Preso universitario estudia cuatro carreras entre rejas
Jorge cumple una pena de 20 años de prisión por homicido. Hace seis años decidió ingresar en el mundo universitario y avanza con éxito en la vida académica. También creó un pabellón de estudios, donde busca motivar a otros detenidos a seguir su camino.
Ruido a encierro, olor a encierro, sopor de encierro. Al traspasar la puerta de la unidad de detención N° 11, Jorge Jorajuría intenta sacudir tanto encierro y concentrarse en el examen. Sube al colectivo rumbo a la Universidad del Comahue y repasa la materia que está por promocionar. Al terminar el examen lo hace con las luchas que libraron en “el año del mono de fuego, en el que los planetas se alinearon”, dirá.
En diciembre del 2007, Jorajuría fue condenado a 20 años por el homicidio de un comerciante neuquino y desde ese entonces, está en prisión. En el 2010 se creó en la cárcel el aula universitaria, pero no se hacía nada y decidió abrir camino.
El primer año, con sus compañeros se prepararon y rindieron 15 materias, diez eran de Jorge. Presentaron el rendimiento académico y se creó el pabellón universitario en el que actualmente convive con otros tres detenidos. Hace cuatro carreras: la Licenciatura, el Profesorado en Historia, la Licenciatura en Turismo y la tecnicatura en Empresas de Servicios Turísticos y este año le dieron cien salidas para cursar.
Carlos Rocha es coordinador del nivel universitario y contó que los resultados están a la vista: “Hace cinco años era todo lenguaje tumbero, hoy en el pabellón universitario hablan de política o economía con mucho nivel”, dijo.
Jorque y sus compañeros de pabellón decidieron contagiar a otros con un voluntariado en el que preparan a compañeros para el ingreso a la universidad. “Mamamos adentro lo que pasa. El que viene dice ‘a vos te hace falta tal cosa’. Se quedaron con vigilar y castigar y no avanzaron cuando la demanda de los chicos va por otro lado”, dice Jorge Jorajuría. Su barba está más gris y habla de Foucault, de derechos y de injusticias.
Para Carlos, “la persona que delinque, va a un encierro a cumplir su pena. Pero la Ley de Ejecución Penal dice que está para rehabilitarse, reinsertarse en la sociedad y eso no pasa”. Asegura que sería importante que puedan trabajar y estudiar “Hay que pensar que en algún momento van a salir ¿Qué preferimos para convivir con ellos?”, pregunta y deja pensando.
La educación en la cárcel debiera ser de calidad, pero no lo es. Hoy hay inscriptos alrededor de 100 presos, pero la universidad no puede hacerse cargo, a veces cuesta que vayan a tomar exámenes o que los lleven a rendir.
La Jueza de Ejecución Penal, Raquel Gass, este año los escuchó y les propuso organizarse como centro estudiantil, para canalizar sus inquietudes. Con Juan Leonardo Díaz, Leandro Ariel Serrano y Héctor Antonio Cortez lo hicieron y generaron el “Curso de anclaje de conocimiento”.
Armaron el aula en la sala de visita y convirtieron en biblioteca la habitación para encuentros íntimos. En la primer etapa hicieron un trabajo de lectoescritura. En la segunda, se dedicaron al material de cada materia para que rindan exámenes libres y lograron que dos de ellos obtengan un 10.
Por cada materia que aprueban los detenidos se les adelanta un mes de pena. “La función es llevar a los pibes a la universidad por solidaridad”, dijo Jorge.
Datos
- Por cada materia que aprueban los detenidos se les adelanta un mes de pena. “La función es llevar a los pibes a la universidad por solidaridad”, dijo Jorge.
Comentarios