¿Se “emepeniza” la política en las provincias?
Este año, sólo 4 ó 5 distritos votarán autoridades junto con la elección presidencial. Los gobernadores prefieren jugar primero en su territorio y surgen partidos y coaliciones a nivel local, con el movimiento neuquino como referente más antiguo
La decisión de la mayoría de las provincias de desdoblar sus votaciones para gobernador con los comicios provinciales consolida una tendencia que viene ganando terreno desde años, donde cada vez más políticos prefieren asegurar su poder territorial antes que jugar en la liga nacional de la política. Al mismo tiempo, surgen cada vez más fuerzas meramente provinciales, que luego apuestan a una negociación particular con el poder federal de turno. “Pareciera que la política nacional, o al menos en los distritos, se está emepenizando”, asegura con humor el politólogo Julio Burdman, en alusión a este repliegue en los distritos en los que el Movimiento Popular Neuquino es pionero.
Lo cierto es que pareciera que hoy la política circula por dos carriles diferentes: la autopista del AMBA, donde se definen las postulaciones presidenciales entre los principales referentes de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, y otra la ruta que sigue la mayoría de las provincias, con pocas y limitadas intersecciones entre ellas.
Para Burdman, que escribió recientemente un artículo sobre este tema en la revista “El Estadista”, el compromiso de los líderes políticos provinciales con el escenario nacional es cada vez más bajo.
Un quiebre en 1994
“En general desdoblan para liberarse de las presidenciales, a las que perciben como una carga tóxica para sus campañas locales”, sostuvo. En diálogo con Debates, agrega que se combinan una persistente mala imagen de los presidente de turno, al menos en los últimos tres periodos, por los enormes problemas que han debido enfrentar, y una fragmentación del sistema político que acentúa la territorialización del sistema.
“Es un proceso que se fue dando a lo largo de varios años, primero con la reforma de la constitución de 1994 y las posteriores reformas de constituciones provinciales que permitieron el desdoblamiento. Luego, con la práctica cada vez más recurrente y consensuada de las dirigencias políticas provinciales (porque en general los gobernadores no han encontrado gran resistencia en las legislaturas a desdoblar) y eso se hace más fuerte ahora, cuando sobre todo los gobernadores peronistas se quieren despegar de la suerte del Gobierno nacional, que prevén adversa”, explica.
Burdman explica que el antecedente más próximo con los comicios actuales es de 2003, donde apenas dos provincias votaron con la general, uno de los comicios más fragmentados desde el retorno de la democracia.
Este esfuerzo de separar la política provincial de la nacional se refleja también en el surgimiento cada vez más frecuente de partidos de distrito, de los cuales el más antiguo y emblemático es el Movimiento Popular Neuquino, que parece volverse un modelo para la creación de fuerzas similares en varias provincias.
“La lógica de que la política provincial pase por otro registro se va imponiendo. Se podría decir que la política en buena parte del país se está ‘emepeneizando’ (risas) porque el MPN es referente: lo dicen explícitamente Weretilenck en Río Negro, Mario Das Neves en Chubut, en Santa Cruz y hasta en Misiones se crean fuerzas distritales” explica Burdman. Para el analista político, esta provincialización tiene como efecto inmediato sumarle incertidumbre al comicio nacional.
“Cuando vos tenés las políticas provinciales y la nacional un poco más alineadas das certidumbre política, hay mayor compromiso de los líderes políticos locales con la suerte del gobierno nacional, mayor regularidad en la base de apoyo. En este caso no lo va haber, porque, salvo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, la mayoría de los gobernadores peronistas o aliados hacen la suya. Lógicamente prefieren que gane el candidato peronista, pero no sé si van a jugar tan fuerte en lo nacional, la experiencia de Mauricio Macri ya demostró que los gobernadores peronistas pueden coexistir perfectamente con un presidente no peronista”, explica Burdman.
Un federalismo “deformado”
Otro especialista en elecciones, el también politólogo y consultor Carlos Fara, de Fara &Asoc. con más de 160 campañas en todos los niveles en su haber, explica que el fenómeno de desdoblamiento no es nuevo, sino propio del “federalismo deformado, pero federalismo al fin, que tenemos”, sostiene.
