Daniel Gollán: “En Salud, hay que unificar la demanda y evitar los desvíos de fondos”
El exministro de Salud estuvo en Neuquén y analizó los problemas que aquejan al sistema desde hace años y se han agravado, como escasa atención primaria, problemas en la provisión de remedios y el mal uso de tecnología, entre otros.
El exministro de Salud de Cristina Fernández, Daniel Gustavo Gollán, dijo que el sistema sanitario de hoy es ineficiente y explicó que la salida tendría que estar por unificar a los demandantes de medicamentos y tecnología y evitar que se extraiga plata del sistema para otros fines. Aseguró que “se podría trabajar en la ley de emergencia sanitaria, vigente hace 19 años, que permite modalidades extraordinarias para comprar elementos vitales. La gente se muere, no es algo que se puede esperar”.
P ¿Cuál es el principal problema de Salud hoy?
R. Que tanto el sector público como el privado no pueden comprar insumos, porque se entregan a contado rabioso. Los productos médicos están absolutamente dolarizados. El sector privado tenía ahorros de un mes en letras, para liberar en función de las compras. Al cerrar el grifo, quedaron en un corralito y ya no le venden los insumos. Las clínicas y sanatorios tienen una deuda impagable con la AFIP, Anses y con los proveedores, tienen cortado el crédito. El Estado, por su sistema administrativo, paga al mes y medio o dos meses. Se hace imposible conseguir reactivos, sueros, etc. Se reprograman las cirugías pero en la urgencia estamos complicados.
Hay a quienes no les sirve que el sistema sea más barato porque su interés es vender el uso intensivo e inútil de tecnología».
Daniel Gollán, exministro de Salud de Nación
P: ¿Terminó la etapa de la tensión entre las obras sociales sindicales, los privados y el Estado?
R: Antes había obras sociales, no como son ahora, y la beneficencia. Luego se generó un sistema estatal que fue cambiando, a partir de que el Estado nacional retira el financiamiento. Surgen las obras sociales sindicales y empresarias, como Osde. Se agregan actores que venden servicios de salud, como las prepagas. Esa es una realidad. Plantearnos un sistema ideal con tantos actores que cumplen un rol que en algunos casos distorsiona el sistema, sería inviable. Hay que construir un sistema con esa realidad, donde la gobernanza la tiene que tener el Estado, orientando con criterios de salud pública. Tiene que tener pilares como un primer nivel de atención fuerte, es decir un equipo de cabecera, que puede ser chico, que se responsabiliza por la salud de una población X, que resuelve el 85% de la demanda cotidiana porque conocen al paciente, lo pueden seguir, porque lo revisan minuciosamente. Cuando se necesita un tratamiento, ese médico lo guía por el sistema.
P: Como es en Neuquén…
R: Como era en Neuquén. Ese sistema está probado en el mundo que es más barato. Hay a quienes no les sirve que sea más barato porque su interés es vender el uso intensivo e inútil de la tecnología, que es maravillosa pero tenemos que usarla en forma oportuna y adecuada. Si a todo el que viene con cefalea le pido una resonancia magnética o una tomografía no van a alcanzar los recursos. También hay una industria del juicio médico, que hace que los doctores ante cualquier cosa quieran cubrirse, lo derivan a especialistas y le piden estudios . Entre otras cosas, esto hace que el sistema funcione en forma ineficiente. Y los medicamentos de ultima generación, que hoy tienen un formato de producto financiero, ni siquiera son caros o baratos en función de su investigación y desarrollo.
El negocio de los remedios
P:¿ Podría dar ejemplos?
R : Un medicamento que hoy se usa para la hepatitis C se descubrió en un laboratorio de California en forma fortuita, sencilla y barata, desarrollada con fondos públicos. ¿Qué hizo una empresa norteamericana, Gilead?: compró la patente por us$11.200 millones. Evaluó cuántos enfermos de hepatitis hay en el mundo. Antes no se podían curar y se morían y con esto se pueden curar en tres meses. Sacaron un cálculo con los fondos comunes de inversión para sacar ganancias en un cierto tiempo. ¿Cuánto tiene que salir la pastilla para que eso sea así? el costo de fabricarla es de 3 dólares pero la tienen que vender a us$1.000 , 84.000 dólares el tratamiento de tres meses. La empresa en el primer año recuperó la inversión y en cuatro años ganó 50.000 millones de dólares y las acciones del laboratorio pasaron de 40 a 124 mil millones de dólares. Es el tema central de la campaña presidencial de EE.UU.
