Edmundo González Urrutia, el abuelo que busca destronar al chavismo

González Urrutia ha capitalizado su perfil de hombre culto y honesto. Moderó el discurso opositor con llamados a la reconciliación y a posibles amnistías en una transición.

Patrick Fort / AFP


Edmundo Gonzalez, durante un acto de campaña en Barinas, Venezuela, (AP Photo/Ariana Cubillos, File)

Hasta hace poco, Edmundo González Urrutia conversaba de balcón a balcón con sus nietos, vecinos en un edificio contiguo. Pero su rol de abuelo quedó inesperadamente desplazado por el de candidato a la presidencia de Venezuela, en unas elecciones en las que enfrenta al presidente Nicolás Maduro.

En un instante, sin buscarlo, González Urrutia cambió la apacible terraza, por camiones destechados y luces de campaña. Fue postulado in extremis después de la inhbilitación de la carismática líder María Corina Machado y el veto a otros posibles sustitutos.

“Nunca, nunca, nunca había pensado estar en esta posición”, dijo en abril este discreto diplomático de carrera de 74 años. “Esta es mi contribución a la causa democrática… Yo hago esto con desprendimiento, como una contribución a la unidad”.

Su postulación en principio era temporal, lo que se conoce en Venezuela como “candidato tapa” de la coalición Plataforma Unitaria, que había elegido a Machado en primarias, a quien le devolvería el lugar Urrutia. “Lo que no sabían ellos era que esa ‘tapa’ se iba a convertir en frasco, y aquí estamos hoy en estas condiciones”, refirió con una sonrisa.

Entonces era un desconocido para la mayoría.

“Sin pizca de populismo”

Nacido en La Victoria, una pequeña ciudad a unos 110 kms de Caracas donde en 1812 se desarrolló una de las batallas más heroicas de la guerra de independencia, González Urrutia vivió y estudió allí hasta que se trasladó a la capital para comenzar la universidad.

Se graduó en Estudios Internacionales en la prestigiosa Universidad Central de Venezuela (UCV) para luego ingresar a la Cancillería. Fue embajador en Argelia (1994-99) y en Argentina (1999-2002).

Hablar ante multitudes no se le da fácil. Suele leer sus discursos en un tono monótono y muy rara vez improvisa. Prefiere que las cámaras y los micrófonos apunten a Machado, desbordante de carisma y alma de la campaña que le traslada su capital político. Las encuestas de hecho lo dan ganador por amplia ventaja.

El analista José Toro Hardy lo describe como “la antítesis del chavismo, del madurismo y del politiquero tradicional”.

“Es un hombre culto, honesto, familiar, sin dobleces y sin pizca de populismo”, escribió Toro Hardy.

Moderación y reconciliación

Desde el oficialismo chavista lo cuestionan por su edad, dificultades de movilidad y cierto temblor, en contraste con la agilidad de Maduro, de 61 años, que salta y baila en sus actos de campaña.

González Urrutia ha sabido sin embargo moderar el discurso opositor con llamados a la reconciliación y menciones a posibles amnistías en aras de una transición. Su actitud y sus palabras le permiten ser más que el simple “presta nombre” de Machado. El “abuelo de la resistencia” se asume como candidato pleno.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Exit mobile version