“Yo soy Javier Milei”.
Fueron sus primeras palabras en televisión. Eran las 23:32 del 28 de abril de 2015 y estaba allí, en Hora Clave, que ya por entonces conducía Pablo Rossi y se emitía por cable. Poco más de un año después, el 26 de julio de 2016, muchos ya sabían quién era Javier Milei, para entonces un panelista estrella que se animaba a contar cómo destruiría el Banco Central. Fue en la primera de muchas noche en Animales Sueltos, el programa de Alejandro Fantino, su mentor mediático. Allí habló de la corporación política, que luego mutaría en “la casta”. Aquella noche la llamó “parasitaria, inútil y chorra”, según el periodista Juan Luis González , los primeros de muchísimos insultos televisados, varios de ellos dedicados a quienes no mucho tiempo después formarían parte de un por entonces impensado – sobre todo para él mismo – gobierno suyo.
Eso, un gobierno suyo comenzó a tomar forma recién en 2020 cuando se decidió a meterse en político. Pero, a diferencia de aquellos cambiemitas de comienzos de siglo XXI que decidían “meterse en política”, Milei era todo lo outsider que podía serlo alguien que se define como anarcocapitalista. Apenas tres años después, él, Javier Milei, el libertario ignoto que en 2015 le pidieron que dijera quién era, llegaba a la presidencia de la Nación. Él, Javier Milei: el Loco.
Juan Luis González pensó en él como parte de un trabajo de investigación periodística que buscaba entender a La Libertad Avanza del modo en que Alejandro Bellotti, Gabriel Vommaro y Sergio Morresi lo hicieron en “Mundo Pro”, el libro que cuenta el derrotero de Propuesta Republicana, el por entonces flamante partido fundado por Mauricio Macri poscrisis de 2001. González, periodista de la revista Noticias, quería escribir su propio “Mundo Pro”, le interesaba el correlato argentino de las nuevas derechas. Pero la figura de Javier Milei le corrió el eje. Apenas lo vio supo que allí había otra cosa que contar: la vida pública, pero, sobre todo, privada de quien emergía como un posible líder de esa nueva derecha en Argentina. El resultado de todo aquello fue “El Loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina” (Planeta, 2023).
“A Milei lo venia siguiendo y, en septiembre de 2022, vi que había algo ahí con la nueva derecha. Pero muy poca gente se lo tomaba en serio en ese momento”.
Y luego aparecieron todos sus secretos místicos y el Loco -que es como le decían en el colegio- me tomó por asalto, porque más que para un libro es para una película de ciencia ficción. En este sentido, el libro no fue algo planeado, fue sucediendo”, le cuenta el autor a Río Negro.
Publicado originalmente a mediados de 2023, cuando las especulaciones electorales lo ubicaban bien posicionado, pero no lo suficiente como ser elegido presidente y actualizado a comienzos de diciembre de 2023, días antes de su asunción presidencial, “El Loco” e s un libro imprescindible para saber, al menos en parte, quién es el presidente de la Nación. En sus páginas se encuentran muchas de las respuestas a sus modos, sus hábitos, sus pensamientos y, sobre todo, su relación con la realidad.
Juan Luis González dialogó con Río Negro un día antes de cumplirse los dos meses de presidencia de Milei, apenas unos días después de la caída en desgracia de la Ley Ómnibus y poco antes de dejar Israel para viajar rumbo al Vaticano.
P: ¿Qué ves que está sucediendo con Milei, con ese personaje que seguiste e investigaste durante los últimos años al hombre que finalmente llegó a la presidencia del país?
R: Veo que está creciendo su inestabilidad. Hace cosas que nunca había hecho, como por ejemplo publicar 500 tuits en un día, como hizo cuando volvió de Davos. Y creo que el otro día, cuando se cayó la ley, debió haber estado cerca de ese número otra vez. Eso no lo hizo nunca, ni cuando era un personaje mediático ni cuando era candidato. Y lo llamativo es que está sucediendo siendo presidente. Yo ahí lo veo profundizando en su intolerancia, profundizando en querer acelerar ante los desafíos, la adversidad. Siempre mi gran duda era cómo Milei iba a lidiar con la realidad, en el sentido que Milei tiene a la realidad como gran enemiga. Si vos te fijás, no acepta la realidad de que su perro muere y lleva a tal punto su pelea con esa realidad que, por un lado, lo hace clonar, es decir una negación de la muerte del perro a un grado máximo porque está convencido de que uno de los clones es literalmente el mismo Conan, por lo tanto, Conan no murió. Y, por el otro, empieza a hablar con el perro en el más allá.
