A 30 años de la renuncia de De Nevares a la Constituyente: el recuerdo de Edith Galarza
“Era una voz que se alzaba en defensa de los derechos de las personas en un momento de gran zozobra en cuanto al destino del país" señala su compañera en la boleta para convencionales.
Edith Galarza tenía 27 años cuando fue elegida convencional constituyente por Neuquén. Era abogada de la Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén y la decisión de integrar en segundo lugar la lista del Frente Grande para esas elecciones fue de Jaime de Nevares, que entonces era obispo retirado y cuyo nombre encabezaba la boleta.
A 30 años de la elección histórica, Galarza recuerda para RIO NEGRO ese momento.
“En 1993 el Frente Grande aparecía como un partido político nuevo. El diputado Fernando ‘Pino’ Solanas fue quien le ofreció al obispo emérito de Neuquén Jaime de Nevares ser convencional nacional por Neuquén en la reforma de la Constitución nacional que había sido convocada por el presidente Carlos Menem (quien tenía como objetivo que se habilitara la reelección presidencial que hasta ese momento estaba prohibida)”, contó.
De Nevares ya vivía en la modesta casa del barrio del Parque Industrial que ahora lleva su nombre.
“Era la nueva política, una fuerza progresista que no respondía a los partidos peronista ni radical. Desde una reducida banca de legisladores iban haciéndose escuchar voces diferentes que ofrecían un camino nuevo y alternativo al bipartidismo y a las políticas neoliberales”, describió a esa fuerza que, con años, terminaría desdibujada en la Alianza.
De Nevares había presentado su renuncia al Obispado unos años antes, tal como señalan las normas de la Iglesia, pero el papa Juan Pablo II se la aceptó mucho después de cumplir 75 años.
“La incorporación de don Jaime generó muchísima adhesión y expectativa en todo el país. ¿Por qué un Obispo se metería en política y tomaría la decisión de ir a las elecciones, a sus casi 80 años? Había dejado el obispado después de 30 años de haber acompañado a su pueblo con coraje y decisión en los momentos más difíciles y crueles de la historia” recuerda Galarza .
“A mí me tocó la inmensa responsabilidad de acompañarlo. Fui la convencional constituyente más joven del país”
Edith Galarza, exconvencional cosntiuyente por el Frente Grande, en 1994
“Don Jaime no se iba a jubilar de lo que había hecho toda la vida y siguió al lado del pueblo presente en todos sus avatares”, aporta ahora Galarza.
El Frente Grande obtuvo un triunfo histórico en esas elecciones de Neuquén, cuyo pueblo ratificó un cariño inoxidable por ese hombre que tantas veces había salido en su auxilio.
Lo recuerda así Galarza: “Era una voz que se alzaba en defensa de los derechos de las personas en un momento de gran zozobra en cuanto al destino del país y cuando desde el menemismo se postulaba la profundización del modelo de privatizaciones, desguace del Estado en todas las áreas estratégicas y de las estructuras que garantizaban derechos como la educación y la salud , entre otros”.
Una vez en la Convención Nacional Constituyente, el bloque del Frente Grande tuvo fuertes discusiones sobre la posición que manifestaba Don Jaime, recordó la entonces joven convencional.
Dentro del Frente Grande, quienes debatían eran los sectores de Pino Solanas y Carlos Chacho Álvarez. “Finalmente se impuso éste último, que priorizaba el interés por el futuro del nuevo partido, y sostenía que para eso debían participar del juego político y sumarse a los acuerdos con el partido peronista y radical, como una tercer pata del sistema político” aseguró Galarza.
Así lo demostraron en la apertura de la Asamblea Constituyente el 25 de mayo de 1994, en Paraná. “El bloque del Frente Grande había decidido que propondría como presidente de la Convención Constituyente a Jaime de Nevares, un símbolo ético indiscutido. Sin embargo, en la reunión de bloque previa, Chacho Álvarez anunció que había acordado con los otros partidos que el bloque del Frente Grande votaría a Eduardo Menem como presidente de la convención y que habían acordado repartirse las autoridades de la asamblea con las otras fuerzas (presidencia, vicepresidencias, etc.). Esto provocó gran disconformidad entre los convencionales del Frente Grande, pero Álvarez amenazó con renunciar como presidente del bloque si debía dar marcha atrás a ese acuerdo” rememoró la exconvencional neuquina.
En el Frente Grande, quienes debatían eran los sectores de Pino Solanas, partidario de retirarse si no se abría el Pacto de Olivos y de Chacho Álvarez, que priorizaba el nuevo partido y proponía participar del juego político. Finalmente, se impuso Álvarez.
“En la película “El último viaje”, Don Jaime dice: ‘cuando vi cómo se elegían las autoridades supe que estaba todo perdido’. Siempre estuve de acuerdo con la posición que sostuvo Don Jaime y me siento honrada de haberlo acompañado” expresó Galarza.
Como dato para el presente, la exconvencional concluye que “hoy resuena fuerte el discurso de Don Jaime cuando expresó su alarma por el otorgamiento de facultades legislativas al presidente y la gravísima afectación de la división de poderes. Él dijo: ‘No quiero asistir a los funerales de la República’” recordó.
“A mí me tocó la inmensa responsabilidad de acompañarlo. Fui la convencional constituyente más joven del país”, dice ahora, 30 años después.
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