Cumbre de la ONU termina con escéptico optimismo
La reunión, realizada cada diez años, abordó los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”. La principal búsqueda trazada fue reducir los índices de la pobreza mundial, una realidad que parece cada vez más lejana.
EL MUNDO
A veces, en diez años se puede pasar toda una época. En el año 2000, cuando las Naciones Unidas formularon sus Objetivos de Desarrollo del Milenio en la lucha contra el hambre y la pobreza, existía un país en vías de desarrollo llamado China, con más de 1.000 millones de habitantes.
Diez años después, sigue habiendo en ese enorme país pobreza, pero al mismo tiempo, China se convirtió en un líder de la economía mundial, con gigantescas reservas de divisas y mejoras en el nivel de vida.
La cumbre de tres días sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se celebró en la sede de la ONU en Nueva York demuestra que el Tercer Mundo se achicó. Pero quien sigue estando en él, tiene un mal pronóstico.
Los países miembro de Naciones Unidas acordaron hace diez años ocho objetivos a cumplir para el año 2015.
Pasados dos tercios del tiempo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un balance que, si bien no es brillante, es positivo: en los primeros cinco años, la proporción de las personas muy pobres se redujo en los países en vías de desarrollo del 46 al 27 por ciento.
Hasta el año 2015, podrían ser sólo un 15 por ciento los habitantes que tendrían que arreglárselas con menos de 1,25 dólares por día.
El programa contra la malaria y otras enfermedades salvó la vida de millones de niños. Y en 2008, diez veces más de infectados con el VIH recibieron medicamentos, en comparación con 2003.
No sólo en China, sino también en Vietnam, India y Malaisia se registró una gran mejora del nivel de vida. Actualmente, ninguna personas calificaría a Corea del Sur como un país en vías de desarrollo.
Sin embargo, según datos de la ONU, más de ocho millones de niños mueren en países en vías de desarrollo, en su mayoría en África, por causas totalmente prevenibles.
“Hay que preguntarse por qué Asia tiene un desarrollo más exitoso que África”, dijo la canciller alemana Angela Merkel, al margen de la reunión.
Alemania seguirá brindando ayuda al desarrollo, pero también quiere ver resultados, indicó Merkel, quien precisó que su país respalda los esfuerzos propios de los países.
De manera similar se expresó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Dar ayuda, sí, pero no simplemente a cuenta de otros.
Lo que falta es el dinero. Los países industrializados deberían destinar un 0,7 por ciento de su Producto Bruto Interno (PIB) para ayuda al desarrollo, pero esta cifra no es alcanzada en general y además, se ve relativizada por las donaciones de privados.
La Fundación Bill y Melinda Gates prometió entregar en los próximos cinco años 1.500 millones de dólares para un proyecto de salud.
Pero también después de la reunión en Nueva York, sigue habiendo cientos de millones de personas en el mundo que tienen que sobrevivir con menos de dos dólares por día toda una jornada.
Por Chris Melzer
DPA.-
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