Gustavo Cirillo, Juan de la Cruz Labrín y un mito forjado en la Regata

Dos colosos de todos los tiempos de la travesía decidieron juntarse para correr esta edición y honrar al río Negro en señal de agradecimiento. El viedmense y el neuquino llevan 40 años de una amistad que se gestó en esta competencia. Hoy se corre la tercera etapa.

La presencia de ambos no pasa desapercibida para ninguno de los que transitan en la vida interna de la Regata del río Negro. Saludan con cortesía y reciben muestras de afecto, muchas veces sin saber quién es el que le extiende la mano. Cada una de esas señales tienen un común denominador: respeto y admiración.

Juan de la Cruz Labrín y Gustavo Cirillo son hijos pródigos de esta Regata y del canotaje, y ellos lo aceptan con orgullo. Fueron ganadores de esta travesía a finales de los años ‘80 y principios de los 90’, y por todo lo hecho en los buenos viejos tiempos decidieron juntarse para correr esta edición con un sólo fin: honrar al río y 40 años de amistad.

“Hace unos dos años nos prometimos correr una Regata juntos. A mi me costó mucho recuperarme del Covid la verdad. Podría haber sido el año pasado, pero yo no estaba bien. Entrenaba para estar mejor, pero no había caso. Dicen que el cuerpo tiene memoria, pero parece que el mío estaba un poco olvidadizo”, bromea Labrín, quien ganó seis veces la Regata del río Negro.

Prócer del canotaje neuquino, Labrín pudo entrenar sin problemas los últimos 60 días antes de la largada y la idea de correr junto a su amigo comenzó a tomar forma. “Tengo la suerte que Gustavo siempre está activo, en buena forma y siempre hace las cosas con seriedad”, agrega Labrín antes de que Cirillo lo interrumpa.

“Juan va adelante en el bote. Lo que sabe este hombre del río, la experiencia que tiene, es única. Nos sentimos bien, para la edad que tenemos estamos bien…”, dice Gustavo, que tiene 61 años, mientras que su compañero acusa 66. Juntos forman el K2 master B de más edad de todos los que están en competencia.

“Corremos por la vida, por mejorar un montón de cosas, por la Regata. Gracias a esta prueba nosotros después hicimos canotaje de velocidad y pudimos ir a los Juegos Olímpicos. Me acuerdo del Panamericano de Indianápolis 1987, cuando junto con Juan logramos la primer medalla de bronce en un K4. Nuestra vida está atravesada por el canotaje, es el medio en el que nos movemos más allá de que soy profe de educación física. Así que le estamos muy agradecidos a la Regata”, afirma el viedmense que ganó la travesía en 1989 junto al recordado José Luis Marello y participó de los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.

Buenos muchachos. El gusto de correr juntos la travesía. (Foto/Daniel Nahuelcura)

Cirillo no corría la Regata desde el 2017 y Labrín desde el 2003. Ese año tuvo un accidente automovilístico que lo alejó del deporte por 14 años.
“Es por eso que corro esta Regata porque es una devolución a la vida, a este deporte tan noble que, como decía Gustavo, nos dio todo. Un Juego Olímpico (Barcelona ‘92), Panamericanos, campeonatos del Mundo, Sudamericanos y Argentinos, Olimpias de plata, Pehuenes de oro, de plata… Todo lo que me propuse ganar con este deporte, lo logré. Ahora participo de esta Regata en una señal de agradecimiento, para celebrar la vida y el deporte que es lo más sano que hay”, agrega Juan de la Cruz.

Y hace un pedido especial. “A la organización de esta prueba y a todos los que están comprometidos con el canotaje en todos los niveles: que trabajen con el desarrollo de los jóvenes. Si no apuntamos a ellos, estamos perdidos. En esta edición tenemos sólo nueve botes K2 senior y otros tantos en junior. Deberían ser muchos más. Si no tenemos desarrollo competitivo, si no los apoyamos, pierden el interés y se bajan del bote. En el último Mundial de Portugal hubo tres medallas y todas salieron de acá”.

Cirillo y Labrín, antes de la largada en la playa de la Isla Jordán.

Cirillo deja una última reflexión. “El canotaje de maratón no es olímpico y el de velocidad sí. Quizás sea una razón para justificar la falta de apoyo. Pero muchos de nosotros comenzamos acá e hicimos igual una carrera. Hay que apoyar el desarrollo de los jóvenes, es la manera sustentable de mantener vivo al canotaje y a la Regata”.


La tercera etapa: Any Castro


Hoy desde las 9 comenzará la tercera etapaLleva el nombre de Analia «Any» Castro, la palista y docente que murió en noviembre del año pasado. El lugar de largada será Fortín Lagunita, el balneario de Ingeniero Huergo y la llegada en la Isla 58, el balneario de Villa Regina.

La distancia será de apenas 20 kilómetros y el tiempo empleado edición anterior por el primer K2 Sénior fue de 40 minutos.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite desde $999 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora