Teatro: «Pudor en animales de invierno», en Ámbito Histrión de Neuquén

Un padre, un hijo y aquello que se sabe, pero no se sabe tanto. Un encuentro donde la incomodidad, el miedo y la vergüenza están presentes. Una historia sobre los lazos familiares. Un padre y un hijo, y una mujer siendo testigo de ese encuentro. La memoria de ese día. Lo que queda de la memoria. Animales encerrados. El pudor.

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La compañía neuquina Crash Teatro presenta “Pudor en animales de invierno”, del dramaturgo Santiago Loza, con dirección de Ana María Velaz y las actuaciones de Chacho Prunetti, Roxana Bravo y Pablo Cosa. La obra puede verse los sábados de junio y julio, a las 21.30, en Ámbito Histrión (Chubut 240, Neuquén). Las reservas se pueden hacer al 0299 15-453-0771. El valor entrada es de $7000.

El título de la obra, tan particular, era explicado por el propio Santiago Loza en una nota con La Nación, a fines de julio de 2011: “Alude a un paseo al zoológico que hicieron padre e hijo. Caminaron en silencio y vieron animales y jaulas. Esa caminata en el frío será el último recuerdo que tenga el hijo del padre. El pudor es algo que sobrevuela toda la obra: el padre debe dormir junto al hijo; los cuerpos perdieron familiaridad, deben retomar una intimidad pasada, hay una mujer desnuda”, decía por entonces el dramaturgo.

Loza escribió “Pudor en animales de invierno”, una pieza inspirada en su vida y dedicada a su propio padre– bajo la supervisión de Mauricio Kartún: es la historia de una relación entre un padre y su hijo. Un hombre viaja desde su pueblo natal a la ciudad para visitar a su hijo y, en un paseo por el zoológico, busca una complicidad entre ambos que nunca existió. Ellos no lo saben, pero ese será su último encuentro, su despedida. La única testigo de esa relación particular, del miedo, el pudor y la vergüenza que los distancia, es una mujer a quien el joven mantiene encerrada en la heladera. La voz femenina irrumpirá como una reflexión en voz alta, un diálogo interno, la evocación de un recuerdo o un sueño recurrente.

En diálogo con Diario RÍO NEGRO, la directora Ana María Velaz se refirió a la puesta en escena y al trabajo con los actores de esta obra.

P: ¿Por qué decidiste dirigir esta obra?
R: Estaba leyendo un libro de Santiago Loza y cuando leí esta obra en particular me enamoré. Es maravilloso el texto. Me enamoré de su escritura. Yo ya había leído textos de Loza, pero este texto en particular me dejó maravillada, miles de imágenes aparecen con cada palabra. Y creo que es lo que mostramos en escena. Es extraordinaria la puesta, la actuación. Todo

P: ¿Cómo fue el trabajo con los actores?
R: Fue un trabajo de creación en conjunto con los actores y las marcaciones que uno hace desde la dirección es cuando ya el espacio está habitado. A partir de que leí y solicite los derechos de la obra me dedique a pensar el elenco, fue un trabajo complejo, la obra requiere de un compromiso enorme, de un vínculo en escena muy grande, lo medite mucho y creo que el elenco es el mayor de los aciertos, ellos generan magia en escena y parece que se conocieran de toda la vida, se llevan muy bien en escena y fuera de escena y eso se ve en la obra.

El proceso de trabajo fue largo, arduo, por momentos difícil, pero siempre muy placentero, el elenco fue encontrando los personajes, los vínculos entre ellos, sus miradas, la forma de accionar en escena, todo se fue dando de manera muy bella, compleja y profunda.
El proceso fue maravilloso. Trabajé con grandes actores, grandes personas, y hubo momentos muy divertidos y otros bastante difíciles.

P: ¿Cómo es la puesta en escena de la obra?
R: La puesta está pensada en los años 90, es una puesta maravillosa, el espacio y las luces generan un clima y dialogan en todo momento con el texto y el trabajo de los actores en escena.

P: ¿Cuál es la metáfora que describe esta pieza?
R: Es una metáfora sobre las relaciones, los vínculos familiares, sobre el despojo, sobre la ausencia y la presencia.

P: ¿Cómo describirías el género de la obra?
R: Yo no hablaría de género, hablaría de estética. Es una obra con una estética muy potente con actuaciones sobresalientes. Un texto extraordinario y una gran puesta en escena que atravesará al espectador y saldrá transformado de la función.

P: ¿Cómo fue tu experiencia como directora de esta obra?
R: Fue una experiencia extraordinaria. La verdad estoy feliz. Es una obra muy difícil, en la que aprendí muchísimo y dejame decirte que el trabajo es colectivo, tengo mucha gente hermosa que me acompaña y con la cual estaré eternamente agradecida.