Neuquén ciudad 2040: el momento de consensuar un nuevo proyecto urbano

Fotos de esta nota: gentileza municipio de Neuquén capital.

Por Sergio Lardies (*), especial para «Río Negro»

Ya pasaron 28 años desde la última vez que se debatió sobre un proyecto de ciudad futuro. En 1997, el municipio, el gobierno provincial y la Universidad Nacional del Comahue firmaron un convenio interinstitucional y convocaron a toda la ciudadanía a debatir sobre el futuro de la ciudad. El Colegio de Arquitectos de Neuquén puso a disposición todos sus recursos para acompañar activamente el proceso de participación ciudadana. Juntos, estas instituciones, con los vecinos de cada uno de los barrios consensuaron un “Proyecto Futuro de ciudad” avalado unánimemente por todos los partidos políticos que tenían representación en el Concejo Deliberante -el MPN, el justicialismo, el radicalismo y el socialismo. Fue así como el 31 de octubre de 1997 nacía el “Plan Urbano Ambiental” (PUA) de la ciudad de Neuquén.

El nuevo “proyecto de ciudad” para Neuquén Capital debe definir el modelo territorial futuro “deseado”, que posibilite alcanzar un desarrollo local sostenible, con una economía diversificada, con promoción del desarrollo tecnológico, de las industrias “limpias”, del turismo; de la agroecología para alcanzar la soberanía alimentaria; con barrios populares integrados, sin segregación socio urbana.

Sergio Lardies, urbanista y planificador territorial

Hoy, ante un gran desafío

Estamos en un nuevo punto de inflexión histórico. Neuquén no solo es la capital de la Región Metropolitana Confluencia (RMC) sino que también lo es de la Región Vaca Muerta. Su localización estratégica en el corredor bioceánico, que une los puertos de San Antonio Oeste de Río Negro y Bahía Blanca de Buenos Aires, con los puertos chilenos del Pacífico, hace de Neuquén una ciudad con un futuro de desarrollo inconmensurable.

Si ese desarrollo no se planifica territorialmente, la calidad de vida de todas las localidades que conforman la RMC van a ser impactadas negativamente. Solo tendremos “crecimiento económico y poblacional” pero con el riesgo de no tener un desarrollo sustentable, ambientalmente sostenible, socialmente inclusivo y económicamente equitativo.

Muchas empresas y familias van a seguir llegando a Neuquén en los próximos años, a partir del desarrollo de Vaca Muerta, como ya paso en las décadas de ´70 y ´80 cuando se construyeron las represas hidroeléctricas. En ese entonces, la población se duplicaba por cada década. La ciudad de Neuquén creció exponencialmente, en comparación con cualquier otra ciudad del país.

Si bien otra actividad que le da sustento a la economía regional, la fruticultura, está en crisis y pareciera que la tendencia no cambiara en el corto y mediano plazo. Han surgido nuevas actividades económicas que mantienen el constante crecimiento de la ciudad y de la RMC como el desarrollo de servicios altamente especializados como los tecnológicos, del conocimiento y culturales. También la actividad turística ha crecido, especialmente a partir del desarrollo del Paseo de la Costa, con una mayor oferta hotelera y gastronómica; del turismo de negocios y de convenciones; de la realización de fiestas populares (Fiesta de la Confluencia). También la región cuenta con villas turísticas (El Chocón, Chocón Medio; Lagos Marimenuco y Pellegrini); la ruta del vino (viñedos, bodegas y gastronomía), atractivos paleontológicos y un barrio intercultural mapuche en pleno desarrollo.

En las próximas décadas Vaca Muerta va a continuar generando un impacto en el desarrollo económico local y un aumento de población residente, mayor que el producido por la economía local en las décadas pasadas. Nuevamente nos encontraremos con un crecimiento poblacional vertiginoso, para el cual debemos estar preparados para que no impacte negativamente en la calidad de vida de la población de la RMC generando a través de la planificación territorial las condiciones para un desarrollo local sostenible.

No queremos ser como…

Si el crecimiento se produce sin planificación, el escenario futuro tendencial puede generar múltiples problemas socio ambientales, como periferias con barrios populares, desintegrados social y urbanísticamente; barrios privados, transformados en “ghetos urbanos”; crecimiento desmedido de las manchas urbanas sobre el oasis irrigado, generando procesos de conurbación.

