, dificultar o privar a una organización deportiva su derecho de afiliación. Además, el DNU las obliga a modificar sus estatutos para facilitar y reglamentar la llegada de las SAD.

El presidente Javier Milei contra la AFA: la batalla que se viene.

“Mediante el artículo 345 del referido Decreto de Necesidad y Urgencia Nº 70/23 se estableció una cláusula transitoria que prescribe que las asociaciones, federaciones y confederaciones deportivas dispondrán de UN (1) año, contado a partir de la entrada en vigencia de su reglamentación, para modificar sus estatutos a efectos de adecuarse a los términos previstos por aquel…”, reza el comunicado emitido por el Boletín Oficial a través del Poder Ejecutivo sobre el decreto 370/24, con fecha del pasado 13 de agosto.


El Estado Nacional antes reconocía la autonomía de cada asociación o confederación en relación a si aceptaba o no a las SAD. Ahora los obliga a no marginar a estas organizaciones.
La primera reacción de los clubes de fútbol cuando se empezó a rumorear sobre inclusión de las SAD, luego de que Milei ganara las elecciones generales, fue la de dar una señal de unidad. En noviembre del año pasado, durante la Asamblea General Ordinaria de la AFA que se celebró en el predio de Ezeiza, las instituciones de todas las categorías rechazaron de plano la incorporación de las SAD. El único que no lo hizo fue Talleres de Córdoba, presidido desde hace ocho años por Andrés Fassi, cabeza visible del Grupo Pachuca en el país y siempre partidario de la instauración de las Sociedades Anónimas en el fútbol nacional.


La primera medida cautelar contra las SAD


A fines de enero de este año, el Juzgado Federal de Mercedes atendió una demanda presentada por la Liga de Fútbol de Salto y dictó una cautelar que suspende los artículos que instalan la figura de las SAD. La Cámara Federal de San Martín confirmó la resolución y el caso está en la Corte Suprema tras el pedido de apelación del Poder Ejecutivo.

Esta decisión pareció no quitarle fuerza a la iniciativa ya que hace poco más de un mes la Inspección General de Justicia estableció, a través de la Resolución 15/2024, que deberá aceptarse la transformación de aquellas asociaciones civiles que decidan convertirse en sociedades anónimas, y la participación de fundaciones y asociaciones civiles en esas sociedades anónimas.

Daniel Roque Vítolo, presidente de la IGJ, habla junto al ministro Cúneo Libarona.

El miércoles pasado, la IGJ en su resolución 18/2024, dejó en claro las formalidades que deberán cumplir ante el organismo las asociaciones civiles que deseen transformarse en S.A. Los requisitos van desde el estatuto de la sociedad emergente, nombres, accionistas y nuevos socios, como así también la escritura pública que manifieste cómo queda la estructura patrimonial de la nueva sociedad anónima.


Qué dicen los clubes zonales sobre la llegada de las SAD


Muchos aseguran que la irrupción de la SAD no comenzará por los clubes grandes, sino por aquellas instituciones del interior que tienen que lidiar con el día a día en el plano económico y que un socio privado los ayudaría a salir de esa situación de incertidumbre.

A pesar de que muchos clubes de las categorías de ascenso han manifestado su rechazo a la SAD, en la región para algunos la evaluación del nuevo escenario, al menos de manera parcial, es diferente.
“Hay que poner un manto de claridad sobre esto y creo que hay que sacarse el miedo de lo comercial en los clubes, de que llegue un grupo empresario a una institución. Hay algo dando vueltas de que si es SAD, es peligroso”, sostiene el presidente de Deportivo Roca, Fernando Merino, al ser consultado por el Diario Río Negro.

Fernando Merino, titular de Deportivo Roca, no ve con malos ojos la posibilidad de un sistema “mixto” entre una SAD y el club.


