Economías de subsistencia, desequilibrios regionales de la argentina rural
En tiempos de crisis la horticultura doméstica sale a flote para sostener la canasta familiar. No son un modelo del pasado, sino una fuente de sabiduría y resiliencia que puede contribuir a un futuro más sostenible y equitativo
La agricultura ha sido un pilar fundamental de la economía argentina desde sus inicios. El país cuenta con una gran extensión de tierra fértil y un clima templado, lo que lo convierte en un lugar ideal para el cultivo de una amplia variedad de productos agrícolas.
En los primeros años de la colonización española, la agricultura se centró en el cultivo de productos básicos como el trigo, el maíz y la caña de azúcar. Con el tiempo, el país comenzó a diversificar su producción agrícola, incorporando cultivos como la soja, el girasol y el algodón.
En la actualidad, la agricultura es uno de los sectores más importantes de la economía argentina. Representa el 15,7% del PIB y genera el 24% del empleo privado. El sector agrícola es también el principal generador de divisas para el país, representando el 69,5% de las exportaciones totales.
La importancia de la agricultura en Argentina se puede apreciar a lo largo de la historia del país. El sector ha sido fundamental para el desarrollo económico y social del país, y sigue siendo un pilar importante de la economía argentina actual.
Algunos de los principales aportes de la agricultura a la Argentina:
• Contribución al PIB: El sector agrícola representa el 15,7% del PIB argentino, lo que equivale a 1 de cada 10 pesos del producto interno bruto.
• Generación de empleo: El sector agrícola genera el 24% del empleo privado argentino, lo que equivale a 2 de cada 10 puestos de trabajo privado.
• Exportaciones: El sector agrícola es el principal generador de divisas para el país, representando el 69% de las exportaciones totales.
• Seguridad alimentaria: La agricultura es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria de la población argentina.
En los últimos años, el sector agrícola argentino ha experimentado un proceso de modernización y tecnificación. Este proceso ha permitido aumentar la productividad y la competitividad del sector, lo que ha contribuido al crecimiento económico del país.
Desafíos para el sector agricola argentino
Sin embargo, el sector también enfrenta desafíos importantes, como el cambio climático, la escasez de agua y la deforestación, sin contar los incendios que fueron producidos en el Norte del país en los últimos tiempos. Estos desafíos requieren de un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados para garantizar la sostenibilidad del sector en el futuro.
No obstante, no es el único desafío que enfrenta el sector agroeconómico, a través del tiempo y las nuevas generaciones las economías domésticas han pasado a un segundo plano, la generación del siglo XXI es muy particular, ya que son muy pocas las familias que se dedican a las producciones agrícolas, y a la elaboración de los huertos familiares, las nuevas generaciones prefieren trabajar como asalariados o en nuevos emprendimientos con las redes sociales, pero en tiempos de crisis la horticultura doméstica sale a flote para sostener la canasta familiar.
Crisis económica y agricultura familiar
En tiempos de crisis económicas, las familias se enfrentan a desafíos significativos en la gestión de sus recursos. La incertidumbre, la inflación, la pérdida de empleo y el aumento de costo de vida ponen a prueba la capacidad de las familias para mantener el bienestar financiero y emocional, esta crisis genera un impacto directo obligando a las familias a reajustar sus hábitos de consumo y a la vez su gestión financiera diaria.
¿Entonces está perdida u olvidada la antigua idea de economía de subsistencia?
En la era de la globalización y el desarrollo económico moderno, estas economías han sido relegadas, se podría decir que, por múltiples factores, pero lo que aquí interesa es que no están completamente perdidas, en el presente las economías no son un modelo del pasado, sino una fuente de sabiduría y resiliencia que puede contribuir a un futuro más sostenible y equitativo, que en tiempos de crisis reflota como un valor alternativo.
* Profesora de Historia, especialista en Educación Orientativa y doctoranda en Historia.
Comentarios