P: Decís que Milei se lleva muy mal con la realidad, ¿cómo es eso?
R: Sí, la realidad y Milei siempre se llevaron mal y, como presidente, yo tenía una gran duda porque Milei tiene una concepción teológica de vida: Milei es un líder mesiánico y religioso, para él religión y política es una sola cosa. Y tiene también una concepción teológica de la economía. Claramente se vio en el discurso de Davos: el mercado no tiene fallas, es perfecto, divino, como Dios, ambos son infalibles.
Otra gran duda era también cómo iba a lidiar Milei con la adversidad porque una cosa es el perro y otra muy distinta es que la inflación no baje, la ley no salga, el mercado no se regule solo. Hasta ahora viene lidiando mal y sin mostrar ningún resultado. O solo resultados negativos. Veo, en definitiva, como una gran preocupación la personalidad de Milei.
P: ¿Cómo ves que va a interactuar con la política?
R: El es un animal nuevo en el zoológico de la política, hay muchos que no lo terminan de entender. Me refiero a la dirigencia que quiere hacer acuerdos de toma y daca como si Milei fuera un político clásico y no lo es, es un anarcocapitalista revolucionario en el sentido que piensa que Dios lo eligió, que lo ve a Dios y que habla con él. Entonces, hay que tomarlo como tal. Y que es un tipo con serios problemas emocionales. Es una cosa muy novedosa.
Redobla la apuesta
P: ¿Cómo imaginás que pueda seguir, como serán sus próximos pasos?
R: Milei tiene algo que no tiene el resto y es que es muy fácil de prever. Siempre acelera y siempre va a fondo, no cree en los acuerdos y el que no piensa como él es su enemigo máximo, ahora empujado por la dinámica enloquecedora del poder y del propio poder que da el poder. ¿Que qué hará Milei? Eso, la realidad nos lo irá diciendo, pero sí puedo decir que el tipo va a profundizar, de hecho, ya lo vimos No salió la ley y les sacó a los gobernadores los subsidios al transporte. Ese es un gran ejemplo de quién es y cómo piensa Milei. Lo mismo que con el perro: cuando la realidad le tira un manotazo, por ejemplo, se murió el perro, por ejemplo, no salió la ley. Milei profundiza y va hasta límites insospechados. Clonó al perro y habla con él desde el más allá o te tiró una frase de Moisés, que castigaba al pueblo cuando lo traicionó, y te sacó subsidios. Eso es Milei, un tipo que va a ir redoblando las apuestas. Mi duda es que en algún momento ese hilo se corta, al menos en Argentina.
P: ¿Qué pensa que va a hacer el resto de la política con él?
R: Es una gran incógnita porque el triunfo de Milei le viene a poner de manifiesto a los políticos que no están entendiendo la época. Eso se notó mucho antes y en todos los frentes. En Juntos por el Cambio decía Melconian que Milei era el (buque rompehielos) Irízar que llevaba la discusión al lugar más radicalizado y después venían ellos, atrás del rompehielos, y se lo quedaban. Ni hablar del peronismo que literalmente financió la campaña, le puso logística, le puso candidatos, le cubrió los votos con la apuesta de que iban a ganar en un balotaje debilitando a Juntos por el Cambio. Y lo que había ahí era una subestimación a Milei, una subestimación a las nuevas derechas y una incomprensión de la realidad. Hay una distancia entre la dirigencia y los dirigidos mayor incluso a las que vimos en los 40 años de democracia. En este contexto noto a la oposición como muy desorientada, no tanto por los nombres, sino porque no saben encajar con el clima de época. Fijate el vacío que se genera, hay muy pocos que están dando un paso al frente. Veo mucho desconcierto.
