Elecciones en Venezuela: ¿una salida democrática o anticipo de nueva crisis?

El régimen de Maduro enfrenta una posibilidad cierta de derrota, pese a la masiva movilización del aparato estatal. La población está harta de la crisis económica y el autoritarismo. Hay sospechas sobre el sistema de recuento de votos y temor a la violencia.

El cierre de campaña del oficialismo (AP Photo/Fernando Vergara)

Venezuela celebra este domingo elecciones presidenciales, las más difíciles para el chavismo en sus 25 años en el poder, con una oposición que por primera vez aparece favorita con una promesa de “cambio” tras el colapso económico y social del país.

La prohibición de ingreso a exmandatarios latinoamericanos que serían observadores y el veto a periodistas independientes aumentó la tensión en torno a estos comicios y alimentó las sospechas de fraude.

El izquierdista Nicolás Maduro, de 61 años, presidente desde 2013 y aspirante a un tercer mandato de seis años, planteó el proceso como una elección entre “paz y guerra”, y dijo que una victoria opositora se traduciría en un “baño de sangre”.

Su principal rival es Edmundo González Urrutia, quien representa a la líder opositora María Corina Machado, impedida de postularse debido a una inhabilitación política. Junto a ella, promete “reconciliación” y la vuelta de millones de migrantes que huyeron de la crisis económica y humanitaria.

En total hay 10 candidatos: Maduro, González y otros ocho minoritarios. El opositor de 74 años era un desconocido hasta que fue ungido por la carismática y muy popular Machado y ahora aparece como favorito en la mayoría de las encuestas.

Pero la incertidumbre reina. Hay incluso quien duda de que se celebren los comicios o de que González, de 74 años, figure en la boleta. “Si llegamos al domingo 28 como estamos ahora, obviamente se va a traducir no solamente en una victoria, sino en una victoria sumamente amplia”, de González Urrutia, dijo Luis Salamanca, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Pero el chavismo lo desestima y sostiene que esos sondeos son fabricados para justificar una denuncia de fraude. “Cuando el CNE (Consejo Nacional Electoral) proclame la victoria del presidente Maduro nos vamos a la calle a defender la paz”, dijo su jefe de campaña, el parlamentario Jorge Rodríguez .

Unos 21 de los 30 millones de venezolanos están en el padrón electoral, aunque solo podrían votar 17 millones que siguen en Venezuela y no han migrado.

Machado y González hablan de cambio -cambio de gobierno, hacia la “libertad”; y de sistema económico, para una economía de mercado-; Maduro de “transformaciones”, tras años de profunda crisis que achaca a las sanciones de Estados Unidos.

El rostro del presidente invadió cada rincón del país en afiches que cuelgan de postes, en murales y en gigantescas vallas, en contraste con la campaña de la oposición, escasa en recursos y enfocada en las redes sociales.

Maduro realizó dos o tres mítines diarios en grandes tarimas. La oposición, que moviliza a multitudes, usualmente habla desde un camión, con el riesgo de que sea detenido quien lo presta.

«Ni libres, ni justas»


“Estas elecciones no han sido libres ni justas en la selección de candidatos o en la campaña electoral”, señaló Rebecca Hanson, profesora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida.

“Soy escéptica en cuanto a que haya suficientes incentivos para que Maduro deje el poder”, indicó.

Estados Unidos, que tacha de dictador al mandatario, ofrece una recompensa de 15 millones de dólares por información que lleve a su captura y la Corte Penal Internacional abrió una investigación por crímenes de lesa humanidad en contra de su gobierno por la represión de manifestaciones en 2017, que dejó centenares de muertos.

El 28 de julio será clave la postura que asuma el aparato de seguridad, hasta ahora principal sostén del gobierno. El presidente ha dicho que la Fuerza Armada está de su lado y asomó la posibilidad de un alzamiento militar si gana la oposición. González Urrutia ha pedido a los militares “respetar y hacer respetar” el resultado.

El país petrolero, durante mucho tiempo uno de los más ricos de América Latina, está hundido en la crisis. La producción de crudo se desplomó de 3,5 millones de barriles por día en 2008 a 400.000 en 2020, y hoy recuperó a un millón diarios. El PIB se redujo 80% en 10 años, con cuatro de hiperinflación que llevaron a una dolarización parcial de la economía.

Temen otro éxodo masivo


Unos siete millones de venezolanos huyeron del país en la última década, según la ONU. Los sistemas de salud y educación están en total ruina. El gobierno culpa de los males al “bloqueo criminal”, como se refiere a las sanciones que Estados Unidos impuso en 2019 tras la reelección de Maduro en 2018 que considera fraudulenta.

A pesar del acercamiento de Venezuela con Rusia, Irán y China, Estados Unidos se mantiene como actor central en la situación venezolana.Washington y la mayoría de los países latinoamericanos temen la llegada de una eventual nueva oleada migratoria si Maduro se reelige con fraude o si estalla una nueva crisis .

Los presidentes de Brasil y Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric, respectivamente, expresaron preocupación por las amenazas de Maduro de desconocer un triunfo opositor.

“No se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre (…), lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos”, expresó Boric. “Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas. Cuando pierdes, te vas”, manifestó el lunes Lula.


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