De Río Negro al mundo: productores que buscan exportar
Unas 30 empresas de la provincia quieren insertarse en el mercado externo. Algunos ya tienen experiencia y otros innovan en este plan con el apoyo del Estado.
Río Negro puede vender al mundo agua mineral, dulces, ahumados y conservas, chocolates, helados artesanales, cerveza, sidra premium, lana, frutos secos, pescados, mariscos, y muchos otros productos por fuera de la pera y la manzana que ya son un sello de exportación.
La mirada está puesta en generar diversidad porque hoy el 80% de las ventas de la provincia al exterior están concentradas en la fruta fresca, que generaron una facturación de casi 196 millones de dólares en el primer trimestre, de un total de 243 millones de dólares, según datos del Indec.
“La producción rionegrina puede estar en cualquier vidriera del mundo, tenemos productos de calidad”, destacó Darío Barriga, director ejecutivo de la Agencia Río Negro Exporta que creó en enero la gobernadora Arabela Carreras y este mes, junto a su par nacional, inicia un programa de asistencia técnica para que 31 empresas de la provincia reciban asesoramiento técnico para insertarse en mercados extranjeros.
Barriga señaló que “para exportar se requiere de varias cuestiones desde lograr una calidad determinada, tener capacidad de producción, certificaciones que exigen los países receptores y otros trámites que terminan siendo engorroso para una empresa”.
Por eso se espera que los profesionales, designados en el Programa Federal de Asistencia Técnica de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Exterior, faciliten estas tareas para abrirles el camino a las pymes que quieran incursionar en la exportación y también para consolidar a las que ya tienen una ruta recorrida en el exterior.
En total son 14 empresas de la cordillera, 10 de los valles, 6 de la costa atlántica y una de la Línea Sur, que tienen entre 5 y 200 empleados y una diversidad productiva amplia.
“Las empresas tienen buena proyección para exportar. Los resultados serán beneficiosos para todos”, calificó el ministro de Economía, Luis Vaisberg.
En este nuevo camino quieren transitar la cooperativa lanera en formación de Maquinchao, Coopesur, la chocolatería Torres de Bariloche y la sidrera premium Pülku, de Villa Regina, que participarán de este programa con expectativas de meterse en las góndolas del mundo en corto plazo, al igual que Cabañas Micó de El Bolsón que ya está en la ruta exportadora pero busca consolidarse.
Como antesala de la ilusión exportadora de estas pymes, esta semana la Agencia Río Negro Exporta fue incorporada en el registro de exportadores e importadores del país, un sello que le permite a la provincia ser gestora e intermediaria cuando a un productor le resulte complejo acceder a esta certificación.
“Tenemos grandes expectativas de lograr saldos exportables. Podemos exportar desde una artesanía hasta un satélite”, graficó Barriga que tiene en los planes para el próximo año, crear un laboratorio de observación estadística y un fondo rotativo para ayudar a la exportación, además de duplicar el alcance de este programa de acompañamiento a las firmas con recursos propios.
Río Negro es una de las pocas provincias que está en el registro de exportadores e importadores, y eso nos consolida”.
Darío Barriga, director ejecutivo de Río Negro Exporta.
En Maquinchao apuestan a vender lana sin intermediarios
La industria lanera depende exclusivamente del mercado externo ya que solo un 2% de la lana de oveja que se produce en la Región Sur queda en manos de textiles argentinas. Pero esta fuerte dependencia con el mundo no se traduce en réditos para el primer eslabón de la cadena: los productores.
Cristhian Chini es uno de los promotores de esta búsqueda de mercados para poder sacar el acopio de la zafra pasada de 20.000 kilos de lana que produjo la cooperativa en formación de Maquinchao, Coopesur, y lo que resulte de la nueva esquila. Recientemente, a través de la Agencia RN Exporta, lograron contactar a un gestor directo en Europa y en paralelo diseñaron Excelan, su sello exportador propio.
“La meta es exportar y el desafío es armar un circuito de logística para lograrlo. Ya hay experiencias de años atrás, pero la lana de acá se iba a Uruguay y de ahí se vendía a Europa, con bajos precios para los productores”, señaló Chini que cuando regresó a su pueblo en 2017 se metió de lleno con un grupo de unos 40 productores de Maquinchao y Los Menucos, para sacar adelante la industria.
