Ricardo Soulé llega a Neuquén: de Vox Dei a La Bestia Emplumada, más de cincuenta años de música
El guitarrista, letrista y miembro fundador de una de las bandas fundamentales en los orígenes del rock argentino llega a Neuquén en agosto con su proyecto La Bestia Emplumada. En una entrevista con Río Negro, habla de su obra máxima: “La Biblia”.
Desde 1966, cuando Los Beatniks editaron Rebelde, para acá, es que el rock argentino está hecho de miles de discos. Y de La Biblia de Vox Dei.
Todas las clasificaciones son válidas en un punto, pero ninguna puede hacerle justicia a la obra de los de Quilmes porque La Biblia de Vox Dei es extraordinaria. O, en palabras de la Real Academia Española: fuera del orden o regla natural o común.
Apenas unos meses después de editar Caliente (1970), su primer disco, que incluye el clásico «Presente (El momento en que estás)», Vox Dei tomó la decisión más osada que una banda de rock haya tomado nunca en Argentina: musicalizar la Sagrada Escritura.
A quien se le ocurrió fue a Ricardo Soulé, guitarrista y principal compositor del grupo. Más de cincuenta años después, tan activo como entonces, el músico llegará a Neuquén con actual proyecto, el muy singular La Bestia Emplumada, que este año cumplió veinte, nada menos.
Conformada por el Tano Colauti, en bajo; Daniel Oroño, en guitarra; Diego Suárez, en batería; y el propio Soulé, en guitarra, violín y voz, La Bestia Emplumada se presentará el jueves 8 de agosto, a las 21, en el Casino Magic de Neuquén.
Las entradas anticipadas se consiguen en boleterías del casino y por sistema a través de entradauno.com. Será una gran oportunidad de disfrutar de uno de los compositores más destacados del rock argentino, de su obra más allá de Vox Dei, que es vasta y original. Pero, sobre todo, Vox Dei.
Vox Dei: orígenes
“Yo soy Vox Dei”, dice Ricardo Soulé en un momento de la entrevista con Río Negro. Y no lo dice de modo apropiativo, sino constitutivo: “Mi vida está marcada por la palabra Vox Dei desde que empecé, a los 18, 19 años, con este tema del rock y, desde esa época a la fecha, no pude separarme de ese nombre ni quiero separarme de ese nombre porque es muy significativo prácticamente en todos los aspectos. Yo he dedicado mi vida, entre otras cosas, a escribir sobre las escrituras, sobre los textos sagrados; entonces, escapar a la palabra Vox Dei sería querer escapar de mi destino. Yo estoy inmerso en ese nombre, es una manera de identificarme: yo soy Ricardo, soy un Vox Dei”.
Con una sólida formación clásica que le permitió pensar en una obra conceptual cuando no nadie lo había hecho aún en la Argentina, Soulé supo muy pronto que el formato canción, esa joya de la música popular, le quedaba chico. Su mundo no cabía en tres minutos y se lo hizo saber a sus compañeros.
50 años de «Presente», el clásico de Vox Dei
Si bien Caliente, primer disco de Vox Dei, estaba hecho de canciones particularmente largas que oscilaban entre los cuatro y los seis minutos de duración, para Soulé se trataba de eso, pero también de lo que allí se decía y de cómo se lo decía. El guitarrista pensaba en un concepto que se desarrollara a lo largo de todas las canciones del disco, de principio a fin.
Formada en Quilmes, en 1969, por Rubén Basoalto, Ricardo Soulé, Juan Carlos “Yodi” Godoy y Willy Quiroga, primero fueron Mach 4 y cantaban en inglés, Soulé tocaba el bajo y Quiroga, la guitarra. Era una cuestión de tiempo que se cambiaran el nombre y se pasaran al castellano. Casi al mismo tiempo, Quiroga y Soulé intercambiaron instrumentos.
Vox Dei, un destino
Contemporáneos de Manal y Almendra, los Vox Dei encontraron su nuevo nombre de un papelito extraído de una caja. Y fue Jorge Álvarez, el legendario productor y fundador del sello Mandioca, quien puso ese nombre allí.
Soulé, que no había estado presente, llamó a Jorge Álvarez para preguntarle por el nuevo nombre. Vox Dei, le respondió. “¿ Caja de día”?, se sorprendió el músico, que sabía inglés y había entendido “Box Day”. No, Vox Dei, la voz de Dios, es latín, le respondió. La reacción inmediata de Soulé fue de lamento, creyó que no iba a funcionar. “Todo un visionario”, dirá entre risas mucho tiempo después.
«Las guerras», tercero de los ocho movimientos que componen La Biblia, de Vox Dei
Como sea, aquella manera tan azarosa de encontrar su nuevo nombre marcó el destino de la banda porque qué otra banda podría interpretar y musicalizar La Biblia si no es una que se llame Voz de Dios.
Lo cierto es que Soulé, un músico con intereses en las artes barrocas, sobre todo en su música y cierta literatura, venía trabajando en los textos bíblicos desde hacía varios meses hasta que decidió que allí había algo para desarrollar desde la banda de rock que era Vox Dei. Pero era, y lo sabía, dar un salto a un vacío incierto.
