Estilo Malcorra o Estilo Bareiro: el contraste de la fecha clásica
El volante de Central clavó el 1-0 con un golazo. El punta de paraguay, el agónico 1-1, de penal, en San Lorenzo-Huracán. A la hora de festejar, fueron por caminos opuestos.
Malcorra, a segundos de colgarla en el ángulo. (La Capital)
Ignacio Malcorra la colgó del ángulo y no sabía cómo festejar ante semejante golazo y con el Gigante de Arroyito en éxtasis. Adam Bareiro cambió dudoso penal por gol, el Nuevo Gasómetro también explotó y él eligió plantarse frente al banco de Huracán, con seña de bigote incluida. Central lo ganó, San Lorenzo apenas lo empató y la diferencia de estilos quedó expuesta.
Malcorra, volante de Río Colorado, hizo una gran carrera, encontró su lugar en el mundo en Central y el exquisito tiro libre que definió el clásico ante Newell’s quedará grabado a fuego en esa Rosario que respira fútbol.
Como no estaba al ciento por ciento en lo físico, Miguel Russo lo mandó a la cancha a los 10 del segundo tiempo. No descolló y mostró parte de su clase, pero en el 41, cuando Yael Falcón Pérez cobró la falta, el mundo sabía que era para él. La acarició, Lucas Hoyos nunca reaccionó y ahí empezó un festejo incierto. Nacho corrió, se frenó, abrazó a sus compañeros y el Gigante se movió. Se lo hizo a Ñuls, sí, pero armó un banquete azul y amarillo. Sin gaste.
La selección y la elección
Malcorra nunca tendrá una chance en la selección Argentina. Bareiro, en la nota post partido, mencionó, orgulloso, su convocatoria a Paraguay, que comenzará el ciclo de Daniel Garnero. Cuando le preguntaron por el festejo del bigote, dijo que era una dedicatoria para el tío, con mirada irónica.
Bareiro, cuando marcó el penal y eligió otro festejo. Se cortó solo, rumbeó hacia el banco de Huracán, se plantó y se cruzó el dedo índice arriba de la boca, justó frente e Matías Cócaro, el Zorro. Es cierto que San Lorenzo tenía uno menos, que el público apretaba, que la adrenalina estaba a pleno y que Huracán estaba a punto de cortar una racha de más de 20 años, pero la historia marca una tremenda paternidad santa (87-47), con nombres rutilantes. Así y todo, el paraguayo fue por un unipersonal. Gastó, se preocupó más por la tristeza rival y se olvidó que festejaba un empate.
Le fecha clásica entregó y entregará emociones. También diferentes estilos: el genuino de Malcorra o el preparado de Bariero.
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