Pier en Neuquén: treinta años de sacrificio y rocanrol

La banda del barrio de Palermo cumple tres décadas desde aquel concierto inaugural en un bar a la vuelta de casa. Esta noche, se presentan en Neuquén en el marco de “30 años Tour”. Entrevista con Agustín Cerezo, su guitarrista.

Era octubre de 1994 y para el dueño del bar de Palermo la banda de al lado ya había ensayado suficiente: era hora de que salieran a tocar. Fue hasta la sala y les propuso que tocaran en su bar. ¿Sí, te parece? Sí, ya están para tocar, yo los vengo escuchando y suenan bien. Y bueno, dale, toquemos. Iba a ser la primera vez y no tenían siquiera nombre. Se pusieron Pier.


Desde entonces, la banda de los hermanos Cerezo construyó una sólida reputación a fuerza de sacrificio y rocanrol que ya lleva treinta años , una cifra redonda que merece una celebración.


Y de qué otro modo puede celebrar una banda si no es con un tour por el país. Porque en eso andan los Pier. Este viernes, a las 21, se presentarán en Casino Magic (Planas 4005, Neuquén) con los locales Muster como apertura.


Las entradas se consiguen en Flipper (Av. Argentina 179, Neuquén), Croma (Perito Moreno 151, Neuquén), Nikel (San Martín 526, Cipolletti), en boletería del casino y por sistema tuentrada.com.

Todos estos años

“La verdad que estamos muy contentos por estar festejando treinta años de trayectoria”, comienza diciendo Agustín Cerezo, guitarrista de Pier y hermano de Ramiro, el cantante. “De pronto uno mirá para atrás y se encuentra con que tenemos una carrera importante y la estamos festejando con una gran gira nacional, tocando en un montón de lugares”.


En un extenso diálogo con Diario RÍO NEGRO, Agustín habla de la gira que los tiene en movimiento, de aquellos orígenes palermitanos y del lugar bien ganado que tienen en ese vasto territorio llamado rock argentino. “Musicalmente estamos haciendo un repaso por toda nuestra trayectoria, estamos tocando temas de todos los discos, tratando de mechar un poco entre show y show. Hay como una base armada de las canciones que no pueden faltar, las más populares, las que marcaron momentos, las que fueron quizás singles en cada uno de los discos, con otras menos conocidas o que no hemos tocado tanto. Estamos tratando de variar entre show y show festejando estos treinta años de trayectoria y festejando nuestra discografía y bueno, y festejando la vigencia”.


El motivo del festejo son los treinta años transcurridos desde aquel show en el bar de Palermo que los recibió por primera vez, cuando ni siquiera tenían nombre. “Vemos toda una carrera que empezó bien de abajo, sin que nadie que nos regale nada, con mucho sacrificio y mucho rocanrol. Fuimos así, paso a paso, tocando en los bares, después pasando a lugares un poco más grandes como podían ser en su momento el Marquee, después llegaron Cemento, Obras, la apertura al resto del país, el Luna Park, festivales por todos lados, tocando de norte a sur en Argentina y encontrándonos con la gente, porque lo más importante para mí particularmente es encontrarnos con la gente, estar arriba de un escenario y encontrarnos con la gente. Eso en definitiva es lo que estamos celebrando: toda esta trayectoria de todo esto que venimos haciendo hace tantos años”.


“Nosotros éramos un grupo grande de amigos, nos movíamos medio así, como en manada, el bar era un bar chico, pero la mitad de la capacidad del bar ya estaba cubierta por amigos nuestros”, recuerda Agustín de aquellos años palermitanos, el barrio que los vio nacer, crecer y tocar. “ “La movida nuestra, más los curiosos que había en ese momento también que se asomaban a ver qué onda, más los de la otra banda con la que tocábamos… siempre se dio que tocamos con gente, ¿entendés? Todo se fue sumando, y bueno, los lugares se fueron ampliando, por eso era como que era una cosa que caminaba, que iba para adelante. Una vez que tocamos por primera vez ya no paramos más”.

Pier: los discos

La discografía oficial de Pier comienza con “La codicia” (1999), pero no está en las plataformas digitales por lo que el primer disco accesible es El fuego sagrado (2000) pero será en su sucesor, Gladiadores del rock (2001) donde incluirá los dos hitazos que la consagraran y la ubicarán en ele timpo. Hablamos de “Sacrificio y Rock N’ Roll” y “La ilusión que me condena”, los temas uno y dos del disco.

Los hermanos Cerezo. Ramiro, el cantante, y Agustín, el guitarrista.