P: ¿Y en Argentina?
R: Cuando yo estaba de ministro, tenía 1.000 personas con hepatitis C en fase 4 que se iban a morir entre 4 a 6 meses. Me vinieron a ver y yo les hice el cálculo a 12.000 dólares el tratamiento -84.000 no nos podían sacar- y conseguimos con un laboratorio nacional a 1.500 dólares. Dejamos 1.250 tratamientos. Se agotaron y hoy están a la buena de dios.
Salud, un privilegio para pocos
P:¿La salida es fabricarlos acá o hacer negociaciones?
R: Hay herramientas como las negociaciones conjuntas. Se había conformado entre Brasil y Argentina, México, pero se desbarató. Las multinacionales son eficientes al dividir y negociar con cada país. Este gobierno en dos oportunidades hizo compras conjuntas entre Pami y el Ioma y logró un 30% de descuento.
P: ¿Qué hay que hacer con el sistema de salud?
Hay gente que saca plata en negro de las obras sociales) y la lleva para otra cosa, como el sector financiero, con éste y con el anterior gobierno. Eso desfinancia el sistema.
Daniel Golán, exministro de Salud de Nación
R: Así como está es ineficiente. Es un sistema donde por un dolor de cabeza se saca un turno con el neurólogo. Por un dolor de pecho se saca con el cardiólogo. Cada uno transita por el sistema según lo que siente un día. En Inglaterra el médico de cabecera resuelve el 85% de la demanda sin necesidad de estudios complementarios. El otro sistema es atender un paciente cada cinco minutos y lo mandamos a hacer estudios complementarios. Es una gran paradoja, como actividad económica, es la única que a más tecnología es más cara.
P: ¿Hay que sacar integrante del sistema de salud?
R: Hay que poner más plata, hoy se pone el 0,63% del presupuesto nacional. En nuestro proyecto decimos que hay que poner el doble del 2015. No podemos tener derechos a la salud diferentes de acuerdo al lugar donde se nació. Hay provincias que tienen ingresos, pero otras que no. Nación debe corregir esas asimetrías. Hubo una respuesta, débil, como Remediar, médicos comunitarios, etc. que hacía que se bajaran recursos a las provincias para prevención. Hubo una retracción de estos programas.
P: Si juntamos la plata de los Estados, las obras sociales sindicales y las prepagas, y lo dividimos por habitante nos da un monto que deberíamos tener una atención de salud buena…
R: Hay que fortalecer el sistema. Las obras sociales están desfinanciadas. Un dirigente sindical dijo lo que todos conocemos, que hay gente que saca plata en negro y la lleva para otra cosa, como el sector financiero, con éste y con el anterior gobierno. Eso desfinancia el sistema. Remedios caros que no lo valen, sistema ineficiente con uso inadecuado de la tecnología, y encima un montón de muchachos en el medio que se llevan la plata.
Falta de médicos en provincias y ciudades chicas, problema global
La carencia de médicos en ciertos sectores es un tema mundial. Hay una tendencia de los profesionales a irse a las grandes ciudades aún cuando pierden remuneración y calidad de vida. Los franceses, cuando en España con el PP hubo un desfinanciamiento de la salud, estaban contentos porque 3.600 médicos se fueron a las campiñas, donde no tenían.
Pasa con los venezolanos ahora o los cubanos cuando Brasil largó el programa más médicos y los misioneros se quedaron sin médicos. Ocurre en Buenos Aires o Córdoba donde el primer grado de atención es municipal y se “roban” entre los intendentes.
Hay que estudiar el fenómeno y ver cómo lo transformamos para buscar incentivos para permanecer en estos lugares. En Santiago del Estero un médico con 36 horas cobra 26.000 pesos por mes. Debe haber otros estímulos como la capacitación permanente.
También la estructura familiar del profesional que cada tanto pueda mudarse sino va a ser muy difícil conseguir médicos que se quieran quedar en ciudades chicas.
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