La nueva obsesión de Donald Trump: controlar los mares
Pocos días antes de asumir como presidente de Estados Unidos, realizó agresivas declaraciones. consideró a Canadá el “estado 51”, amenazó con retomar el Canal de Panamá y exigió a Dinamarca venderle Groenlandia. Un claro mensaje a su gran rival, China.
Primero fue Canadá, medio en broma, medio en serio, luego el Canal de Panamá. Unos pocos días después, Donald Trump dijo que quiere nuevamente a Groenlandia. ¿Por qué ese súbito y agresivo apetito por lugares con pasos marítimos estratégicos , desatando conflictos con países aliados incluso antes de asumir?
Para muchos analistas, detrás de estas propuestas-amenazas, está la evidencia cada vez más clara de que el presidente electo de Estados Unidos está dispuesto a embarcarse en una competencia cada vez más agresiva con China y la formulación de una política exterior nacionalista-aislacionista que podría un fuerte impacto en el orden mundial.
Un paso marítimo estratégico entre el Atlántico y el Pacífico
El canal de Panamá cumplió el martes pasado 25 años bajo administración panameña, un aniversario marcado por la muerte del expresidente estadounidense Jimmy Carter, quien firmó los tratados que permitieron su transferencia, y las amenazas de Donald Trump de recuperarlo.
Trump, que regresará a la Casa Blanca el 22 de enero, generó indignación entre los panameños al afirmar que su país debe retomar el control del canal, entregado a Panamá el 31 de diciembre de 1999, si no bajan los precios de los peajes a los buques estadounidenses en este paso que conecta el Atlántico con el Pacífico. Sugirió que Estados Unidos está siendo “estafado” con las tarifas que se cobran al paso de los barcos de su país. “Si no se siguen los principios, tanto morales como legales, de este gesto magnánimo, entonces exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos de América, en su totalidad, rápidamente y sin preguntas”, dijo.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió en un video que cada metro cuadrado del canal pertenece a Panamá y así seguirá, pero Trump replicó en su sitio de redes sociales, “¡Ya veremos!”. El presidente electo también publicó una imagen de una bandera estadounidense plantada en la zona del canal bajo la frase, “¡Bienvenidos al Canal de Estados Unidos!”.
El republicano también acusó a China de interferir en la ruta interoceánica. Incluso aseguró que había soldados chinos operando ilegalmente la vía que une el Pacífico con el Atlántico. “No hay soldados chinos en el canal, por amor a Dios”, respondió Mulino.
“En el canal los peajes no se hacen al antojo del presidente ni del administrador [de la vía interoceánica]. Hay un proceso establecido para fijar los peajes del canal que se ha respetado desde el día uno hasta la fecha, es un proceso público y abierto”, afirmó el mandatario.
La amenaza reavivó el nacionalismo antiestadounidense en ese país centroamericano.
Inmediatamente hubo protestas en diversos lugares contra esta amenaza de intervención directa. Para Francisco Cedeño, un diseñador gráfico de 51 años, “las intimidaciones de Trump no tienen ni pies ni cabeza”. “Debe procurar primero resolver los problemas que su país tiene por toneladas y olvidarse del canal”, dijo a la AFP.
“No hay nada que una tanto a los panameños como la defensa del canal. Pero tener una relación tensa con la superpotencia, principal socio comercial y principal usuario del canal, es una situación muy desventajosa para un país como Panamá”, explicó la politóloga Sabrina Bacal a la mism agencia.
Los números del canal de Panamá
La vía interoceánica, por la que pasa el 5% del comercio marítimo mundial, aporta el 6% del PIB de Panamá y el 20% de los ingresos fiscales.
Desde el 2000, ha entregado al erario panameño unos 28.000 millones de dólares, mucho más que en los 85 años de administración estadounidense (1.878 millones).
Estados Unidos, con el 74% de la carga, y China, con el 21%, son los principales usuarios del canal. El monto de los peajes se determina por la capacidad y carga del buque, no por el país de procedencia.
Estados Unidos construyó el canal a principios de 1900, pero cedió el control a Panamá el 31 de diciembre de 1999, bajo un tratado firmado en 1977 por el presidente Jimmy Carter. El canal depende de reservorios que fueron afectados por las sequías de 2023 que obligaron a reducir sustancialmente el número de espacios diarios para los barcos. Con menos barcos, los administradores aumentaron las tarifas que los transportistas deben pagar para usar el canal.
¿Por qué Groenlandia está en la mira de Trump?
El presidente electo también renovó pocos días después los llamados infructuosos que hizo durante su primer mandato para que Estados Unidos compre Groenlandia a Dinamarca. En un anuncio de hace una semana en el que nombró a su embajador en Dinamarca, Trump escribió: “Por motivos de Seguridad Nacional y Libertad en todo el Mundo, Estados Unidos considera que la propiedad y el control de Groenlandia son una necesidad absoluta”.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, se encuentra entre el Atlántico y Ártico. Está cubierta en un 80% por una capa de hielo y alberga una gran base militar estadounidense.
Debido al calentamiento de las temperaturas, se calcula que en las últimas tres décadas se han derretido 28.489 kilómetros cuadrados de las capas de hielo y los glaciares de Groenlandia, una isla de 2.1 millones de km2, un poco más grande que México, pero con una población de 55 mil habitantes. La desaparición de los glaciares en Groenlandia podría dejar al descubierto zonas para perforar en busca de petróleo y gas y lugares para extraer minerales críticos, un hecho que ya ha atraído el interés internacional y suscitado preocupación por los daños medioambientales. Además, según un reciente informe del Consejo Ártico, el tráfico marítimo en el Ártico ha aumentado un 37% en la última década, a medida que disminuía el hielo marino. Un mayor deshielo podría abrir aún más rutas comerciales.
China ha mostrado un gran interés por una nueva ruta a través del Ártico y en noviembre China y Rusia acordaron colaborar para desarrollar rutas marítimas en esa parte del mundo.
Groenlandia obtuvo la autonomía de Dinamarca en 1979 y su gobierno podría decidir separarse de ese país mediante una declaración de su parlamento y una consulta vinculante. Pero su población pareciera cómoda con el estatus actual y no ha mostrado demasiado interés en cambiar las tradicionales formas de vida por las explotaciones mineras.
Su jefe de gobierno, Múte Bourup Egede, sugirió que los últimos llamados de Trump para el control estadounidense serían tan insignificantes como los hechos en su primer mandato.
“Groenlandia es nuestra. No estamos en venta y nunca estaremos en venta”, dijo en un comunicado. “No debemos perder nuestra lucha de años por la libertad”.
Trump canceló una visita en 2019 a Dinamarca después de que Copenhague rechazó su primera oferta para comprar Groenlandia.
Canadá, esa “provincia” para Trump
Trump también ha sugerido que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos y se refirió al primer ministro canadiense Justin Trudeau como “gobernador” del “Gran Estado de Canadá”.
Stephen Farnsworth, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Mary Washington en Fredericksburg, Virginia, dijo que el Trump provocando a países amigos le recuerda el estilo agresivo que utilizó durante sus días como empresario. “Pides algo ilógico y es más probable que puedas obtener algo menos ilógico”, dijo Farnsworth, autor del libro “Comunicación Presidencial y Carácter”.
* Con informes de AP y AFP
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