De Neuquén a Alaska en kombi: así fue el primer mes en la ruta
Laura y Mariano salieron de Centenario y ya estuvieron en Bariloche, Villa La Angostura y cruzaron a Chile. Tras Puerto Varas y Puerto Montt, planean llegar a Ushuaia antes de que nieve. Acá te cuentan sus experiencias en los primeros 30 días en el camino.
Pasó ya más de un mes desde que Laura y Mariano dejaron atrás la rotonda de Centenario a bordo de la kombi 88 que adaptaron para viajar: mientras en el retrovisor aparecían familiares y amigos en la despedida, la ruta los conducía por fin hacia la aventura que planificaron durante más de un año. El sueño se hacía realidad y Cerati le ponía letra y música con el tema que más les gusta, Puente: “Así que cruza el amor / Que yo cruzaré los dedos / Y gracias por venir / Gracias por venir”.
Las primeras escalas del puente a sus nuevas vidas: Bariloche y el debut con las ventas de artesanías en el Punto Panorámico, ir al lago en caravana de kombis en la misma sintonía, Villa La Angostura y las cenas con amigos del camino, la adrenalina del cruce de la Cordillera de los Andes, usar la app IOverlander que indica dónde se puede dormir y quedarse en un pequeño mirador del lago Puyehue, devorar kilómetros entre hermosos paisajes.
Siguieron Osorno. El Frutillar, Puerto Montt y conocer a Leo, un mecánico buena onda que los ayuda en estos días a resolver el misterio de la pérdida de aceite.
Especialista en kombis, bajó el motor en su taller con Mariano, que se llevó las herramientas y el mameluco naranja. Leo es parte de una red solidaria que tarde o temprano aparece aquí y allá para dar una mano. Y si otros viajeros les habían dicho antes de salir que lo mejor del camino es la gente, este primer mes sirvió para comprobarlo. “No se equivocaron, es así, sin dudas”, dice Laura.
“El plan es llegar a Ushuaia antes que la nieve, por eso queríamos salir de acá sin más pérdidas de aceite”, agrega Mariano.
Mirá las fotos: hay algo de magnético en esta kombi celeste y blanca ploteada con la leyenda Soltar y Viajar (así los encontrás en las redes) que bautizaron Negrita. Cuando encuentran el lugar indicado, detienen la marcha, bajan las mesitas plegables y presentan la oferta. Los clientes no tardan en acercarse y Mariano, que se reveló como un buen vendedor, les da la bienvenida.
Antes de salir, leyeron que otros aventureros se financiaban así: por eso hicieron llaveros de cuero y cuadros de chapa galvanizada con frases y también compraron juegos para niños, sahumerios e imanes para revender.
“Siempre nos tiran buena onda. Por ejemplo un señor nos dejó un vuelto de 300 pesos. ‘Los van a necesitar más que yo’, dijo. Esas cosas te sorprenden. Es como si tuvieran ganas de ayudarnos. Otra cosa muy loca es que se sacan fotos con nosotros. Es lindo”, cuenta Laura. “Se nos acercan, nos preguntan, nos dan buenos deseos y eso nos encanta”, dice Mariano.
¿Te acordás la historia? Se conocieron en el refugio Hielo Azul en El Bolsón el 12 de febrero del 2017, tres años exactos antes de partir. Después, Mariano dejó La Plata y se mudó a Centenario para vivir con ella.
Soltaron sus trabajos para viajar y aquí están ahora, con el plan de seguir por la famosa Carretera Austral, abordar dos ferries y continuar luego hasta Ushuahia para más tarde remontar el país por el Atlántico y luego volcarse hacia el oeste del continente en busca de los caminos del Pacífico.
Pasados ya los nervios, risas, llantos y charlas de los primeros días, saben mejor que nadie que un viaje hasta Alaska en kombi no es una sonrisa eterna para las redes. Que hay poco espacio y que sin orden se complica. Que aunque ordenan al rato se descompagina todo y hay que ponerle onda para evitar las discusiones. Que el tema del baño es un lío. Que el consumo de datos móviles es alto y se les agotan rápido. Que la kombi falla. Pero saben también que no se arrepienten, que se puede vivir de viaje, que están haciendo lo que querían, que quieren mostrar cómo es esta aventura día a día. Y que ahí está el camino para disfrutarlo.
Si hay algo que les gustaría conseguir para seguir mostrando cómo es vivir de viaje es un panel solar, como vieron que se abastecen de energía otros viajeros: las dos baterías que tienen se agotan rápido y tener uno para la compu, la cámara y los teléfonos les simplificaría la rutina. Se propusieron mostrar los paisajes pero también el contacto con la gente, las ventas para financiarse, la mantención de la kombi y ese día a día en la ruta que no siempre es una sonrisa perfecta para las redes.
Otro asunto que los preocupa: con el alto consumo de datos móviles para mantenerse comunicados con familiares y amigos y publicar las novedades el plan que pagan en Claro se les va muy rápido. En este primer mes la kombi también fue un tema. Camino a Piedra del Águila detectaron una falla en la bomba de combustible y después una pérdida de aceite. Estuvieron en el taller de Pinky en Bariloche y después el de Leo en Puerto Montt.
De ahí salieron con una pérdida ya mínima rumbo a los dos ferries para continuar la travesía por la Carretera Austral. “No es tan grave. Ahora somos viajeros y tenemos tiempo”, explica Mariano con una sonrisa mientras se disponen a abordar la próxima etapa del viaje rumbo a Alaska.
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