La Regata pasó por Choele: la tierra de los palistas junior más rápidos del mundo
Martina y Joaquín Catalano, y Julián Salinas son la cabezas visibles de un fenómeno que celebra todo el canotaje del Valle Medio: los talentos juveniles llamados a ser referentes a nivel nacional.
La frescura juvenil de Martina Catalano (17 años) le impide asimilar que es una de las mayores promesas del canotaje argentino. Ríe tímida ante tal afirmación y sostiene no darse cuenta de su potencial y que solo hace lo que le gusta. La canoa y el río comenzaron a ser parte su vida a los 8 años porque su mamá la llevó a ella y a su hermano Joaquín (18) a remar para que gasten las energía típicas de pibes.
Martina viene de un año brillante con dos medallas de bronce corriendo K1 en los últimos campeonatos mundiales: el de velocidad en Auronzo, Italia, donde logró la única presea de la delegación argentina, y en el de maraton, que se disputó en Vejen, Dinamarca, logrando una de las cuatro medallas argentinas en la cita.
Dos de ellas las consiguió Joaquín, que este año decidió no participar de la Regata junto a su compañero Vicente Vergauven, actuales bicampeones de la travesía entre los K2 junior.
«Tuve por suerte un año espectacular, las dos de bronce en los dos mundiales se sumaron a la de oro que había conseguido en los Olympic Hope Games 2022 de Bratislava, Eslovaquia», resume Martina en el balneario de Luis Beltrán, antes de la largada de la tercera etapa de la Regata, que tuvo como punto culminante el balneario de Choele Choel.
«La Regata la vengo viendo desde afuera hace un montón, con ganas de correrla y me iba a largar sola si no encontraba compañero. Pero le pregunté a Emanuel Carnicero y nos pusimos a remar al toque». La pareja compite en K2 mixto y vienen al frente de la general.
Martina no tiene preferencias entre el canotaje de maratón y el de velocidad, pero admite que la condición de olímpico de la modalidad velocidad, pesa en algunas decisiones. «Mi entrenador me dice que la prioridad es velocidad, y se queda resto, también maratón. Además, los que hacen velocidad y por ser olímpicos, tienen el apoyo que el maratón no».
Martina sabe de lo que habla ya que para ir con la selección argentina al Mundial de pista tuvo todos los gastos pagos; para ir a Dinamarca tuvo que recurrir a lo de siempre: vender rifas, pollos y golpear puertas para conseguir apoyo. Todos los años, la dura peregrinación se renueva. Para el 2024, Torneos Selectivos mediante, Martina tiene pensado participar en los mundiales de Bulgaria (velocidad) y Croacia (maratón).
A pocos metros nos mira Mario Catalano, padre de Martina y Joaquín, que también está corriendo la Regata junto a Juan José Schilling, en un K2 Travesía A. Mario es camionero y sabe lo que es sacrificarse para que sus hijos puedan cumplir el sueño de remar en la alta competencia año a año.
Mario no puede contener la emoción cuando le preguntamos qué no ha hecho para ayudar a sus hijos a competir. «Uno por sus hijos hace cualquier cosa. A veces no toma dimensión de las cosas que están haciendo estos chicos. Este año va a ser muy difícil…». Mario piensa a futuro y en la incertidumbre económica actual, y por momentos la congoja lo supera.
«Por suerte se va armando un grupo interesante que nos está ayudando porque saben que nuestros palistas son los referentes del canotaje argentino. Ellos dos, Julián Salinas, Vicente Vergauven… Y no son los únicos, detrás de ellos también hay un montón de chicos que andan muy bien también».
Mario coincide en el pedido cada vez más unánime de que los chicos rionegrinos que clasifiquen a través de Selectivos de canotaje a los mundiales, el gobierno provincial les asegure los pasajes. «Al menos eso. Nos han venido ayudando, pero tendría que ser algo que ya esté contemplado. Si clasificás y vas al mundial, al menos los pasajes lo tenés. Eso es lo más difícil».
Mario llama para las fotos a Joaquín, que este año decidió bajarse de la Regata a pesar de ser el actual bicampeón junior de la prueba junto a Vicente Vergauven, con quien logró la medalla de oro en el último Mundial de Dinamarca. Vergauven también se quedó con la dorada en K1 y Joaquín la de plata.
«Decidimos con Vicente apuntar al Selectivo para ir al Mundial de pista en Bulgaria, pero la verdad es que extraño correr la Regata, principalmente en las llegadas. Muchas ganas de estar ahí«, confiesa Joaquín, que al igual que su hermana tuvo un año soñado.»Más allá de todo lo logrado el año pasado, recién empezamos en esto».
Otro joven palista que es orgullo del Valle Medio es Julián Salinas, que en apenas tres etapas va ganando por escándalo la siempre competitiva K1 senior. Tiene apenas 19 años y ya cuenta en su haber con dos medallas de plata en mundiales, además de haber conquistado el Descenso del Sella en K1 junior.
«Con Marti y Joaqui nos criamos juntos, no conocemos de toda la vida. Creo que lo más importe es que disfrutamos siempre del deporte que hacemos y las cosas vinieron solas de a poquito. Felices por eso», apunta Julián apenas de baja del bote al culminar la tercera etapa de la Regata en Choele Choel. «Cuando empezamos a remar acá, en este río, yo tenía 9 años, Joaquín 8 y Martu 7. Hace diez años ya…».
Es la década ganada para estos chicos que se conocen de pequeños, aunque en realidad el gran afortunado de esta camada de talentos es el canotaje rionegrino, que tiene en estos hijos del río a los palistas de mayor proyección del país.
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