De un conflicto mapuche que crece sólo se sale con política
Está probado que, ante la radicalización de las acciones, la represión no es una respuesta inteligente.
La Justicia, los gobiernos y las fuerzas de seguridad están frente a una reacción luego de tantos años de marginación de los pueblos origininarios. La experiencia en la historia y la geografía mundial indica que este tipo de conflicto se resuelve con política, no con represión.
Cómo funciona la RAM, la organización clandestina de Jones Huala
«Los conflictos identitarios (…) son un terreno fértil para que surjan interpretaciones extremas de los fenómenos que se convierten en ideologías radicales», escribió en RÍO NEGRO Aleardo Laría. En este punto están los integrantes de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), una organización que durante años fue considerada como «un montaje» y que terminó siendo reconocida por Facundo Jones Huala en el alegato final de su juicio de extradición a Chile, donde cumple una condena por el incendio de la casa de los cuidadores de una estancia y por portación de armas de fuego.
Este diario logró ratificar la existencia de la RAM en un diálogo con uno de sus integrantes.
Laría recomienda evitar que los hechos de violencia crezcan «por actuaciones torpes basadas en una simplificación extrema, creyendo que los conflictos políticos se resuelven utilizando el palo de abollar ideologías al que se refería Mafalda».
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