El fútbol de Bariloche y la historia de una revancha que llega 16 años después
Estudiantes Unidos y Puerto Moreno juegan hoy desde las 15, una final liguista que entrelaza las vivencias de Guillermo Fuentes y el Negro Marino, protagonistas de la definición del 2002.
Era una tarde muy fría. Los cerros estaban cubiertos de nieve y una brisa helada soplaba desde el oeste. Nadie se movía de las tribunas. Martín caminó hasta el arco y pensó en su pequeña hija de diez meses, que había llevado a la cancha. Buscó con la mirada a su madre, en la tribuna, como para darse aliento.
Guillermo tomó la pelota entre sus manos y la puso en el punto del penal. Tenía apenas 19 años y era el más joven del plantel de Estudiantes Unidos. Pero no dudó y asumió el desafío. Pateó. Y los corazones se paralizaron por un segundo. Martín intuyó el lugar y se estiró todo lo que pudo. Sus manos detuvieron la pelota y frustraron el sueño de Guillermo. Minutos después, Martín celebraba el primer campeonato de la Liga de Bariloche con el equipo de su barrio, Puerto Moreno. Mientras, Guillermo dejaba la cancha, desconsolado, y con toda la amargura del mundo.
Pasaron dieciséis años desde aquella tarde del 26 de mayo de 2002. Y el fútbol vuelve a poner cara a cara en una final a Martín “Negro” Marino y Guillermo Fuentes. Los dos defendiendo los mismos colores que en aquella ocasión, pero en la recta final de sus carreras.
Esa final entre Estudiantes con Puerto Moreno (que entonces usaba el nombre de la junta vecinal del barrio Pájaro Azul porque no tenía personería jurídica) fue a dos partidos. El primero lo empataron 1 a 1 y Guillermo marcó el gol de Estudiantes. El segundo no se sacaron ventajas y se definió en penales. “Tuve la mala suerte de errar el penal”, señaló Guille. “Y, ahora, me vuelvo a encontrar en la misma situación. En otra final, sólo que con 35 años”, comentó.
“Para mí es muy importante esta final por la edad que tengo. Y terminar mi carrera siendo campeón es lo que uno desea”, explicó. “Siento que el fútbol siempre te da revancha y lo vivo de esa manera”, sostuvo en la previa del partido decisivo.
“A diferencia de ese momento, que era el más chico, hoy soy el referente, el más grande del plantel y estoy rodeado de chicos, que nacieron en este club”, indicó. Por eso, trata de transmitir tranquilidad. La ansiedad es difícil de controlar en esta instancia.
Martín Marino tenía 24 años en 2002. Puerto Moreno llegaba con la herida de haber perdido en 2001 la primera final con Martín Güemes. Quería el primer título para el club de su barrio y festejar además su cumpleaños.
“Entré a la cancha con mi hija Brisa, que tenía diez meses y fue inolvidable”, relató. No sólo atajé un penal sino que convirtió el que le tocó patear. “Ese día fue increíble. Hubo una caravana que salió del barrio hasta la cancha”, rememoró.
Marino había dejado el fútbol hace 4 años después de pasar por 9 clubes, jugar varios torneos federales y ganar campeonatos locales con diferentes equipos. Había perdido las ganas de jugar. En su carrera marcó más de 20 goles (de penal, de tiro libre y hasta uno de arco a arco.
Entonces, se zambulló tiempo completo a su trabajo de animar shows para egresados en un boliche de la ciudad. Pero decidió volver. “Mi hija me convenció, mi madre, mis amigos, Gustavo Paredes, los dirigentes, el club”, explicó. “Me costó. Ya con 41 años es complicado. Por suerte nunca tuve una lesión”.
En el regreso fue clave la ayuda de Cuchín Ortíz, el entrenador de arqueros de Puerto Moreno. Volvió con el objetivo de que el equipo no descendiera. Pero los resultados se fueron dando y hoy están en una final. Serán los mismos protagonistas de hace 16 años atrás. Hoy desde las 15 en el estadio Municipal de Bariloche, se sabrá quién tiene esta vez su cita con la historia.
Prefiero no ir a penales. Ojalá que se gane en la cancha (…) Para mí no hay revancha y ojalá que lo ganemos nosotros”
El Negro Marino fue el que festejó en el 2002.
“Tengo los mejores recuerdos del Negro. Nos tocó estar Me pone muy contento que haya podido volver a jugar una final”.
Fuentes busca desquite, siendo hoy un símbolo de Estudiantes.
Datos
- Prefiero no ir a penales. Ojalá que se gane en la cancha (…) Para mí no hay revancha y ojalá que lo ganemos nosotros”
- “Tengo los mejores recuerdos del Negro. Nos tocó estar Me pone muy contento que haya podido volver a jugar una final”.
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