“Los adelantamiento han sido moneda corriente desde 1995, desde la reforma constitucional de 1994 que los habilitó. Hubo muchos desdoblamientos en 1999, 2015, 2019 también. Esto tiene que ver un poco con la federalización del país, porque varios líderes más allá de su pertenencia nacional, prefieren mantener un tono, una construcción política y un liderazgo provincial, en sus territorios. Tenemos situaciones de todo tipo, tipo partido conservador popular como los hermanos Rodríguez Saá en San Luis o también en Salta con Manzur y en Jujuy, con Morales” sostiene. Y coincide en señalar la novedad de la creación de partidos provinciales como Juntos Somos Río Negro, Ciudadanos por Chubut, SER en Santa Cruz, que “es un peronismo que se fue del FpV” al igual que en Misiones, donde la fuerza provincial “suele jugar en favor del Frente de Todos” más allá de la diferenciación.
Fara sí llama la atención sobre el fenómeno de coaliciones, que pareciera que del nivel nacional también pareciera estar provincializándose, “como el caso de Avancemos en Salta”. En Río Negro JSRN también acude los comicios en formato coalición con parte del peronismo y de la UCR y en Neuquén el MPN suma otras fuerzas mediante listas colectoras. “Son expresiones que van a seguir existiendo, más allá de coyuntura, porque en el marco actual de la globalización existe una tendencia a valorizar lo local, a provincializar del debate político”, explica Fara.
El politólogo también hace hincapié en la tendencia a la fragmentación del sistema político actual, que “también es un fenómeno global” que hasta el momento a nivel nacional se ha ordenado por medio de dos grandes coaliciones. “Pero precisamente porque son grandes coaliciones, cada espacio al interior tiene sus propias aspiraciones y algunos personajes o dirigentes su propia proyección”, sostiene. En el caso del FdT el problema “es la falta de competitividad de la mayoría de sus candidatos: Cristina suma mucho pero tiene un techo, y tanto Alberto Fernández como Sergio Massa son poco competitivos”, agrega. En el caso de dirigentes alternativos de las provincias, “Kicillof mide bien en Buenos Aires pero no a nivel nacional y tanto Capitanich y Mansur, que podrían proyectarse desde sus distritos (Chaco y Salta) dependen de un eventual guiño o bendición de Cristina”. En el caso de Juntos por el Cambio, “tenemos claramente una puja de candidatos, más o menos conocidos o competitivos, pero lo que no está claro es la propuesta económica que tiene el espacio para salir de la crisis actual”, sintetiza Fara.
La gobernación ya no es ese “trampolín” al escenario nacional
Uno de lo efectos del desdoblamiento masivo de elecciones podría ser incentivar la división o la ruptura de las coaliciones que hasta 2015 y 2019 reunieron más del 70% de la votación en el país: Juntos por el Cambio y el peronismo, hoy Frente de Todos.
Julio Burdman destaca que hay 9 provincias que votarán entre abril y mayo, antes del las PASO, entre ellas Río Negro y Neuquén. Ello podría generar posicionamientos, como candidaturas presidenciales de algún gobernador triunfador y modificaciones en las alianzas. Del lado de Juntos por el Cambio, que las disputas a nivel provincial generen una división que se traslade al país.
“Yo creo que un candidato peronista ganador en su provincia pudiera proyectarse a nivel nacional, pero no lo veo como un escenario de alta probabilidad. Como parte de la provincialización de la política nacional, a los líderes no les interesa tanto lanzarse a la arena nacional como antes. La verdad es que hoy ser gobernador es un buen puesto, ser presidente no. Ser presidente es hoy garantía de perder años de vida en una gestión que va a ser tortuosa y dura, tendrá que pagar los costos de arreglar la economía” sostiene el analista. “En cambio el gobernador casi no paga costos, administra recursos pero rinde poca cuenta de ellos y no paga el costo del ajuste. En el modelo argentino no tiene demasiados problemas fiscales”, agrega.
Carlos Fara coincide en que las gobernaciones ya no son el “trampolín” a la política nacional . «Eso se ha dado sobre todo porque en el peronismo hubo un liderazgo muy fuerte de Néstor Kirchner primero y Cristina Fernández después. Fue muy difícil que alguien se proyectara a nivel nacional. La opción era jugar contra el cristinismo, como hizo Sergio Massa, o esperar la bendición de Cristina, como podrían hacer Capitanich o Manzur, señala. En el caso de JxC “es cierto que el PRO tiene candidatos competitivos a nivel nacional y el radicalismo la estructura a niveles provinciales y local, por eso son un buen complemento. Pero ahora el radicalismo se ha fortalecido, con dos figuras de proyección nacional como Facundo Manes y Losteau ”, agrega.
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