Paulo Botta: “En Medio Oriente todas las potencias juegan, pero su influencia es limitada”
El analista internacional dice que en la región actualmente hay seis conflictos simultáneos, pero dos protagonistas centrales: Israel e Irán. Los actores ya no son “peones” de EE.UU. , China o Rusia y deciden con relativa autonomía.
El analista internacional argentino Paulo Botta considera que en Medio Oriente hoy existen al menos seis conflictos simultáneos, que en ocasiones se entremezclan y en otras operan en forma autónoma. Hay protagonistas centrales, como Israel e Irán, pero también actores secundarios como Hezbollah, Hamás, los “proxis” iraníes en Irak o los rebeldes hutíes en Yemen, al igual que otros países de la región como Arabia Saudita, Egipto o Qatar. También juegan los intereses geopolíticos de EE.UU., Rusia y China, aunque los actores locales han mostrado importantes niveles de autonomía “y las grandes potencias han perdido la capacidad de modificar el comportamiento de los actores regionales como si fueran peones”, agrega.
Paulo Botta es doctor en relaciones internacionales y docente e investigador de la Universidad Católica Argentina, especializado en Eurasia y Medio Oriente. Esta son algunas de sus definiciones sobre este conflicto para Debates.
P: Usted señaló en Twitter el otro día que en Medio Oriente en realidad no hay un conflicto sino seis…
R: Sí, porque en la actualidad cuando hablamos del conflicto Israel-Palestina, en realidad estamos hablando de Israel con Hamás que acaba de cumplir un año, estamos viendo los ataques y las tensiones en la frontera siria, donde están las tropas iraníes ayudando al gobierno de Bachar Al Assad, está el conflicto que con los proxys iraníes en Irak, también el enfrentamiento directo que entre Israel y e Irán y desde hace algunos meses los ataques de los rebeldes hutíes en Yemen que atacan el tráfico marítimo y también a Israel. Son todos frentes bélicos, cada uno con sus especificidades, pero que también podemos decir que forman parte de lo mismo, ¿no? Y ahí está la complejidad, porque en algunas cosas decimos que son cosas separadas y en otras cosas forman parte de lo mismo.
P: Muchos analistas, hablan de que esto pasó de ser un conflicto con escaramuzas o picos de tensión a una guerra regional ¿usted está de acuerdo con ese con ese enfoque?
R: Sí, porque tenemos a los mismos actores actuando en distintos escenarios y de diversas formas: Israel contra Irán, Irán en Siria, Irán en Líbano, Irán en Irak… Por lo tanto es verdaderamente una guerra regional, aunque no sea una guerra abierta como se pensaba en el siglo XIX o XX. Pero es una guerra regional que tiene múltiples frentes y hay posibilidades de que se transforme en una guerra abierta. Ahí hay un riesgo, aunque por ahora sea bajo, no creo que veamos una guerra de todos contra todos, de esa manera. Eso tal vez más difícil pero no creo que tengamos que esperar a ningún tipo de recrudecimiento para hablar de una guerra regional
P: ¿Y esto qué consecuencias geopolíticas podría traer pensando sobre todo para América Latina? ¿En qué nos puede llegar a afectar?
R: Uno de los elementos que estamos viendo clarísimo es hay un proceso de reacomodamiento en nuestra región, fíjese la posición que han tomado países como Chile o Colombia con respecto al Estado de Israel. También impacta en la seguridad marítima y el comercio internacional, sobre todo en el Mar Rojo.
P: Está también el petróleo…
R: Seguro, por ejemplo, después que EE.UU. dijera que habían considerado con Israel la posibilidad de atacar la infraestructura petrolera, crudo aumentó un 5% en un par de horas . Un ataque abierto contra la infraestructura petrolera de Irán tendría un impacto muy y afectaría a todos los actores que dependen de los hidrocarburos … Para Estados Unidos, en plena campaña electoral, un aumento abrupto del precio de la gasolina tendrían implicancias políticas domésticas fuertes, es lo último que quieren.
P: Se habla también de que se puede llegar a ver un involucramiento directo de las potencias como ocurrió en Ucrania.
R: De hecho las potencias, ya están involucradas en la región. Tengamos en cuenta que Rusia tiene una base en el Mediterráneo, que las cercanías de esa base han sido atacadas. También que China se ve afectada por la disrupción de las rutas marítimas, en el Golfo Pérsico y el Mar Rojo. Que Estados Unidos ha ayudado a Israel a blindar su espacio aéreo en los últimos ataques de Irán, tanto en abril como este mes octubre. Todas las grandes potencias no solamente se ven afectadas, sino que están involucradas y trabajando en la región .
P: ¿Tendrán algún rol apaciguador o usted cree que esto va a ir escalando?
R: Lamentablemente una de las cosas que estamos viendo es que las grandes potencias tienen muy poca capacidad para influir en lo que sucede en la región, eso yo diría que es uno de los grandes problemas. Porque si bien es cierto que Estados Unidos ha intentado limitar el accionar de Israel, el primer ministro de Israel ha dejado bastante claro que los intereses de su país no van a verse limitados por es voluntad . Lo mismo pasa con Rusia con respecto a Irán. O con China que obviamente es un estado que se beneficia mucho más de la estabilidad para hacer negocios que de la inestabilidad. Las grandes potencias no tienen la capacidad de modificar el comportamiento de los actores regionales como si fueran peones, como ocurría en la Guerra Fría.
P: ¿Y en el caso de Argentina? Está esta relación que tenemos muy cercana con Israel y con Estados Unidos ¿cómo nos podría afectar?.
R: Nuestro país tiene una relación muy estrecha con estos países y Occidente, pero que no tenemos que olvidar nunca que no es solamente una cuestión de alineamiento, de lo que quiera el presidente. Recordemos que todavía hay ocho ciudadanos argentinos en manos de Hamás, eso no es poco y condiciona nuestra política allí.
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