Daniel Maza y Liliana Herrero en Neuquén: encuentro cercano por amor a la música
La cantante se une al músico uruguayo para un show único, este viernes, en el Cine Teatro Español. En una extensa entrevista con Río Negro, hablaron del concierto que ofrecerán el próximo fin de semana y del momento musical y personal de ambos.
Juntos, Liliana Herrero y Daniel Maza no son un espectáculo en sí mismo. No están de gira ni presentan un show que los involucre. Si se los busca en Google, no van a encontrar nada nuevo que los involucre mutuamente. No, la cantante entrerriana y el bajista montevideano tendrán un encuentro único, este viernes, a las 21, en Neuquén, con Maca Montovi como invitada.
Herrero, que no está de gira, viajará especialmente para encontrarse sobre el escenario del Cine Teatro Español con Maza, que sí estará de gira para entonces. Y justamente por esto es que acaso sí Herrero y Maza, en Neuquén, sean un espectáculo en sí mismo.
Reunidos a instancias de Javier Celoria, manager y amigo en común de ambos artistas, se presentarán por separado y juntos a la vez: comenzará Liliana Herrero, acompañada del guitarrista Pedro Rossi; luego, se les unirá Daniel Maza para compartir un set de canciones; continuará el bajista con su propio set; y, para el cierre, Liliana regresará al escenario para volver a compartir canciones con su colega y amigo.
Río Negro dialogó vía telefónica con ambos, pero de uno por vez. Primero fue el turno de Daniel, quien, entre otros temas, dio las razones por las cuales compartirá escenario con Herrero. Horas más tarde, habló Liliana y sus razones para compartir escenario con Maza fueron exactamente las mismas: el amor que uno y otro sienten por la música. Además del respeto profesional y el afecto personal que sienten el uno por el otro.
Daniel Maza, artista inquieto si los hay, comenzará este martes una gira que, a la región, llegará este viernes con el mencionado show junto a Liliana Herrero y que continuará al día siguiente –ya sin la cantante- en El Bolsón, Bariloche (domingo 7), San Martín de los Andes (lunes 8), Villa La Angostura (martes 9), Zapala (miércoles 10), Roca (jueves 11, Casa de la Cultura) y Centenario (viernes 12). Serán, como él mismo le dijo a Río Negro, diez días de “tocar, cenar, viajar, almorzar. Clínica, tocar, cenar, viajar…”.
Sobre sus encuentros con Liliana Herrero, Maza recordó que vienen desde hace años. “No es difícil tocar con ella porque su talento lo hace todo fácil: vos tocas y ella canta, no hay mucho más secretos (risas). Es fácil tocar y compartir con ella porque la música está, porque está todo, porque nos llevamos bien y es muy importante a la hora de hacer música con alguien. Y siento que es mutuo”.
A su turno, Herrero fue por el mismo camino: “Fue la idea de Javier Celoria para ir a un teatro y cuando me dijo que iba a compartir la noche con Maza me pareció precioso porque aparte de que es un amigo, es un gran músico. Propuse ir con Pedro Rossi, por supuesto; ellos ya se juntaron, ya armaron un lindo esquema”.
Luego, se refirió a las condiciones musicales del uruguayo: “Yo no sé si tengo ese swing que tiene Maza, la verdad no lo sé, a él le gusta mucho como yo canto, como intervengo los temas, pero él tiene un swing increíble. Estos boleros que está cantando, pero cualquiera sea el género, Maza genera un encuentro maravilloso entre su voz y el instrumento”. Y remató con una frase a prueba de todo: “Por sobre todas las cosas nos une el amor profundo por la música”.
Dos momentos unirán a ambos este viernes: el del pase entre el set de Liliana y el de Daniel y el cierre del espectáculo. Para el bajista será una oportunidad para recordar viejas cosas que hicieron como “El cosechero”, una composición de Ramón Ayala incluida en “Litoral”, el disco doble que la cantante editó en 2005. “Liliana también cantará algún bolero porque le insistí para que lo hiciera. A mí me gusta invitar a cantar boleros a gente que no está habituada a hacerlo en vivo y Liliana es una de ellas. Vamos a hacer una zamba, chacareras, un candombe”.
Al margen de todo lo que los une, de lo mucho que se quieren y de lo que harán juntos este viernes, Maza y Herrero tendrán sus momentos por separado. En el caso del bajista, está presentando “Noche de boleros y otras yerbas”, donde, en palabras suyas, “boleros son boleros y otras yerbas son candombes, cosas instrumentales mezcladas con percusión, puede que aparezcan una cumbia, un tango… depende de cómo venga la noche yo me voy dejando llevar”.