“Fue una sucesión de acontecimientos”, dice Soulé, al referirse a los motivos que lo impulsaron a abordar La Biblia. “La primera cosa que pasó fue que yo teniendo 17, 18 años escuché en la radio, que era la única fuente que teníamos de información, un tema que se llama MacArthur Park de un autor norteamericano que no encontraba quién la cantara y lo enganchó al actor Richard Harris. Cuando la escuché me di cuenta de que se podía componer una música de gran lirismo y que también podía tener momentos de rock muy potentes, cosas románticas y cosas medio terroríficas y, sin embargo, seguir sonando a través de los minutos y superar el formato clásico de los tres minutos para poder ser escuchado en radio. Entonces ya no nos importó escribir para que lo pasaran por radio, sino que nos importó, o me importó a mí, poder escribir lo que el argumento requería. De ahí salió la idea de escribir movimientos más que canciones. O sea, era una sucesión de movimientos que correspondían a una idea”.
Al momento de abordar La Biblia, Vox Dei era una banda con apenas un disco editado y un puñado de años de recorrido. No mucho más Pero más destacable aún era la edad de Soulé: apenas veinte años. ¿Cómo hizo para abordar semejante texto? “Abrí la primera página y empecé por el Génesis y empecé a escribir y escribí, escribí, escribí leí y escribí”, dice el guitarrista y letrista de todas las composiciones de La Biblia. “Dormía poco y escribía mucho y llegué a esa conclusión, a ese resumen, a ese esquema de siete movimientos que representaban según mi opinión las siete situaciones más significativas sin quitarle importancia a las demás, pero las más significativas para un lego, para una persona que no conoce nada de la Biblia”.
El trabajo fue tan intenso que tuvo consecuencias, una de ellas fue la partida de Juan Carlos Godoy, uno de los guitarristas y una de las voces del proyecto porque, salvo Basoalto, cantaban todos. Godoy se fue antes de que terminara la grabación de La Biblia y no fue reemplazado.
Otro suceso fue el llamado de parte de la Iglesia para saber de qué se trataba eso que una banda de rock interpretara La Biblia. Convocados por Monseñor Graselli, fueron los tres músicos con las letras manuscritas. “Tuvimos una llamada inquietante de la Curia en el momento en que la estábamos grabando y me pidieron que fuera con las letras para saber qué era lo que estaba haciendo. Era la época de la represión y el que nos atendió era uno de ellos, Monseñor Graselli y tengo que decir que nos atendió de una manera muy amorosa, fue muy cariñoso con nosotros, muy comprensivo y respetó los textos nuestros como si verdaderamente fueran sagrados. Leyó las letras durante unos minutos y se sorprendió cómo habíamos hecho para resumir en tres minutos nada menos que el Génesis”.
¿Los sorprendió el llamado de la Iglesia? Sí, reconoce Soulé, pero, más que sorprenderlos los llenó de terror. “Estábamos aterrorizados, fuimos con un terror que no sabíamos si íbamos a volver a salir de ahí adentro, lo cual era bastante posible si hubiera sucedido lo contrario a lo que sucedió, era una baraja que estaba adentro del mazo. No nos sorprendió lo de la aceptación por parte de la iglesia porque verdaderamente lo había hecho con una conciencia muy profunda de lo que estaba escribiendo. Yo no pretendía ofender a nadie, todo lo contrario, pretendía que mi obra tuviera ribetes universalistas, humanísticos, ecuménicos y bueno, así fue como sucedió, porque fíjate que ya son más de 50 años que estamos tocando esa obra y seguimos recibiendo aplausos que se mezclan con ovaciones”.
La Bestia Emplumada, la última gran joya de Ricardo Soulé
«En 2003, yo venía de un viaje corto por España y a la vuelta, en el 2004, debuto con lo que fue luego La Bestia Emplumada en La Falda, en un festival de rock que se hizo en el verano de ese año. Por eso este año estamos en nuestro vigésimo aniversario. Este 2024 fue nuestro décimo aniversario. Venimos recorriendo el país con un repertorio que canciones de todas las época, incluida La Biblia, por supuesto.
El motivo de armar una banda como esta y seguir girando es el mismo que tuve siempre: la necesidad de poder expresarme como músico, como artista, como escritor a través de los instrumentos eléctricos y acústicos también porque yo utilizo el violín. También llevo una viola d’amore (N. de la R.: instrumento barroco de cuerda frotada, perteneciente a la familia de las violas. Tiene catorce cuerdas, aunque solamente se tocan siete de ellas, haciendo las otras siete, por vibración simpática, un efecto de resonancia), que es un instrumento barroco que construí el año pasado y con el que estoy tocando también.
La motivación siempre es la misma: el amor hacia la belleza del arte, sus distintas expresiones, la palabra, los sonidos. Tocamos temas que no fueron grabados, que son inéditos y que sin embargo tenemos en nuestro repertorio porque los consideramos importantes para que el público los conozca» algo para arte, viene bien».
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