La violencia en las tribunas preocupa a los dirigentes del fútbol de Río Colorado

Las numerosas conductas agresivas ponen en alerta a los clubes y árbitros, una realidad social a la que el fútbol no escapa y perjudica a la actividad y a los más chicos.

Sin duda el fútbol es uno de los deportes más populares del mundo y en cada encuentro convoca multitudes en las canchas.

Al mismo tiempo, también es el lugar donde se viven situaciones de violencia verbal, insultos discriminatorios, entre las hinchadas, contra los árbitros y hasta con los propios deportistas.

Los profesionales señalan que la violencia en el fútbol se origina en la propia sociedad y se expresa en las tribunas. La frustración de la vida cotidiana y las situaciones desagradables se incrementaron luego de un año de aislamiento obligatorio producto de la pandemia del Covid-19.

En Río Colorado la agresividad aumentó notoriamente en las distintas canchas donde juegan las categorías menores formativas y en el futbol femenino que encendieron la luz de alarma a los directivos que comenzaron a buscar alternativas para tratar de erradicar a las personas con actitudes violentas.

El puñado de hombres y mujeres que colabora dentro de cada institución deben lidiar con situaciones desagradables, con padres molestos porque su hijo, estuvo mucho tiempo sentado en el banco, jugó poco tiempo, porque su equipo pierde todos los fines de semana o no salieron campeones.

“Cada vez es más común ver esa imagen de papás frustrados en desacuerdo con la forma de trabajar dentro de un club, exigiendo consideraciones para su hijo. Uno los ve detrás del alambrado exigiendo actitud a los nenes. Eso nos preocupa mucho porque estamos viendo chiquitos de 5, 6, 7,8 y 9 años que no disfrutan del juego y dejan de divertirse”, comentó Cristina Rivas, dirigente del club Villa Mitre.

Por su parte, Carlos Mangiavillano, titular del club defensores de la colonia, declaró: “Vemos en algunos partidos padres que agreden a los chiquitos, es espantoso, de alguna forma tenemos que comenzar a parar esto. Parece que los encuentros dejaron de ser una fiesta para los chicos para transformarse en una guerra, porque los padres que tienen problemas en la casa vienen a las cancha a descargar toda su bronca contra los nenes. De alguna forma los que estamos frente a un club donde tenemos cientos de chicos bajo nuestra responsabilidad tenemos que ponernos los pantalones largos para frenar tanto nivel de violencia”, agregó.

Carlos Fernández, ex jugador y con 13 años dentro del arbitraje, señaló: “Cuando entramos a la cancha sabemos que somos blanco de insultos porque la hinchada no siempre está desacuerdo con los fallos que tomamos. Pero es muy preocupante escuchar en las categorías menores a personas mayores insultar y agredir a jugadores del equipo contrario y hasta de su propio club. Estas malas actitudes de unos pocos van en ascenso y preocupa mucho”.

“Juanillo”-uno de los pocos árbitros locales- en varias ocasiones ha llegado a parar los partidos para advertir a las hinchadas y hasta suspender los por el alto nivel de agresividad que se estaba viviendo.

“Muchos critican diciendo que uno quiere ser el protagonista, pero no es así. Cumplo con lo que está establecido y porque realmente es preocupante algunas situaciones que predisponen mal a los chicos que están jugando.”

Los distintos responsables del fútbol menor de Río Colorado encaran un trabajo arduo de concientización en todas las canchas, buscando que todo el público presente colabore en identificar a los violentos.

Otros proponen medidas más duras como identificar a las personas que están agrediendo verbalmente y suspender el partido sancionando al club con la quita de puntos para todas las categorías, además de una fuerte multa económica.

Existe un compromiso de los nueve clubes que integran la liga local de comenzar a trabajar firmemente en distintos lineamientos buscando disminuir la agresividad.

Desde hace un tiempo dejaron de ser hechos aislados y las malas actitudes de algunos adultos llegan a contagiar a los protagonistas desde las edades tempranas, que podrían causarle un daño mayor en su crecimiento con comportamientos violentos.

Clubes unidos

(Foto: Jorge Tanos)

Sobre fines del año pasado dirigentes del fútbol menor con Ariel Gorjón –profesional audiovisual- comenzaron a delinear estrategias buscando que el público se involucre para “sacar a los violentos”.

En ese sentido se trabaja contra la violencia con afiches, audios, videos, banderas, en las redes sociales y además invitando a padres para que participen en actividades previas, durante y al final de cada encuentro.

Una de las tácticas es visualizar a la persona violenta con una cadena de aplausos alrededor de la persona que está agrediendo (imagen similar a lo que ocurre en las playas cuando un chico se pierde).

También se buscará una persona que sea algo así como “coordinador” en cada club para tratar de persuadir al violento que cambie la actitud agresiva.


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