Seis candidatos se encuentran esta tarde en un debate. Foto: Andrés Maripe
Opinión Debates

Se multiplican los partidos políticos: ¿suman o confunden?

La campaña electoral activó la creación de fuerzas, tanto en Neuquén como en Río Negro. La mayoría integra alianzas y/o “colectoras”, más por intereses o liderazgos personales que ideológicos. eso podría complicar la gobernabilidad futura.

El cercano inicio de la campaña electoral activó, tanto a nivel nacional como en Río Negro y Neuquén, la creación de nuevos partidos políticos, una tendencia que ha crecido en los últimos años y que tiene el riesgo de aumentar la fragmentación política, en medio de la crisis de representatividad que experimentan los sistemas democráticos, no sólo de la Argentina sino en buena parte del mundo.

Un informe reciente de este diario reveló que en Neuquén se han creado más de 50 nuevos partidos políticos, tanto a nivel distrital como municipal, un fenómeno que parece haber estimulado el funcionamiento cada vez común de las “listas colectoras”, que presentan diferentes boletas de candidatos para cargos inferiores (provincial, municipal) pero respaldan a una misma opción en el nivel institucional superior (presidente, legisladores nacionales o gobernador). Entre los expedientes en trámite ante los juzgados electorales provincial y federal de Neuquén destacan el Comunidad creado por Rolando Figueroa luego de su ruptura con el MPN, junto a otros creados por otros líderes emepenistas, del peronismo, la izquierda y del espacio libertario liderado a nivel nacional por Javier Milei.

En Río Negro, hay ya 24 partidos provinciales y 38 municipales reconocidos, pero se encuentran en trámite una decena de expedientes para la creación de nuevas fuerzas, especialmente en el peronismo, donde a partir de la decisión del senador camporista Martín Doñate de realizar alianzas con el partido provincial Juntos Somos Río Negro activó la creación de al menos tres nuevos partidos por parte de dirigentes que no comparten la iniciativa. También hay acciones en el mismo sentido de dirigentes que buscan aprovechar el “paraguas” nacional de Milei.

Aunque la primera impresión es que la creación de nuevos partidos indicaría una saludable vocación de la ciudadanía por participar del sistema político, lo cierto es que la mayoría de las fuerzas que se crean no tienen como fin plantear una renovación ideológica o programática sino que son más bien instrumentales. Suelen ser iniciativas personales de líderes o grupos de dirigentes que buscan negociar espacios de poder en las alianzas que ya existen. Muchas de estas fuerzas aspiran a ir como “colectoras” de partidos mayoritarios y sumar cargos en futuros gobiernos de coalición.

Figueroa decidió ir por afuera del MPN, armó su propia fuerza y ahora busca formar una coalición con otros partidos.

Argentina tiene uno de los sistemas más flexibles de América Latina para poder crear partidos. Los trámites no son excesivamente complicados y los pisos mínimo de adhesiones y afiliaciones exigidos son bajos. Eso hace que hoy existan en el país unos 700 partidos de distrito (que pueden competir por cargos nacionales).

Los expertos señalan como un periodo clave la crisis de 2001, cuando entró en crisis el bipartidismo PJ-UCR que había predominado desde el retorno a la democracia y surgieron numerosas alternativas por fuera del sistema tradicional.

Gerardo Scherlis, investigador de Cippec.

Gerardo Scherlis, politólogo, profesor de la Facultad de Derecho de la UBA e investigador asociado al Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) (Cippec), explica que en los últimos años han proliferado “muchos partidos y etiquetas nuevas, que a menudo no tienen el sustento de representación atrás, sino que son estrategias de las figuras de los partidos tradicionales que buscan probar suerte como se dice en la jerga ‘yendo por afuera’. Algunos incluso crean sellos para venderlos o alquilarlos a dirigentes de otros partidos que los necesitan para competir. Se transforma en una práctica recurrente, que hace que el sistema político se fragmente, que la oferta electoral sea más compleja y eso no favorece una buena calidad de la representación”.

Aunque esta situación responde a causas estructurales como la crisis de representación de los partidos históricos, “también tiene que ver con las condiciones particulares de nuestra legislación. Es relativamente sencillo armar un partido y presentarse a elecciones, y eso va acompañado de prerrogativas en términos de financiamiento y acceso a los medios. Esto es aprovechado por muchos dirigentes para emprendimientos de tipo más personal”, agrega.

Otra característica importante, según Scherlis, es que “hay partidos con presencia en un único distrito, como podría ser el caso histórico del MPN neuquino o más reciente de JSRN en Río Negro, que pueden presentar candidaturas no sólo en la provincia en que son reconocidos sino también para cargos nacionales. Entonces con la crisis de los grandes partidos nacionales hay un renacer de fuerzas provinciales, que prefieren referenciarse en su distrito y luego vincularse con el poder político nacional de acuerdo a las circunstancias. Lo vemos en Misiones, Santiago del Estero, Chubut entre otros”, dice.

Las coaliciones aún mandan y ordenan


Facundo Cruz, politólogo.

El también politólogo, Facundo Cruz, investigador del Centro de Investigación para la Calidad Democrática, agrega que otro de los temas es que la mayoría de estos partidos no caducan con el tiempo, mientras se siguen creando nuevos en cada turno electoral. “Es como la población”, grafica. “Si nace más gente que la que muere entonces la cantidad de habitantes va a ir creciendo siempre, esto pasa muchos con los partidos de distrito en Argentina, y si las reglas no cambian seguirá siendo así”. Para Cruz, una forma en que el sistema se ha reordenado en la última década tiene que ver con la creación de coaliciones relativamente estables a nivel nacional, un mecanismo que ha sido favorecido por la aplicación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) creadas en 2009 y que operan desde los comicios de 2011. Este sistema fija a nivel nacional un piso del 1,5% de los votos en las internas para participar de las elecciones generales posteriores.

