Oleadas de fanáticos entre brujas, el amor, y el Loco: del furor adolescente a las fricciones políticas
Por primera vez desde que comenzó la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el predio de la Rural estuvo repleto. Una marea de mujeres siguió a Florencia Bonelli; otra a Shelby Mahurin y otra, a la política,
Llegar a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires antes de que se abran las puertas al público tiene su encanto. Adentro, todo parece recién desperezado. Hay stands a media luz; hay gente que limpia las sillas que más tarde serán ocupadas; hay telas que cubren los libros guardándolos, quizás, del polvillo nocturno. A esa hora, antes de las 13, la ciudad de los libros espera.
Lo que ocurre después ocurre en oleadas. Todas de alta marea.
Una primera ola arremete puntual, a las 13. Por primera vez desde que comenzó la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la cola de personas que espera para ingresar al predio de La Rural ocupa dos cuadras. Casi todas son jóvenes, casi todas mujeres.
Tiene una explicación: las adolescentes irán corriendo al firmódromo donde esperarán a que aparezca la estrella pop de la literatura juvenil, la autora norteamericana Shelby Mahurin, y les firme un ejemplar de su nuevo libro: «Un velo escarlata».
Enseguida, la cola se extiende más doscientos metros y aún falta una hora para que comience la firma de ejemplares. Las chicas trajeron mate para la espera y se quedan sentadas en el suelo, leyendo, charlando. La última vez que Mahurin estuvo en la feria del Libro de Buenos Aires, en 2022, protagonizó la firma de ejemplares más maratónica que se recuerde. Comenzó a las 14 y terminó a la medianoche. Había venido a presentar la trilogía ”Asesino de brujas”. “Esto es algo que ha superado por completo mis sueños más salvajes”, dijo en aquella ocasión.
Este 2024 parece un sueño igual de desbocado y ella va camino a repetir la experiencia porque después de la firma, a las 17:30, tiene reservada la sala más grande del predio, la José Hernández, donde, junto a Belén Martínez presentarán respectivamente sus libros «Un velo escarlata» y «Placeres Mortales», ambos de Ediciones Urano Argentina.
Las chicas que esperan en uno y otro lado tienen 16, 17, 20 años. Llevan alguno de los ejemplares de “Asesino de brujas” en la mano. “Es la primera vez que vengo, espero llegar a que me firme, y si no voy a la presentación”, dice Laura, de 16 años, que viajó desde Berazategui, con una amiga.
Exactamente ahí, en la sala José Hernández, a las 14, otra enorme oleada de mujeres, un poco más grandes pero igual de fanáticas esperaban que comience la charla de Florencia Bonelli, que presentaba “No quieras nada vil”, la segunda parte de la trilogía histórico romántica “La casa Neville”, editada por Planeta, en la que Bonelli narra la vida de familia Neville, propietaria del banco más importante del Reino Unido, e incluso de Europa, a comienzos del siglo XIX.
“Bonellistas de la primera hora”, dicen las remeras de las cinco mujeres que lograron llegar primeras a la extensísima fila. “Volvió Flor, chicas, ¿están de acuerdo?”, pregunta Georgina Dritsos, la presentadora, dando por descontado que el 98% por ciento de audiencia son mujeres. Y lo son: todas gritan, entusiasmadas, con la autora cordobesa, siempre best seller. El segundo grito se produce cuando Bonelli habla del regreso del personaje masculino que evidentemente figura entre los favoritos de su audiencia: Roger y su hijo Alexander. “La excusa para mi era escribir del amor. Sobre todo si estaba Roger”, dice la escritora. Y todas celebran, con un grito, el celular levantado para filmarla, o fotografiarla.
Gente sombría a la espera
Acá, el fanatismo no distingue el amor del terror. Afuera, sentados en el piso, esperan desde las 14 los que saben que hoy también estará firmando ejemplares la periodista y escritora Mariana Enríquez. El domingo hablará sobre su último libro, “Un lugar soleado para gente sombría”, pero el sábado es el momento de las firmas.
Hay cien personas esperando que se hagan las 17, la hora de Enríquez. Son cien, ni uno más ni uno menos, porque sólo hay dos horas de tiempo para firmar y el encargado del evento tiene que pedir disculpas una, dos veinte veces a todos los que se acercan a pedirle por favor un número más. “Vine desde Mar del Plata”, le ruega una chica. Pero no hay caso. Enríquez vino con las horas contadas a Buenos Aires, antes de volver a partir de viaje, y sólo podrá dedicarle dos horas del sábado a estampar su nombre en algunos de los ejemplares que trajo la gente (“Nuestra parte de noche”, «Bajar es lo peor”, o el más nuevo). Muchos se quedan ahí, decepcionados, pero a la espera de poder verla de cerca.