Si llegara a pasar algo con el gobierno de Milei, no sé quién o quienes hay para reemplazarlo y esa es una gran ventaja que tiene este presidente porque por más que su gobierno sea un desastre y se convierta en cualquier cosa, si no hay otra cosa para reemplazarlo… el poder odia el vacío.
Al borde de la política
P. Podríamos decir que Milei forma parte de un límite, un borde de todo lo conocido hasta entonces en la política y que si también fracasa, ¿qué hay más allá?
R: Ese es un gran temor que tengo con las nuevas derechas en general, que más allá de que tengan éxito electoral les cuesta trasladarlo a un éxito como gobierno. Vemos que tras ganar no logran reelegirse, como pasó con Trump, Bolsonaro, veremos Meloni. Significa que, por más nueva política que seas, hay algo claro: si sos oficialismo y no reelegís es porque la vida material de la gente empeoró y es lo que estamos viendo en estos casos.
P: ¿Proyectabas la posibilidad que Milei llegase finalmente a ser presidente o te sorprendió que lo haya logrado, aún en tu caso que lo venís siguiendo de hacía varios años?
R: Para mí, la gran sorpresa, y que estaba muy lejos de mi análisis, fue el tercer lugar de JxC y el segundo lugar del gobierno. Yo suponía que Milei iba a llegar al balotaje, sobre todo porque veía al gobierno colapsando y veía, a contramano de lo que decía el gobierno, que el sujeto de LLA era el mismo que había votado a Alberto en el FdT. Porque Milei y la nueva derecha viene a discutir el sujeto histórico del peronismo, que es el trabajador. Cuando empecé el libro imaginaba a Milei en el balotaje y perdiendo con JxC. Cuando se dio que el balotaje era con Massa sí supe que ya no había vuelta.
P: En esta búsqueda de alternativas ciertamente extremas por fuera de la política, ¿creés que se terminó eligiendo a un desconocido, con todo lo que eso implica, sobre todo en el caso de Milei?
Para Milei política y religión son una sola cosa. Se mete en política porque, literalmente, Dios se lo dice y antes de esa revelación divina no lo había pensado. Tiene una visión mesiánica”.
Juan Luis González , periodista
R: Hay mucho del triunfo de Milei en que logra presentarse como lo nuevo en un momento de hartazgo de la política. Sus grandes batallas discursivas que gana son la lucha contra la casta, y su contracara que era yo no soy la casta, yo soy lo nuevo, aunque si una raspaba un poquito se encontraba con la casta misma. Hay una victoria que tiene que ver con el descontento hacia la política y que tiren que ver con la falta de respuestas materiales de parte de la política. Hay ahí una línea muy clara que curiosamente Milei la sigue logrando mantener, a pesar de meter a Scioli, a Bullrich que tiene más años en la política que la democracia misma. Parecería haber girado en el sentido que la casta es el Estado, el déficit, pero está todavía esa lógica.
Milei logra varias cosas, pero una de las más fuertes es la de presentarse como lo nuevo y, desde ese lugar, ofrecer una expectativa de un futuro mejor. Por eso, yo discuto la hipótesis del voto bronca porque el 100 por ciento que votamos en las últimas elecciones lo hicimos con bronca porque, en un país con 250 de inflación, no hay forma de no tener bronca, incluso a los que les va bien deben tener bronca. Ahora, ¿por qué Milei logro capitalizar mejor esa bronca generalizada? Seguro que hubo un 10, 15 por ciento de voto Joker, que quiere ver al mundo arder. Porque el votante duro de Milei no quiere ver el mundo arder porque realmente cree que le va mejorar la vida. Por eso creo que el primer afectado de este gobierno será no el que sumó al balotaje, ese voto más ideologizado, más antiperonista, sino el votante original de Milei que es un votante popular al que no le sobra el mango. Y ahí la ideología se muere al tercer mes que la heladera esté vacía.