“Por eso, aunque hay muchos partidos, en el cuarto oscuro la cantidad de boletas es menor, porque se forman alianzas. Quienes deciden competir solos tienen más chances de quedarse, por no pasar el filtro. Es más negocio crear un partido y meterte en una alianza con otros que tratar de ganar solo. Los dos ejemplos más evidentes fueron el partido del exsecretario de Comercio Guillermo Moreno, que fue por afuera del FdT y de Jorge Altamira que se presentó aparte del Frente de Izquierda: no pasaron el filtro”, explica.

En términos políticos, “crear un partido nuevo, salirse de las estructuras e ir con sello propio para ser relevante en la discusión pública, como fue en 2001, ya pasó. Hoy en día las preferencias ciudadanas están muy estables entre dos grandes espacios, el peronista del FdT y el no peronista de JxC, con un tercero que empieza a crecer, que es el espacio libertario”, señaló el politólogo. Aunque el “bicoalicionismo” que llevó en 2015 y 2019 a que casi el 90% de las preferencias electorales fueran para una de estas dos grandes alianzas da señales de fatiga, sigue vigente.

La presentación de Comunidad Organizada, partido nacido de la crisis del peronismo rionegrino.

“Están sufriendo un poco de corrosión política ambas coaliciones, aún así mantienen entre el 65 y 70% de las preferencias. El resto va hacia los espacios libertarios y de la izquierda”, explica Cruz.

Un aspecto que destaca el analista es que en la mayoría de las encuestas, los espacios del FdT y JxC tienen intenciones de votos mayores a los de sus precandidatos presidenciales. “Eso hace mucho que no pasaba en Argentina, y muestra que si bien como en 2001 tenés una situación de desafección ciudadana, descontento y bronca con la clase política, no está claro si las preferencias ciudadanas van a cambiar o moverse mucho”, agrega.

Colectoras y fechas


Más allá de las coaliciones, uno de los sistemas en la mira de los analistas son las listas colectoras, que están prohibidas a nivel nacional desde 2017, pero pueden aplicarse en provincias, como Río Negro y Neuquén.

“Esta una creación bastante exótica del sistema partidario argentino. Nosotros aún votamos con boletas partidarias, donde los partidos arman, imprimen y distribuyen las boletas. Las colectoras permiten estos pegados entre distintos partidos buscando el efecto arrastre hacia arriba o hacia abajo. Al tener colectoras, se incentiva crear partidos locales, por la posibilidad de pegarse a una fuerza nacional o provincial. Pero se estimula la fragmentación y la confusión, y se hace deliberadamente. Porque el ciudadano elige la boleta por el tramo que considera más relevante, normalmente de presidente o gobernador y se lleva una boleta con candidato a otros cargos de partidos que a menudo desconoce. Eso no sólo confunde sino se paga con más fragmentación en legislaturas y concejos deliberantes, como ocurre en Neuquén. Se debilita la calidad institucional porque se cambian las reglas todo el tiempo” dice el analista.

Un efecto similar ocurre con el cambio de la fecha de elecciones, como en Río Negro. “Uno puede tener buenos argumentos para que se vote un día distinto al de Nación o el mismo día, lo que no es bueno es que cada gobernador pueda definir en cada turno electoral cuando se vota. A nivel nacional e internacional las fechas de elección se fijan con mucha antelación y no puede ser una discrecionalidad de cada gobernador o intendente. Esta especulación contribuye a la debilidad institucional” finaliza Scherlis.

ROCA 27/10/19: ELECCIONES GENERALES PARA ELEGIR PRESIDENTE. VOTANTES VOTO URNAS. FOTO: ANDRES MARIPE

Algunas propuestas para mejorar el sistema electoral


Desde el Cippec y otras instituciones se ha venido bregando por algunas reformas al sistema electoral, para poder eliminar los efectos de “cancha inclinada” y otras distorsiones que atentan contra un sistema electoral más inclusivo y transparente.

El politólogo Gerardo Scherlis explica algunas de ellas.

• Colectoras: Cippec y muchos otros vienen bregando por su eliminación. A nivel nacional ya no son posibles a partir de un decreto presidencial de 2019. De hecho no hubo colectoras en listas nacionales en 2019 y 2021. Sería bueno que eso se estableciera por ley, y que las provincias también lo repliquen. Pero mejor todavía sería pasar a la boleta única, como en Córdoba o Santa Fe.

• Partidos: Hay fuerte consenso entre analistas respecto a la necesidad de establecer requisitos más exigentes para la formación de partidos. Pero justamente los partidos se vienen resistiendo a esto.

Los más chicos porque se sienten perjudicados por los pisos electorales. Y los más grandes, porque muchas veces sus propios dirigentes utilizan estos sellos de goma, o los tienen hibernando para cuando los necesiten.

Es frecuente que dirigentes importantes de un partido grande (PJ, UCR, PRO) manejen a la vez uno o dos sellos de goma que utilizan o no según la ocasión.

• Calendario electoral: Sería importante que las provincias establecieran una fecha cierta para sus elecciones provinciales y que esto no quede siempre supeditado a la discrecionalidad del gobernador en cada turno electoral.

En Brasil la fecha de elecciones estaduales está fijada por Constitución. En México cada estado la define pero los 32 estados tienen una fecha determinada por ley o por su Constitución.

Argentina es única en ese sentido: casi todos los gobernadores pueden elegir cuándo hacer la elección con bastante margen de discrecionalidad.


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