“En primer lugar, cuando esto esté totalmente reglamentado, en el club se reunirá en CD para tratar este tema, luego se hará una Asamblea Extraordinaria para explicarlo, porque en definitiva serán los socios quienes decidirán cuál será el camino a seguir: si continuar como asociación civil o avanzar hacia una SAD. Nosotros, los dirigentes, tenemos la obligación de mostrar qué es lo que sucede, pero será el socio quien decidirá”.

Sobre este tema al que hace referencia Merino, la IGJ sostiene que la decisión de adquirir acciones de una sociedad anónima pueda ser tomada por “una asamblea extraordinaria con las mayorías de 2/3 de los asociados presentes con carácter general”.

El titular Naranja se inclina por un mix: que haya áreas profesionales y otras amateurs. “Acá históricamente el fútbol y el básquet, hablando en el plano competitivo, siempre han sido subvencionados por grupos económicos que se acercaron para ayudar al club, sin involucrar el patrimonio de la institución. Para que ese mix funcione, tiene que haber reglas claras y que le marquen la cancha a los grupos económicos que inviertan. Soy de la idea de que no todo sea privado. Debe haber reglas claras para los inversores y resguardo para las instituciones. Que no le permitan a cualquiera venir, hacer negocios que, si no sale como esperaban, los pague el club”.

Por el lado de Cipolletti, la presidenta Mónica del Río aclaró que “en este momento el club está pasando por una etapa de transición y el tema de las SAD todavía no ha sido tocado en el seno de la institución”, dado que su mandato finalizó hace dos meses, que habrá elecciones en octubre próximo y Del Río irá por un nuevo ciclo.

Mónica Del Río, presidenta del club Cipolletti.


“La incursión de las SAD depende exclusivamente de los socios. Lo que está en la mira de estas sociedades anónimas es el fútbol, no el resto de las disciplinas como pueden ser la natación o el vóley. El fútbol es lo que da dinero”, advierte la presidenta albinegra sobre el real interés de las SAD.

“Lo que yo te puedo decir es que en el fútbol nuestros chicos quedan a mitad de camino en las formativas. Empiezan a buscar otros horizontes porque no ven un futuro en Cipolletti, quieren crecer y ser realmente jugadores profesionales. Encuadrado ahora bajo la figura de las SAD, creo que si hay un grupo económico al que le interesa el fútbol, podría ser una salida. Está costando mucho conseguir sponsors y salir adelante con todos los gastos que implica competir en el Federal. Hoy los presupuestos no alcanzan”, asegura Del Río.

Al igual que Merino, la titular de Cipo exige que haya “reglas claras y que se paute un porcentaje destinado a las disciplinas amateurs para que lo social no se pierda. Necesitamos que el club sea más social, que se acerque más gente. Si la AFA acepta, si está todo regulado y hay inversores interesados, seguramente será evaluado por la CD y por los socios a través de asambleas”.

Para Del Río, existe una diferencia entre los gerenciamientos tradicionales, en su mayoría con finales poco felices, y las SAD. “Lo que puede llegar a hacer diferente son las reglamentaciones claras, el hecho de que la S.A. tenga que tener un registro obligatorio en Nación, pautar los porcentajes para el club, que los derechos formativos de un jugador sigan siendo del club… Todo depende también del acuerdo que se haga”.

En Neuquén, al menos para el representante provincial en el Federal A, las cosas están más claras. “No lo hemos hablado todavía, pero creo que la postura es mantenernos como estamos. El club es de los socios y serán ellos, a través de una Asamblea, los que decidirán llegado el caso, pero no tengo dudas que seguiremos como una asociación civil. Estamos alineados al pensamiento de la Liga y del Consejo Federal”, aseguró el secretario y hombre fuerte del fútbol de Deportivo Rincón, Nicolás Mondini.

Nicolás Mondini, Secretario y titular del departamento de fútbol de Deportivo Rincón.