La política también
También por primera vez desde que comenzó la feria hay mucha gente en los stands. Una oleada quizás menos intensa, que mira, elige, compra. El sábado hay mucha gente con bolsas que exhiben libros. Hubo ventas, quizás se produzca el famoso milagro que tanto esperaban los organizadores de la Feria.
En el stand de la librería Cúspide dicen que entre los más vendidos figuran los libros “Vida, Mi historia en la historia”, del papa Francisco; “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”, de Javier Milei, y “Milei”, la revolución que no vieron venir”, la biografía que escribieron Marcelo Duclos y Nicolás Márquez, editada por Hojas del Sur, que será presentada el próximo miércoles 8 por sus autores en la Feria. “Pero lo más vendido es la ficción. Acá vienen lectores”, dice tajante el vendedor, zanjando una diferencia que nadie preguntó.
Márquez, el biógrafo de Milei, elogiado habitualmente por el Presidente, no descarta que el mandatario asista a la presentación. Lo dijo en una polémica entrevista que le dio el viernes a Ernesto Tenembaum en “Radio con vos”, donde calificó de “insanos” e “invertidos” a los homosexuales, negó crímenes de la última dictadura militar como las apropiaciones de bebés o las violaciones de mujeres detenidas y consideró “ilegal” el Juicio a las Juntas” desarrollado en 1985, durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
La oleada de la política se produce a la tarde. A las 16, en dos salas más bien discretas, una en el Pabellón Blanco, otra en el Pabellón Amarillo, Victor Hugo Morales presentó su libro “Milei”, y Juan Luis Gonzáles, “El Loco”, respectivamente. En ambos lugares tuvieron que entregar números para acotar la cantidad de espectadores que hacían cola desde las 15.
Aunque el libro “El loco”, editado por editorial Planeta, llegó a las librerías en julio de 2023, antes de las elecciones que terminaron dando por ganador al protagonista del libro, Javier Milei, la cola fuera de la sala Julio Cortázar parecía más bien la de una novedad.
A primera vista, el fanatismo parecía más discreto que el de las seguidores de Shelby, Bonelli o Mariana Enríquez. Pero aquí hubo empujones, gritos, y tuvo que intervenir la seguridad. Es que, cuando muchos de los que esperaban desde hacía una hora advirtieron que no iban a poder ingresar, empezaron a agolparse en la puerta, a empujar, a quejarse. Y aunque los panelistas se disculpaban diciendo que la sala no tenía más capacidad, la gente gritaba desde afuera y pedía que pararan la charla.
Adentro, además del autor, estaban el editor del diario Perfil, Jorge Fontevecchia, Carlos Maslatón, Ernesto Tenembaum y Victoria de Massi. Y aunque el libro era el tema central, la charla se inclinó más hacia las características del presidente, su gestión y su relación con la prensa.
Una vez que se hizo algo de espacio, para que ingresaran y se quedaran parados, todavía hubo una muestra de fanatismo más, que desconcertó a todos. Mientras Jorge Fontevecchia hablaba, y decía que “Milei no es un político; tiene delirio místico, quiere ser un profeta”, un hombre alto, cubierto con una gorra, se paró: “Milei es un presidente de verdad, gente. Es de verdad. Viva la Libertad, carajo”, gritó desde el medio de la sala antes de abrir la puerta y partir.
Maslatón, que formó parte de La Libertad Avanza al principio, dio su opinión sobre Milei. Más bien sobre su gobierno: “Es una sociedad de negocios de dos personas: Milei y Karina, y sólo uno tiene poder de veto: Karina. Es una empresa y el que está alrededor debe obedecer. Si sos funcionario, tenés que saber eso”, dijo.
A su turno, Tenembaum elogió el libro, destacó el trabajo de González, que miró a Milei cuando nadie lo estaba mirando tan atentamente y el trabajo de reconstrucción que hizo. Revalorizó además al periodismo, a la tarea periodística frente a los embates de los gobiernos, de este y de todos los anteriores. “El periodismo es una función liberal. Es cierto que hay periodistas que creen que hay que defender a los gobiernos, pero nosotros, los periodistas, no creemos eso. Creemos que el periodismo independiente abre preguntas, abre espacios, no sé si controla el poder pero sí le pone un espejo adelante, incomoda, lo mira moverse. Por eso, el periodismo molesta, desafía”, dijo Tenembaum.
Afuera, cientos de personas rodeaban a Bonelli, que ahora firmaba su libro en el stand de Planeta.
Hubo de todo. Todas mareas extraordinarias.
Comentarios