P: También es un poco impresionante la relación con su hermana. (N.de la R: días después de esta entrevista, mientras Milei visitaba el Vaticano, el locutor de la señal Vatican News confundió a Karina Milei con la esposa del presidente argentino)
R: Creo que el libro resuelve bastante los misterios alrededor de la relación entre los hermanos Milei y cuando uno ve la vida tan difícil que tuvo Javier Milei parece bastante lógico que se refugie en su hermana. Milei es una persona extremadamente solitaria y tiene todo el sentido que se refugie en su hermana, la persona que estuvo siempre en su vida. Ella es la persona más importante del gobierno, más que el propio Javier Milei, te diría. Su capital político es que tiene el monopolio de la cabeza de su hermano.
Su vínculo con la religión
P: ¿Cómo ves la relación de Milei con el judaísmo?
R: Yo tengo una tesis difícil de probar y es que Milei cambió la conexión con Dios de Conan al judaísmo. Siempre la locura tiene cierta conexión con la realidad, aparejado con que él dejó de ver a los perros por la mudanza y es claro como en ese periodo crece la figura del rabino y baja la presencia de los perros y que ahora tiene un lugar central que antes no lo tenía Y algo que hay que entender es que para Milei política y religión son una sola cosa. Milei se mete en política porque, literalmente, Dios se lo dice y que antes de esa revelación divina no lo había pensado, a la presencia muy fuerte de lo religioso en su discurso porque ningún presidente ante tuvo: habla de las fuerzas del cielo, de Moisés, llora en el muro de los lamentos y que tiene una concepción teológica no solo de la política sino de la vida misma y de la economía. En el discurso de Davos dice que el mercado es infalible y eso es una cosa divina, solo Dios no tiene fallas.
P: Pero ¿por qué con el judaísmo, con que conectó Milei ahí? Muchas veces luce sobreactuado.
R: Milei es muy genuino, y muy literal, el 98 por ciento de las cosas que dice lo dice porque es lo que piensa realmente, no tiene filtro entre lo que piensa y dice. Es parte de su éxito el ser y parecer genuino, políticamente incorrecto. Y el judaísmo tiene algún sentido, esto me lo explicó Facundo Milman, que es un especialista en historia judía, que son dos cosas: la revelación que dijo haber recibido de Dios fue en septiembre de 2020 y, en junio de 2021, lo empezaron a acusar mucho de nazi y ahí es donde Julio Goldstein y Carlos Maslaton lo llevan a ver a Axel Wahnish, hoy embajador en isarel. Y Wanhnish hace una cosa muy rara, no sé si con información sobre Milei o de casualidad, que es que le dice, en su primer encuentro, una especie de profecía: que él, Javier Milei, está destinado a liderar un movimiento liberador en Argentina. Le tocó, sabiéndolo o no, no lo sé, la fibra intima del mesianismo y Milei salió de esa reunión como judío, alguien que hasta ese momento era católico practicante. También es verdad, y esto también me lo explicó Facundo Milman, el judaísmo tiene una larga tradición de mesianismo, a diferencia del catolicismo. A lo largo del tiempo varias personas dentro del judaísmo han enfatizado esto y no es casual que la rama del judaísmo a la que Milei pertenece, la Lubavitch, tiene una tradición de mesianismo muy marcada. De hecho, la tumba del “reve” que Milei va a visitar en EEUU es justamente alguien que tiene dos particularidades. Es alguien que escapó de la Unión Soviética, por lo que tenía una tradición anticomunista muy marcada; y porque al final de su vida se decía que era el mesías. Hay un cruce curioso allí. Mesianismo, religión, política, las misiones de Moisés y Aaron, la hermana, Milei diciendo que Karina sería Moisés y él sería Aaron que, es como su hermana llama a su perro, toda una cosa medio impresionante .
Quién es Juan Luis González
Juan Luis González es periodista de política y profesor. Trabaja en la revista Noticias y en Anfibia. “El Loco” es su primer libro. FOPEA, la asociación de periodistas de Argentina, lo eligió como el mejor libro de investigación del año. En el 2017, ADEPA le dio un premio por la primera entrevista a la “Liebre” Gómez, uno de los asesinos de José Luis Cabezas. Vive en el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires
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