Federer bajó a Safin y mira a todos desde arriba

El artista de Basiela es el nuevo rey del tenis mundial. El suizo Roger Federar, quien oficialmente quedará hoy primero en el ranking mundial, obtuvo ayer el Abierto de Australia al imponerse al ruso Marat Safin, por 7-6 (7-3), 6-4 y 6-2.

«Vencer a Nalbandian y Hewitt fue muy importante para mí porque tenía récords negativos contra ellos. Ganar este torneo venciéndolos añade mayor calidad y es todavía mejor», comentó Federar.

La final prometía más de lo que finalmente dio debido al cansancio de Safin, que acumuló ocho horas más de juego que Federer a lo largo de todo el torneo, en el que cayó en nueve sets contra apenas dos del suizo.

«No voy a perder mi tenis en dos días», había comentado Safin, quien después de jugar la semifinal contra el estadounidense André Agassi el jueves tuvo un día más de descanso.

Pero el ruso no pudo recuperar la energía entregada en tres partidos de cinco sets y tres de cuatro. «Perdón por haber perdido, pero no tuve gasolina», se excusó frente al público.

El ruso cometió cuarenta y un errores no forzados en tres sets, mientras que contra Agassi sólo había acumulado siete más en cinco sets.

Por otra parte, sólo sumó 19 puntos ganadores contra 79, 3 aces contra 33 y 5 dobles faltas contra ninguna de su adversario.

El verdadero partido sólo duró el primer set. Temiéndose el uno al otro, los finalistas sólo tomaron riesgos calculados y perdieron dos veces sus servicios.

Todavía un poco lento para encontrar su ritmo, Federer fue en ambos casos el primero en perder el suyo. Esa situación se prolongó al comienzo del juego decisivo, pero esta vez fue el suizo quien tomó ventaja al saldar con éxito un mini-break y ponerse 4-2. Safin, que ya había tenido que levantar tres sets points estando 6-5 con su saque tuvo otros tres en contra en el 6-3.

Intentando controlar el cansancio, el ruso mostró su impotencia en el segundo set al simular querer romper su raqueta, un signo de enojo que finalmente concretó al ceder su octava bola de break del encuentro antes de salvar su servicio en el fatídico séptimo game. Moviéndose cada vez menos y acumulando faltas directas, las esperanazas del ruso se iban esfumando mientras intentaba salvar lo poco que podía. Pero con un último gesto de coraje, logró resistir tres bolas de set en 5-4.

El tercer set ya no tuvo mucha importancia para el ex número uno, mientras Federer aprovechaba todas las falencias de su adversario para desplegar las ricas facetas de su juego.

La victoria de Federer, primera de un jugador suizo en Melbourne, es la segunda que logra en un torneo de Gran Slam después de la que consiguió el año pasado en Wimbledon.

Federer ganó casi un millón de dólares, el doble que Safin. Ganó, además, el derecho a ser considerado el mejor tenista del planeta. Ayer en Melobourne comenzó la era Federer. (Agencias)

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