Ahora buscan lograr una certificación de manejo responsable del animal, para potenciar la marca local.
Los dulces de El Bolsón que quieren consolidarse en Brasil
Roberto Milohanich comenzó 34 años atrás con su esposa Susana revolviendo dulces con la cuchara de madera y lo que empezó como un producto muy artesanal hoy es un sello reconocido en el país a través de sus dos marcas: Cabaña Micó y El Bolsón.
La tenacidad de este emprendedor lo llevó a exportar por primera vez en 2002 cuando logró insertar sus dulces en Bolivia y a lo largo de estos años pasó por Panamá, México, España y Brasil, donde actualmente mantiene su producto en las góndolas de una cadena de supermercados de San Pablo.
“Trabajamos para hacernos más competitivos en los procesos”, señaló Milohanich, el líder de la empresa familiar donde trabajan sus 4 hijos y unos 60 empleados, con una variedad de 100 productos, un importante volumen de producción y un centro de distribución en Ezeiza.
Su desafío en lograr ingresar al mercado de Estados Unidos y consolidarse con mayores ventas en Brasil, por eso se sumó al programa de la agencia exportadora. “Nos abrimos caminos, pero no es lo mismo ir solos que con la ayuda del Estado”, indicó.
La chocolatería que se desafía para llegar al exterior
Hoy la industria del chocolate en Bariloche afronta una severa crisis por la falta de su principal consumidor: el turista. Pero más allá de tener momentáneamente la fábrica parada, César Torres apuesta al futuro y se prepara para recibir a los técnicos del programa de exportación con el interés de colocar alguno de sus productos en el exterior.
“No bajamos los brazos, hay expectativas. Sabemos que esto no es inmediato, pero tenemos que estar preparados para exportar, aunque sea 1.000 kilos”, afirmó entusiasmado César, propietario de Chocolates Torres, una empresa familiar que nació en 2005 y que ahora cuenta con 30 empleados entre la planta de chocolate y la pastelera.
Con la crisis actual, Torres debió cerrar algunos locales y parar la producción, pero está listo para retomar en cuanto mejoren las condiciones. Por eso ve abierta una ventana con la posibilidad de consolidar algunos de los tantos productos de chocolate que desarrollan, para llegar al mercado externo. “Esto nos dice que hay proyecto a futuro”.
Una sidra premium que surge del valle de Villa Regina
Los Barrera tomaron el nombre aborigen de la chicha y convirtieron a Pülku en una sidra premium de pera, manzana y sauco, que hoy se encuentra en los mejores restaurantes de Buenos Aires.
La calidad fue la premisa desde el origen, en 2010, que hoy sostienen Mariana Barrera y su mamá María Inés Caparrós, trabajando a destajo en la chacra de Villa Regina, siguiendo el legado que dejó su papá Ernesto, un visionario que creó la primera bodega de sidra del país en su chacra de 24 hectáreas, donde se produce la fruta, se cosecha, se procesa y se embotella.
La idea fue darle valor agregado a la producción de peras y manzanas de su chacra, Don Simón.
La primera producción con 1.000 litros de manzana seca y dulce salió en 2012 y dos años más tarde comenzaron a fabricar sidra de pera, una novedad en el país. También en la historia de esta pyme familiar no escapan las malas rachas: un incendio en 2016 afectó la mitad de la chacra con los frutales en plena producción. “A pesar de todo mis papás siguieron adelante y ampliaron la planta”, contó Mariana que tomó la posta hace dos años.
Pülku tiene cinco sabores de sidra: manzana dulce, manzana seca (se asimila a un espumante), manzana natural, pera y sauco, con aromas y sabores naturales. Este año duplicó la capacidad de producción con una nueva planta donde se produjeron 44.000 litros y proyecta abrirse al turismo rural en el verano, pero las mujeres emprendedoras saben que el desafío está afuera.
“Necesitamos que nos apuntalen para exportar porque no es algo sencillo. No pienso en el año que viene, pero en 2022 el objetivo es estar exportando”, enfatizó Mariana, quien ya recibió consultas desde Brasil, Estados Unidos y países nórdicos, mientras que potenció la venta online a nivel nacional, ante la crisis que generó la pandemia.
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