Esta forma de crecimiento ha sucedido en otras ciudades del país que no han planificado territorialmente sus áreas urbanas, periurbana y rurales, conformando áreas metropolitanas “conurbadas”, como es el caso del AMBA por ejemplo el Área Metropolitana Buenos Aires, con un gran desequilibrio territorial y de calidad de vida entre la ciudad “centro principal” (CABA) y los municipios del conurbano bonaerense (AMBA), que han terminado conformando una “periferia”, altamente dependiente del centro principal, concentrador de actividades económicas y culturales y principal generador de oportunidades de trabajo.

Seguir siendo una “ciudad región”

El crecimiento poblacional de la ciudad de Neuquén y de su “mancha urbana” no debe alterar el patrón de asentamiento territorial regional. La RMC debería continuar siendo una “ciudad región”, conformada por un conjunto de ciudades asentadas sobre un valle irrigado productivo, cada una con su identidad urbana y rural. Neuquén seguramente será la ciudad principal, pero su crecimiento no debe alterar el modelo territorial actual.

El avance de su “mancha urbana” no debe someter a las ciudades vecinas a un proceso de conurbación (continuo urbano); debería evitarse que la RMC se transforme en una “metrópolis”, en un “Gran Neuquén”, como es la conformación territorial de otras áreas metropolitanas, el “Gran Mendoza” o el “Gran Buenos Aires”.

En armonía con las ciudades vecinas

Es una oportunidad disponer de 8.000 has en la meseta norte recientemente incorporada al ejido municipal de la capital neuquina; esto permitirá crecer con un desarrollo territorial equilibrado y en armonía con las ciudades vecinas.

Este es el momento de consensuar nuevamente un proyecto de ciudad, con un ejido municipal de 18.000 has, un territorio con ríos, con bardas, con meseta, con valle y con una localización estratégica.

También la Margen Sur de Cipolletti y Fernández Oro son áreas de oportunidad para el desarrollo territorial, urbano y rural porque posibilitaría evitar que el crecimiento de las localidades se consolide sobre el valle productivo, perdiendo así, un sistema de riego y cortinas de árboles rompe viento, que generan un “microclima” y una ruralidad de una gran calidad paisajística y ambiental. En palabras del actual decano de la facultad de Agronomía de la UNCo, el sistema de riego, que nace en el dique Ingeniero Ballester y distribuye el agua de riego a través de un canal que recorre 100 km podría ser declarado “patrimonio cultural de la humanidad”.

Vista la ciudad de Neuquén Foto: archivo Cecilia Maletti.

Modelo de futuro deseado

El nuevo “proyecto de ciudad” para Neuquén Capital debe definir el modelo territorial futuro “deseado”, que posibilite alcanzar un desarrollo local sostenible, con una economía diversificada, con promoción del desarrollo tecnológico, de las industrias “limpias”, del turismo; de la agroecología para alcanzar la soberanía alimentaria; con barrios populares integrados, sin segregación socio urbana. Una ciudad segura, con equidad social, que no necesite de barrios cerrados; con disponibilidad de suelo urbano planificado con infraestructuras básicas para lograr un acceso justo a un hábitat digno para aquellos segmentos de la población que no pueden acceder al mercado inmobiliario, evitando la proliferación de asentamientos irregulares en zonas de riesgo (de inundación o aluvional).

Lo planteado son solo algunas políticas públicas, como lineamientos estratégicos que podrían “encausar” el debate y la elaboración consensuada de un proyecto de ciudad, el nuevo PUA 2040.

Construir un modelo territorial futuro, bajo los principios del desarrollo sostenible, es una condición necesaria, pero no suficiente, necesitamos acciones de corto plazo que vayan marcando el “rumbo” para alcanzar el modelo de ciudad deseado.

(*) Sergio Lardies es arquitecto, urbanista, planificador territorial y miembro de la Sociedad Argentina de Planificación Territorial -SAPLAT-. Mail: lardies@gmail.com

Producción periodística: Horacio Lara, hlara@rionegro.com.ar

Foto archivo «Río Negro»


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