Cómo son las Sociedades Anónimas Deportivas que promueve Javier Milei

El presidente electo defiende un modelo de privatización que la mayoría de los clubes argentinos rechazan.

Uno de los temas que se metió en la parte final de la campaña rumbo al balotaje fue el de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) a partir de la pronunciación a favor de Javier Milei, ahora presidente electo de Argentina.

El libertario, en línea con una postura que comparte con Mauricio Macri, se manifestó a favor de este modelo que abunda en las principales ligas europeas.

Las SAD tienen fines de lucro y persiguen la búsqueda de ganancias económicas con una perspectiva empresarial. Los dueños de los clubes son inversionistas y se abre el juego a capitales extranjeros y a cotizaciones en la bolsa.

De esta manera, los socios no forman parte de las decisiones deportivas que recaen sobre los accionistas a través de un Consejo de Administración.

En contrapartida, lo que expresaron la mayoría de los clubes argentinos es la defensa de estas instituciones como organizaciones sin fines de lucro, que no persiguen las ganancias sino el desarrollo de las actividades y la contención especialmente a los jóvenes.

«A mí me gusta el modelo inglés, no les va mal. La pregunta es cómo se financia. Las sociedades anónimas, de hecho, tienen clubes que cotizan en bolsa y todo», expresó Milei en una entrevista con Alejandro Fantino que se viralizó en las últimas semanas.

«¿A quién le importa quién es el dueño de Boca si le ganás a River cinco a cero y sos campeón del mundo? ¿O preferís seguir en esta miseria que tenemos cada vez de fútbol de peor calidad? ¿Cómo nos va cada vez que salimos afuera de la Argentina?», continuó el presidente electo.

En una entrevista reciente, le bajó el tono a esas declaraciones y señaló: «Los clubes como están ahora pueden seguir sin ningún tipo de problema, pero por qué restringir la posibilidad de que alguno sea una Sociedad Anónima».

Lo cierto es que en AFA hay un gran consenso que se opone a este modelo y parece difícil que algún club intente implementarlo en el futuro cercano. De igual manera, el cambio de gobierno podría propiciar que se discuta nuevamente.

El mal ejemplo de Chile, según el Bichi Borghi

Claudio Borghi no es dirigente, pero sí palabra autorizada y siempre se mostró en contra de las sociedades anónimas en el fútbol. Radicado en Chile, donde varios clubes fueron privatizados, ejemplificó la situación.

“A partir de la llegada de las sociedades anónimas en Chile, los dueños invierten muy poco en lo que son las divisiones inferiores«, expresó Borghi.

«Una vez un dueño me dijo: ‘¿Para qué voy a invertir en un chico de 12 años si yo solo quiero estar dos o tres años en el club?’. Ellos quieren hacer negocios, pero lo que no entienden es que no compran un club, compran una historia, un sentimiento y una pasión”, concluyó.


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