Dancing Mood en la región: Hugo Lobo, el padre de la criatura ska

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Sabemos, mitología mediante, que de los potreros de Barracas salen los talentos futboleros. Lo que no sabíamos era que de en otro barrio porteño, Villa Pueyrredón, se curte ska como en ningún otro lado. El hallazgo nos llegó de boca de Hugo Lobo, cultor del género como pocos , líder de Dancing Mood, protagonista de múltiples proyectos y, a su tiempo, vecino de Villa Pueyrredón.

De chico, el joven Lobo se decantó por la trompeta para escapar de la mirada escrutadora de su papá, el gran percusionista folclórico Rubén Lobo. Y al ska llegó, lo sabemos ahora, por la muchachada del barrio. Con una sólida carrera de 18 años con Dancing Mood y una discografía que llegó a la decena con el reciente “On the Good Road”, Lobo llega este fin de semana a la región con su orquesta de trece músicos. Esta noche se presentan en Villa la Angostura y mañana, en Neuquén, junto a La Estafa Dub (ver aparte). En un diálogo telefónico, Hugo Lobo habló del último disco, de la banda y del show que veremos en un puñado de horas.

¿Qué nos podés contar de “On the Good Road” (2017)?

Es un disco muy importante para nosotros, es el segundo de nuestra discografía con canciones propias. Es una puesta fuerte para nosotros porque tratamos de equilibrar con nuestras composiciones tantas otras canciones que reversionamos en todo este tiempo. Nos encuentra mucho más maduros. Sonamos como en la primera época pero con más conocimientos del sonido.

Este disco tiene menos canciones cantadas que en los anterior ¿Te enfocaste más en lo instrumental que otras veces?

Sí, porque hemos hecho muchas cosas con cantantes, las seguiremos haciendo, pero tanto ha costado todo este tiempo posicionar la música instrumental. Además, porque la idea original de este disco era sacarlo en dos volúmenes, uno cantado y el otro instrumental, pero por el momento desistí de hacerlo así. Por eso es también una de las razones que este disco sea tan poco cantado, porque iba a tener su correlato cantado.

¿Qué función cumple la canción cantada en el concepto de los discos? ¿Cómo trabajás ese criterio?

Particularmente, creo que le dan un poco de aire al disco instrumental. Además, a mi me gustan mucho los y las cantantes, entonces me parece bueno mostrar cantantes que no son tan conocidos y que interpretan tan bien algún tema de los nuestros.

El nombre del disco, “On the Good Road” (por el buen camino), es muy positivo, ¿en qué pensás?

En todo, en esta cantidad de años, nuestra vigencia como banda, los premios Konex y Gardel que recibimos. Que sea una banda respetada en el ambiente siendo independientes, sin salir por las radios. Creo que todo eso es ir por el buen camino. La independencia ha dado sus frutos y por eso el título.

Respecto del remix de “The Revenge”, recientemente editado, ¿por qué te motivo a hacer esta reversión?

Juan Velázquez, de Los Intocables, viene haciendo este tipo de trabajo desde hace tiempo, me pidió un tema propio para reversionarlo y ver qué me parecía. Es un estilo que en Europa se está haciendo mucho dentro del ska. Particularmente, no soy fan de eso, pero me gustó lo que hizo. No es que le cambió el ritmo a la canción, sino que tomó partes de la melodía, las sampleó, le puso su criterio. Me parece algo diferente que puede apuntar a otro tipo de público.

¿Cómo llegaste al ska?

Por amigos más grandes que tenía. Casualmente, en mi barrio había muchos pibes a los que les gustaba el ska. Empecé a escucharlo por ellos, bandas como los Cadillacs, Los Intocables, Madness. Por ahí entré, después fui descubriendo muchísimo más.

¿Cómo ves el desarrollo del género en Argentina?

Muy diferente del reggae. Las discográficas se empezaron a abrir al reggae, los festivales de le han dado un día entero al reggae, eso nunca pasó ni pasará con el ska. Los Cafres, para mi una de las mejores bandas de reggae, tienen un montón de años tocando pero dieron el batacazo cuando firmaron con una compañía discográfica. Tienen casi treinta años de carrera y explotaron hace seis, ocho. Es muy comercializado el reggae y está en baja. El ska es una música más marginal digamos, más allá de que Dancing Mood llene estadios y el público que lo sigue sea amplio.

¿Cuál creés que es el gancho con el público?

Somos una propuesta diferente a lo que había hace dieciocho años atrás. No había bandas instrumentales. Creo que eso es lo principal. El gancho es que sonamos diferente a cualquier otra cosa.

¿En qué lugar del amplio rock nacional te ves: dentro, fuera, al costado, no te ves…?

Creo que por nombre y porque a bastante gente le gusta estamos dentro, pero tampoco me siento identificado con todo eso porque depende de otras cosas y no de la realidad, de cuántas veces te pasan por la radio, cuánta plata pone tu compañía discográfica para que seas exitoso todo el tiempo. No lo veo real y no me siento identificado con eso.

¿Cuál creé que fue la clave de tu trabajo para poder lograr una trayectoria independiente?

Mantenernos firmes y que el público de cuenta del respeto que sentimos por ellos. No venderse, mantener el precio de las entradas bastante económico al igual que el precio de los discos. No tener doble discurso.

¿Cómo es trabajar con una banda tan numerosa?

Yo creo que tiene que haber un conductor en todo esto y egos bastante tranquilos. No pueden opinar 27 personas sobre una idea porque no funcionaría nunca. Tiene que haber un conductor y tiene que haber confianza en ese conductor. En el caso de Dancing Mood el conductor soy yo. Soy quien toma las decisiones, por supuesto avaladas por el resto de los músicos. Creo que esa es una de las claves.

También es un desafío salir de gira, ¿no?

Un desafío para nosotros y para los productores. Cada vez se complica más, pero hay que seguir haciéndolo.

Venir con todos los que son y no achicar la banda por costos es algo que se agradece (risas)

De una que es así. De hecho, nos llegan muchísimas propuestas del exterior para que vayamos menos músicos y nunca quise ir.

Por último, para entusiasmar al público, ¿qué show veremos en La Angostura y en Neuquén?

Vamos a repasar lo que venimos haciendo en estos dieciocho años. Garantizamos una bueno noche bailable.

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