La leyenda de la Regata le enseña el camino del río a sus herederos
Ganador de 15 ediciones de la travesía, Martín Mozzicafreddo sigue dando pelea en el agua y lo hace junto a jóvenes palistas de su factoría: la Escuela Municipal de Canotaje Brazo Sur, de Luis Beltrán. Este año corre junto a Valentino Bruno, de apenas 17 años.
Parado en la orilla del balneario de la Isla 58 de Villa Regina, con la pala clavada en el piso, Martín Mozzicafreddo pareciera que jamás siente el esfuerzo por remar en un río que sin dudas conoce de memoria. La leyenda del canotaje rionegrino ganó 15 ediciones Regatas en más de 30 años que lleva corriendo la travesía y al menos por el momento no piensa bajarse de la categoría elite: el K2 senior.
Quizás su secreto por mantenerse entre los botes de punta en estos últimos años haya sido la sangre joven que lo viene acompañando desde que dejó de compartir la embarcación con Néstor Pinta, con quien ganó 14 Regatas.
Ya lo había hecho con junto a su hermano menor, Javier, en la edición pasada corrió junto a su sobrino Martín García, de apenas 19 años, y este año comparte bote con Valentino Bruno de apenas 17. Ninguno de ellos había nacido cuando Martín ganó su primer Regata con su hermano Armando, en 1998.
Estos chicos, todas promesas del canotaje del Valle Medio, crecieron viendo las hazañas en el río de su ídolo deportivo. Por otra parte son todos productos de la Escuela de Canotaje Brazo Sur, de Luis Beltrán, la patria chica de Mozzicafreddo.
«Valentino es junior de segundo año, recién entrado. Es un pibe con un futuro terrible, quería correr la Regata conmigo este año y acá estamos. Yo no quería que se pierda las categorías junior, pero él prefirió que hagamos dupla en senior», cuenta Martín, que con 48 años sigue firme entre los botes de punta. «Lo estoy acompañando al Valen y la verdad es que la estamos disfrutando mucho».
Mozzicafreddo, conocedor de río luego de tantas batallas, dio su parecer sobre cómo está el río para esta edición. «Esta mucho más crecido, opuesto a cómo estaba el año pasado. La primera etapa del sábado fue muy especulativa, nosotros tuvimos un problema con el timón y para hoy lo pudimos solucionar y anduvimos mejor». Martín junto a su joven compañero llegaron terceros al balneario de Regina, detrás de los dos botes de punta: Damián Pinta – Miguel Saavedra y los franceses Jeremy Candy – Quentin Urban.
Este lunes, la Regata se muda al Valle Medio con la tercera etapa entre Luis Beltrán y Choele Choel, algo así como el «patio trasero» de la casa de Mozzicafreddo. «El río es prácticamente el mismo, viene con mucha agua. No creo que tengamos ventajas, son todos palistas muy experimentados», estima el multicampeón de la prueba.
El año pasado, Mozzicafreddo tuvo algunos roces con la dupla francesa y también con los hermanos Caffa, pero parece que en esta edición hay paz en el agua. «Son cosas superadas. Incluso cuando terminó la primera etapa, me acerqué a saludarlos y les agradecí a los dos porque su presencia en la Regata del Río Negro nos da un prestigio terrible», apuntó Martín sobre los franceses Candy y Urban.
A Mozzicafreddo le quedaría correr junto a su hijo Giuseppe, «pero sólo tiene 13 años. Cuando tenga edad para correr no creo que yo esté para acompañarlo…», aventura Martín, pero ni él mismo cree lo que acaba de decir. Nosotros tampoco, porque nadie podría imaginar una Regata sin Mozzicafreddo en el agua.
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