“Recursos siempre se necesitan para afrontar los torneos. El apoyo del gobiernos y los privados con sponsoreos es clave, pero una cosa es recibir una ayuda económica y otra transformarse en una sociedad anónima. Hay un abismo entre una cosa y la otra”, describió el titular del departamento de fútbol del equipo petrolero, cuyo presidente es Aníbal Villalba.

Para Mondini el tema de la SAD es para un largo debate y “creo que hoy no es el momento para ponerse a charlar sobre el asunto. La postura nuestra es seguir como estamos”. Deportivo Rincón tiene 700 socios con cuota al día, sobre un padrón de 1.800.

El recorrido de Río Negro por las distintas posiciones entre los dirigentes zonales ante el tema de las SAD, tuvo su negativa más terminante por el lado de Juan Pablo Beacon, asesor letrado del Consejo Federal y colaborador permanente de Sol de Mayo de Viedma.

Juan Pablo Beacon, asesor letrado del Consejo Federal y colaborador de Sol de Mayo.

“La conveniencia de contar con una SAD es subjetiva. Vas a encontrar gente a favor y en contra. Lo llamativo es que el mayor porcentaje de los clubes ligados al fútbol, te diría un 90%, rechaza de plano esta posibilidad. En el ámbito nacional del fútbol son 45 los asambleístas que van a resolver esta cuestión netamente jurídica. La AFA tiene un derecho adquirido de autodeterminación sobre con quién se va a integrar”.

¿Y qué hacer entonces ante el decreto que obliga a modificar cualquier postura que esté en contra? “El decreto dice que no se van a poder rechazar estas formas jurídicas, pero la postura de AFA es clara: no va a modificar el estatuto. El Gobierno dice ahora ‘te doy un año para modificarlo…’, cuando antes, en diciembre del 2023, dijo que la norma ya era operativa, que los inversores podían venir y que no se necesitaba ninguna reglamentación, demostrando un desconocimiento total del asunto”, asegura Beacon.

“Otra cosa, si hubiera una intervención sobre la AFA, según el artículo 17 del estatuto de FIFA, no puede haber injerencia gubernamental en una asociación. Si eso pasa, corrés riesgo de desafiliación y no podés jugar ni Eliminatorias, ni Copa América ni nada”, advierte el dirigente.

Más allá de las voces que fomentan la llegada de las SAD y las que se oponen, el fútbol argentino es uno de los pocos del primer plano mundial donde todos los clubes están en manos de los socios. Hay una identidad, que en la mayoría de los casos es centenaria, con el club, con los colores. ¿Qué pasaría si un grupo inversor no respeta esa idiosincracia y decide cambiar de nombre, de camiseta y hasta de residencia del club?

Cipolletti y Deportivo Rincón, dos de los equipos regionales en el Federal A.

“Había un club en Colombia que se llamaba Alianza Petrolera, donde los dueños de su ficha decretaron en enero de este año, su desaparición. Modificaron sus colores y lo mudaron de ciudad: lo llevaron desde Barrancabermeja hasta Valledupar, a casi 500 kilómetros una de otra. Ahora se llama Alianza Fútbol Club. ¿Que pasaría si a Cipolletti, por ejemplo, se lo llevan a jugar a otra ciudad o a otra provincia?”, se pregunta Beacon.

De la insistencia de parte del gobierno nacional de establecer las sociedades anónimas deportivas en el país surge una pregunta: ¿para qué? Para qué privatizar instituciones que nacieron muchas de ellas hace más de cien años, como asociaciones civiles sin fines de lucro, asociaciones con fines de socorro mutuo, de interés solidario y comunitario.

Para comenzar a pensar en una respuesta posible, el desafío es grande y es correrse de las respuestas de manual, aquellas que nos dicta el sentido común acerca de un gobierno incapaz de mover su mirada de una planilla de cálculos solo habitada por números y gráficos que suben y bajan. Y que aceptar ser una SAD será, en el mejor de los casos, apenas un buen negocio. No estaría mal preguntarse: para quién.


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