Débora Cívicos, una especie de Forrest Gump: “Correr me hace feliz”

La periodista roquense comparte la felicidad que le produce la práctica del running.

Por Débora Cívicos

Yo corro sin querer.

Sin querer un día me levante y vi mis rodillas enormes. Claro, mi hijo menor, el tercero, tenía apenas 1 año y medio y en el embarazo había aumentado 23 kilos. Era otra persona. Me costaba reconocerme frente al espejo.

Sin querer, entonces, pensé que debía empezar a hacer un cambio, y me sume a un pequeño grupo de grandes mujeres y empecé a correr dos veces por semana. Sin querer, pensé en hacer dieta, fui a una nutricionista que además es deportologa y ahí comenzó todo. Carolina Palmero, la nutricionista me dijo: porque no corres más? Y una especie de Forrest Gump me hizo clik en la cabeza, y me dije: si corro dos veces por semana, bien puedo correr todos los días. Asi, le pedí Mi hermana Mariana, que me haga una rutina de ejercicios diarios porque iba a correr una carrera. Y en Septiembre de 2017 corrí mis primeros 8 K. Y, cómo la ardilla de la era del hielo cuando clava la bellota en la nieve, el deseo de seguir corriendo se abrió en mi interior, y no paré un solo día.

Sin querer, desde ese momento corro y entreno de lunes a sábados. Sigo la planificación, de acuerdo a lo que me requiere mi entrenadora. A fuerza de voluntad, y en la soledad de mis horas libres, salgo a correr, hago abdominales, subo y bajo escaleras y bardas, me ejercito con latas de duraznos que sirven de pesas, y me apoyo en la pared de mi patio para hacer verticales y fortalecer mis brazos. Si! Es una locura. Sin querer, disfruto cada día, cada salida. A veces me siento una súper héroe, y disfruto mis logros, como lo que son… Únicos.

Junto a su hermana, entrenadora ella destacada en la región.

Sin querer octubre trajo la Río Negro Corre, mis primeros 12K, y note los resultados del entrenamiento a conciencia.

Sin querer, empecé a buscar destinos, distancias, me di cuenta de que además de correr, conocía lugares extraordinarios. Y entonces, Me fije un objetivo cada mes.

Noviembre, 10K en la carrera Llao llao, de Bariloche. Diciembre, 8K en la Farmacorre, que se corre en Las Grutas. Enero, 10k en el Cruce de Tandilia. Y ahora Marzo, corrí los 12K, del Desafío al Volcán Copahue.

Sin querer, mi cuerpo empezó a cambiar. Tonifiqué mis músculos y reduje las tallas de mi ropa.

Sin embargo, lo más importante es que sin querer, empecé a relativizar mis problemas, a sentirme con el poder de solucionar los obstáculos que la vida nos va poniendo en frente.

Sin querer me siento fuerte, con energía, sana. Me siento plena.

Sin querer, les estoy dando el ejemplo a mis hijos, conozco lugares, personas, y me desafió a mi misma a cada paso, en cada entrenamiento, en cada competencia.

Cuando pienso y repaso, parece que no estuviera hablando de mi. Soy mamá, trabajo, estudio… y corro.

¿Qué te pareció el testimonio de Débora? ¿Compartirías vos también tu experiencia?

Mandálo a hlara@rionegro.com.ar

Débora no afloja jamás… acá en “Río Negro corre 2017”


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