En cuanto a nuevos trabajos, Maza está por comenzar a grabar un disco con Daniel Maza Cuarteto. Pero hay un proyecto que lo entusiasma y que tiene que ver con los Wawancó, la banda de cumbia formada en La Plata, a mediados de los ‘50, por músicos de Colombia, Perú, Costa Rica, Chile y Uruguay. “Económicamente no me va a reportar nada, pero tengo ganas de hacerlo porque los Wawancó fueron parte importante de mi vida, de mi niñez”, confesó. También tiene proyectado este verano presentar “Serenatas”, el disco que registró un directo junto a la cantante María Volonté y que editó este año.
“Estuvimos tanto tiempo parados que estamos metiéndole por todo el tiempo que no pudimos salir a hacer esto que nos gusta tanto. De todos modos, recién estoy poniéndole aceite a la máquina (risas). Estuvimos mucho tiempo sin salir de casa”, remarcó Maza en obvia referencia a la pandemia de Coronavirus que afecta al mundo desde comienzos de 2020.
La situación personal de Liliana Herrero es muy diferente. Afectada por el fallecimiento del compañero de su vida, el sociólogo Horacio González, ocurrido hace apenas cuatro meses, asume cada presentación, como la de este viernes en Neuquén, como una reconexión con la vida, como ella misma lo manifestó en su diálogo con este diario: “Siento que en esa hora y media que estemos arriba del escenario el dolor amainará absolutamente. No sé si quiero hacer algunas cosas, por ahora. Pero cantar es otra cosa. Salir para hacer un concierto, sí. Lo quiero hacer y lo tengo que hacer porque sé que es sanador, porque encontrarme con la gente de Neuquén, con ese público me hará bien.
”Estoy empezando a darle tiempo al tiempo y darme tiempo, pero que vengan compañeros y amigos para proponerme hacer algunas cosas me hace bien. Hemos hecho ‘Mojones’ con Juan Falú y Teresa Parodi en el CCK, un espectáculo hermoso. Todo eso me estimula a seguir pensando y todo lo que me estimule a seguir pensando, en el momento en que eso ocurre, la angustia y el dolor se transforman en algo que se funda nuevamente y que es la vida”.
Sobre su presentación en Neuquén, adelantó que hará varios temas de su último trabajo, “Canción sobre canción”, un disco en el cual interpreta canciones de Fito Páez, un disco editado en 2019 y que no alcanzó a presentar como le hubiera gustado.
Acerca de la elección de los temas incluidos en el disco, Herrero –a quien la une una profunda amistad con el rosarino- reconoció: “Fue difícil elegir, escuché todos sus discos nuevamente, pero preferí recostarme sobre esas canciones que tuvieran que ver con nuestra amistad, parte en Rosario y parte en Buenos Aires. Situaciones personales que el plasmó en esas canciones y que yo conocí de cerca. Me gustó la idea de cantar sobre esas memorias compartidos, fundamentalmente rosarinas. Yo las intervine como hago siempre con las canciones, las canto en el modo en que encuentro la forma de conversar con ellas”.
Si para Herrero, volver a escena en este momento tan especial de su vida es un modo de conectar con lo que le hace bien, no lo es menos para Maza, aunque por razones muy diferentes. “Para nosotros los músicos es vital el público, cuando tocamos hay una complicidad con ellos” sostuvo al pensar en aquellos días de streamings y shows desde las casas para las casas. “Vos estás haciendo un solo o tocando una nota que sabés que genera emoción y no pasa nada porque no hay nadie ahí adelante, capaz que la gente lo está viendo en su casa, pero vos no te das cuenta. Fue duro”, reconoció.
Sin embargo, admitió que, además de mantenerlo activo, le permitió conectarse de otros modos. “Aprendimos otras cosas, aprendí a usar la compu para esto. Y nos acercó a otros lugares que quizás en vivo no llegamos. Pude grabar para músicos de Bolivia, Ecuador, Panamá, España, Perú, México. Pude tener alumnos de afuera, de Estados Unidos, Francia. Y más que una cuestión de dinero fue la posibilidad de estar en actividad”.
Pero nada se compara con volver a la ruta y a los escenarios. Hay ganas de ambos lados: de los músicos por salir a tocar y del público por verlos tocar ahí frente a ellos. En este sentido, recordó algo que le sucedió durante una gira reciente por Córdoba, Catamarca y La Rioja, una de las primeras tras la (re)apertura: “En Unquillo, estaba fumando afuera después de probar sonido y se me acercan unas chicas y me cuentan que habían hecho 500 kilómetros para verme. ¡Ni yo haría eso por mí! (risas) Buen, eso pasó mucho durante toda la gira. Otro pibe me dijo que había hecho 30 kilómetros en una motito junto a su mujer para ver mi show. Bueno, vamo arriba! Después del show me lo vuelvo a encontrar, no sabés el frío que hacía, y le pregunté si ahora se volvía en la motito. Y sí, me dijo, ‘qué querés, ¿que me quede a dormir acá? Pero me voy contento, Daniel’. Bueno, ¡vamo arriba entonces!”.
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