Denuncian complicidad policial tras robo en el estacionamiento de un mayorista

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El jueves pasado una pareja acudió a un conocido hipermercado mayorista de Neuquén y sufrió un robo en el estacionamiento del lugar. La mujer había dejado la suma de 90 mil pesos en la gaveta del rodado, y en el baúl se encontraba la caja de herramientas de su marido. Nadie vio nada, y denunciaron que el personal de seguridad y el policía que se encontraba en el ingreso los maltrataron y no dejaron que vean las filmaciones de seguridad.

El desafortunado hecho ocurrió el pasado jueves en el super mayorista Yaguar de la calle Félix San Martín. Cerca de las 15:30 Sandra ingresó junto a su pareja para comprar alimentos e insumos para el hogar de ellos y de sus dos hijas. Planeaban gastar cerca de 30 mil pesos en una compra que realizan una o dos veces al año para ahorrar y aprovechar “la poca plata que hay”, contó algo angustiada.

Pasadas casi dos horas salieron con el carro repleto y notaron que la puerta del conductor de su Ecosport había sido forzada. Hacía pocos días Sandra había conseguido un préstamo del banco que le abona su sueldo como portera en Cinco Saltos Ese dinero, sumado a lo que había aportado el sueldo en cuotas de su marido, dabala suma de unos 90 mil pesos. Ya no estaban, y tampoco la ropa de trabajo ni la enorme caja de herramientas que estaba en el baúl. “No se como lograron moverla porque es muy pesada”, acotó.

Ella tiene 43 años y él 48. Cuando constataron que el sobre con el dinero ya no estaba los nervios se apoderaron de ambos y corrieron a pedir ayuda al personal policial que se encontraba en el ingreso del lugar. “Nos trataron con evasivas y no nos permitieron ver las cámaras de seguridad del predio. Un poco más y nos echan a los empujones”, relató indignada.

Luego de realizar la denuncia en la Comisaría 2 de esa ciudad, hasta adonde fueron escoltados por un patrullero que acudió al lugar tras un llamado telefónico, el matrimonio dice que “se trata de un acuerdo entre los delincuentes, la policía y los encargados de Yaguar Neuquén”.

Sandra recordó a un joven alto que, cuando ingresaban al predio estaba cerca de su auto con un candado en la mano. “Van a cerrar”, pensó para sus adentros y se lo comentó a su pareja. No estaban cerrando, pero ese joven luego los cruzó en la caja y, acorde al relato de la mujer, los miró de forma “sospechosa”, esbozó.

Al día siguiente Sandra volvió al lugar para dejar una copia de la denuncia y preguntó por él al policía de la entrada, que le respondió que nadie con esas características trabaja allí. A los minutos el hombre del candado pasó caminando frente a ellos y el efectivo reconoció que si estaba empleado en el lugar pero que el día anterior no había trabajado.

“Ni me quisieron firmar el recibido de la copia de la denuncia”, se lamentó y aseguró que “ahí hay una mafia”. “Los ladrones están ahí adentro trabajando”, dijo enojada.