Once discos después, entre el estudio y los vivos, es en Conexión (2023), su último trabajo hasta el momento, donde Pier demuestra que todos estos años fueron, sobre todo, años de aprendizaje permanente sobre cómo hacer música y cómo hacer buenos discos. “A mí siempre me gustó lo simple y no tanto lo rebuscado, pero puede ser que ahora estemos volviendo un poco más a las fuentes”, reconoce Agustín. “Si antes producía con cinco pedales, ahora lo resuelvo con dos, como sacando un poco de cosas, como limpiando un poco todo y creo que eso se nota en el sonido del último disco”.


Agustín Cerezo siempre fue el guitarrista de Pier. Aunque en los discos sonara muchas, siempre se tratabe de él. El rpoblema eran los vivos. “Siempre grabé, digamos guitarras y después iba al vivo y obviamente no podía tocar todas a la vez, más o menos hacía lo que podía, por eso es que hace unos años que pusimos otro guitarrista porque quiero estar un poco más suelto y a la vez poder reproducir un poco más lo que está en los discos, pero no para complicarla, sino para simplificarla. La influencia más importante son los Stones y antes, cuando tocaba solo, se me complicaba, un poco tenía que ir más para el lado de armar todo como las bandas de un solo guitarrista. Ahora puedo volcarme más a mi gran pasión que son los Stones”.


Pier comenzó siendo una banda de dos guitarristas hasta que uno de ellos se fue y decidieron no reemplazarlo. A los músicos de la banda les gustaba mucho Los Redondos y Los Redondos tenía un solo guitarrista. Sigamos así, se dijeron. y Así siguieron.


“Yo aprendí a tocar la guitarra con Botafogo”, cuenta Agustín. Los comienzos de la banda, y antes también, estuvieron hechos de blues y de rock americano y cierto country cercano al rock sureño. Y los Stones, siempre los Stones. Y por carácter transitivo, también Los Ratones Paranoicos. De todo eso es de lo que está hecho Conexión. Y de treinta años de aprendizaje, claro.

Soy del barrio

En rigor de verdad, Conexión no es lo último de Pier. Lo último es una versión de su recontra clásico “La ilusión que me condena”, con las colaboraciones de Tete, el bajista de La Renga;Bochi Bozzalla, guitarrista de Las Pastillas del Abuelo; y Ale Kurz, de El Bordo, haciendo voces con Ramiro Cerezo. Lo que quedó de semejante encuentro es una gran versión de un tema de por sí insuperable dentro del cancionero de Pier.


No será el único, ya que está listo la versión del otro himno de la banda, Sacrificio y Rock N’ Roll”, con Toti de Jóvenes Pordioseros y Maxi de Guasones, entre otros; y un cover de “Nadie es perfecto”, de Los Redondos, con saxo ricotero de Sergio Dawi. “Quedó buenísima”, dice Agustín. “Es un poco distinta a la original, pero bueno, hicimos una versión para que no sea un cover exactamente igual y nos quedó una versión que a mí me encantó”.


¿Por qué esos invitados para las reversiones de los clásicos de Pier? En parte por una cuestión generacional, en parte por una cuestión musical. “La idea fue invitar músicos de nuestra generación, de nuestra camada por así decirlo”, revela el guitarrista. “están Ale Kurz y Bocchi, Tete quizás viene un poco antes que nosotros, pero La Renga no deja de ser una banda que arrancó en los ‘90. Después sumamos am Maxi, vino Walter Sidotti, el batero de los Redondos que es un amigo de muchos años. Un poco la idea fue esa, una cuestión de afinidad musical, de amistad y de un recorrido similar en el tiempo también”.


La afinidad musical y temporal a la que se refiere Cerezo tiene un rótulo que, cómo todo rótulo, identifica a la vez que incomoda y, porque no, también confunde: rock barrial. Pero, ¿de qué barrios hablamos cuando hablamos de rock barrial? Si se trata de Pier, hablamos de Palermo.


“La banda surgió de los bares ahí del barrio de Palermo y la sala donde empezamos estaba en Palermo. O sea, la movida me parece que, ahora que me lo haces pensar… el rock barrial nació en Palermo”, dice Agustín entre risas. Más allá de la ocurrencia, el rock barrial es más una cuestión estética y no tanto geográfica. Y Palermo, al fin y al cabo, es un barrio que no siempre fue el que hoy es, advierte Cerezo.


En definitiva, somos todos una parte de una generación, y la verdad que, después de 30 años, lo llevamos con orgullo. Y a nosotros lo que más nos gusta justamente es estar yendo de un lugar a otro, llevar nuestra música y encontrarnos con la gente. Y eso se hace en todos lados, barrios, ciudades, pueblos”.


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